
El río Vinalopó desbordado y con varios metros de subida, en plena época de gota fría.
Por aquí, es otoño pero, las temperaturas no bajan, parece que estemos en pleno verano. Vivo por la zona del mediterráneo, donde todos los años, siempre en septiembre, se da un fenómeno llamado la gota fría , a ver si soy capaz de explicar en qué consiste con claridad: pues, del verano la tierra, todo el ambiente está caliente, pero, de repente viene un frente frío y como el aire frío es más denso, ocupa el lugar del caliente que sube para arriba y esas corrientes de aire en continuo movimiento, hacen que salgan unas nubes negrísimas que en pocas horas descargan litros y litros.
Cuando llegó septiembre, me acordé de mi querida la gota fría, todos los septiembres la veo por mi ciudad, desechando sobre ella millones y millones de gotas que lo empapan todo. Cuando las gotas mueren en un charco, salen burbujas que según me contaron de pequeña, éso significa que durante las próximas horas va a seguir lloviendo; los demás, me comentan que eso que me dijeron es mentira, que el fenómeno es producto de la física pero, yo no les creo ¿ Es que no se han fijado que no siempre que una gota de agua se funde en un charco se producen burbujas? No sé, quizás tengan incluso razón, pero, yo soy cabezota, como buena tauro. Suspiré para mis adentros, la esperé pacientemente; ella nunca nos decepciona, siempre da la bienvenida a la bajada de temperaturas. Me imaginé alegremente, saliendo de mi casa bajo una incansabe lluvia, y estrenando mangas largas. Pero, no, este año resulta que la gota fría no vino, sólo estuvo por aquí un día y se acabó ¿ Qué ha pasado contigo, gota fría? ¿Dónde estás? Quizás todo esto pase porque un nuevo y peligroso enemigo acecha: el cambio climático. Quizás te devoró ya y no me queda más que decirte adiós con mi alma y corazón. Te tengo que dar las gracias por habernos salvado en muchas ocasiones de ese calor aplastante, del que ya nunca o cada vez menos nos podrás salvar. Quizás, aún no estás de todo muerta pero, poco te falta. Te extrañaré todos los septiembres , vivirás, pero sólo en mis recuerdos. Quizás, si algún día tengo hijos se me ocurra hablarles de tí, de lo generosa que eras entonces con nosotros cuando nos hacía falta tanta agua...
Ahora te recuerdo: me acuerdo de cuando anunciabas tu llegada, tiñiendo el luminoso azul del cielo del color de la tristeza. Te sentías explotar, hasta que ya no podías más y todo lo que llevabas dentro lo descargabas sobre nosotros. Entonces, es cuando empezaba el espectáculo: las aceras de los parques se convertían en una orilla donde irrumpían las olas; las carreteras de las calles eran ríos; y alguna tapa de alcantarilla era eliminada de su lugar, para emanar de ella una fuente de agua. Y el río, trataba de desbordarse, interrumpido por su canalización, aunque sí que subía varios metros. Y ¿ Te acuerdas cuándo quisiste entrar por la puerta de la terraza del piso? Mis padres y hermanos tuvieron que impedirte el paso poniendo una manta en la puerta que obstaculizara tu paso ¿ Y cuándo tú me dabas esperanzas de inundar el instituto? Aunque nunca lo hiciste ¿ Dónde han quedado esos días? Dime. ¿ Debo olvidarte o volverás? Aunque ¿ cómo borrarte de mi memoria? Nunca podré. ¿ Qué ha hecho el cambio climático contigo? No pudiste salvarnos del calor pero, sé que lo intentaste, que trataste de llegar hasta aquí, y eso cuenta mucho. Trataré día a día de sobrevivir a este calor sofocante, del cual dicen que va a fortalecerse... ... me pregunto si en un futuro seremos capaces de sobrevivir...