miércoles, septiembre 02, 2015

Carta XXVII (A tu llamado)

Querido:

Te escribo, de nuevo, en el horizonte estival del otoño. Escribo... una verdadera bazofia, lo sé, pero la calidad se torna en un detalle sin importancia cuando se trata de buscarte. Solo me conformo con guardar la calidad y la fidelidad de mi corazón y guardarlo solo para ti. Guardarme... Dios me permita llegar solo hasta ti.

¿Cómo puedo llegar a ti? ¿Cómo conocerte? ¿Lo hice alguna vez? Quizás, los pentagramas del cielo me lleven hasta ti. Si estás allí, quizás, la muerte me enseñe el camino que me lleve hasta ti ¿Hay esperanza para nosotros? Solo veo un tumulto de gente que no me ve o, quizás, sea solo a ratos. Pero... esta noche, aunque el perro de la soledad me pisa las rodillas y vigilará el cabezal de mi cama, como magia, esta canción llega hasta mí. Y no puedo más que robársela a Geri Halliwell para que la bailes junto a mí. Querido, baila allá donde estés, porque yo siempre... te estoy llamando.




Tuya,

                                                                           Felicity Nmc/Esther

Y que resuene en todo el mundo que te sigo buscando y que jamás me cansaré.