lunes, octubre 30, 2006

¡Vamos al hospital!


El oculista o ¿ El doctor pesadilla?

Mi hermana se equivocó al mirar el calendario; la semana pasada me asustó cuando me dijo que teníamos que ir al oculista pero, bueno, me puso en sobreaviso de que la temida fecha de la que no quiero escuchar ni mencionar, se acercaba.
Hoy, hoy es cuando me tocó irme de excursión a las hermosas estancias hospitalarias, como siempre empujada por mi padre y nada más y nada menos que a uno de mis médicos favoritos, el oculista ¿ Puede haber algo peor? Lo malo, es que estoy condenada a ir, tengo antecedentes con problemas oculares por los dos bandos: por parte de padre y madre. Por tanto, más me vale ir por mi bien, para que las cosas no empeoren. Pero, si por mis padres no fuera, seguro que haría lo mismo que mis otros hermanos, de los que mi padre opina que son unos abandonados.
Me pone nerviosa ir al oculista; he ido en compañía de mi hermana e inevitablemente el promotor de todo esto y ella se ha reído de mí:

- Papá ¡Mira que cara de angustia tiene Esther!

- Porque es tonta.

Allí esperando, en ese pasillo estrecho por donde iban y venían doctores, donde otro gran gentío esperaba; un pasillo feo y horrible que no sé porque extraña razón me recuerda a los corredores que hay en la cárcel, ésos donde habitan los presos destinados a la pena de muerte ( por suerte en España éso no existe; creo que aquí no somos tan salvajes aún). De repente, se escucha por el micrófono nuestros nombres y apellidos ¡Horror! ¡Llegó la hora final! ¡Última oración! ¡Última voluntad! ¡Procedan al testamento! Entro. Como siempre, la doctora llama a mi hermana a la silla que desprenderá las corrientes eléctricas, porque ella es la mayor; las horrorosas gafotas descansan ahora sobre su nariz, en la pizarra se reflejan los números. Yo lo único que hago es esperar mi hora, soy un manojo de nervios que pone su mano angustiada en el cuello; que lo único que desea es evadirse sin conseguirlo.

- Dime ¿Qué número es el de ahí?- procede la doctora.

- El siete.

- ¿El siguiente?

- El cuatro

...

El médico mete a las gafotas de mi hermana otras lentes, se ve que mi hermana no atinó bien, cosa de la que no me he enterado, ya que lo único que me he dedicado a hacer ha sido poner la mano en mi cuello, encogida por el temor. Al fin alzo la vista y pregunto a mi padre:

- ¿Ha fallado muchas?

- Todo, me parece que esta no se va de aquí sin gafas.

Venedicto final de mi hermana: es un poco miope, 0'5 diotrías; y tiene un poco de astigmatismo. Necesita: gafas para leer pizarra, ver la televisión o conducir.
Ahora, recuerdo esa vez en que nos pusieron gotas para dilatar las pupilas y se pasaron tanto, que tuvimos que estar el resto del día medio cegatas; en el instituto, no pude hacer gimnasia, lo único que veía eran unas manchas borrosas ( se supone que eran personas) corriendo por ahí.
Ahora, te toca a tí, Esther, vamos a la silla de la muerte. La doctora pregunta antes por mi estado. Yo digo que estoy bien; desde hace poco he notado que me cuesta más ver las letras de la televisión pero, no, debe ser que aquel día no estaba bien o, que no tenía las gafas muy limpias. Me callo, y que todo empiece y acabe cuanto antes; tengo baja actividad mental, estoy sometida a la voluntad de la doctora, ya no soy nadie. Comienza la tortura; las piernas me tiembran y también un poco la cabeza.Sus descargas eléctricas me obligan a responder. Resultados: sus diotrías han aumentado a una en cada ojo y además es un poco astigmática, aunque mucho menos que su hermana; que le cambien los cristales y las gafas las usa para lo mismo que su hermana ¡Uy! ¡Qué alegría! ¡Miope y astigmática! Bueno, al menos no tengo que llevar gafas permanentemente ¿Qué me tocará al siguiente año? Mi hermano, dijo que las diotrías aumentan hasta que terminas por desarrollar, así que espero que ya haya terminado mi proceso de mutación, para que no aumenten ¡Por favor!
Me pareció escuchar que el médico al que más temían los españoles era al dentista, pero yo lo prefiero al oculista¿Qué médico se podría decir que es el preferible? ¿Aquél que te pone las gafotas? ¿El típico del "Desnúdese"? o ¿el que te sierra los dientes?


El dentista ¿diseñador de orografía bucal?

Mi lista, empezando por el peor, y acabando por el mejor:

- El número uno, el campeón : no sé quién se lo merece más, si el oculista o, el destripador de ropa, son los dos tan "agradables"...

- El segundo puesto: para el diseñador de tu orografía bucal.

Seguro que hay más doctores pesadilla pero, por suerte, no he merodeado aún por muchos de sus lugares.
Y ¿tú? ¿A qué médico odias más ir? ¿Tienes tu lista de doctores pesadilla?


El ginecólogo o ¿ El destripador de ropa?

Es en estos momentos cuando mejor entiendo a mi perro, cuando no quiere ir al veterinario.

sábado, octubre 28, 2006

Son tres volúmenes



Son tres volúmenes, tres, uno aún no terminado. Son páginas por las que un día deslicé la punta del bolígrafo, con énfasis, con amor;y aún sigo haciéndolo, aunque no tan a menudo. Comencé a escribirlos con 14 años. No sé por qué ni para qué fin pero ¿ cuántas cosas se hacen sin saber por qué? Son modestos cuadernos, páginas y páginas decoradas con mi peculiar caligrafía y, otras aún vírgenes que esperan ansiosas el mismo destino. Y es extraño, porque si me pongo a leer, logran emocionarme, consiguen en mí un efecto extraño. Retazos de mi vida, secuencia escrita a marchas forzadas y con ahínco, aquello que yo fuí... ...mi evolución y en lo que me voy convirtiendo. Y sigo leyendo y me sorprendo de los cambios; no, no parezco la misma. El paso del tiempo es inexorable, cada acción trae una consecuencia distinta y cada minuto un nuevo cambio, porque aunque sea imperceptible e inconsciente, creo que siempre hay variaciones. Cosas que se pierden, algunas vuelven a resurgir de las cenizas; otras para siempre se fueron y otras que aparecen sin más. Y siento que me he perdido a mí misma: antes sacaba buenas notas, hubo un tiempo en que no estudiaba y sin embargo, llegaba al examen y aprobaba con facilidad(sin trampas), en baloncesto encestaba siempre que cogía el balón y empezaron a llamarme Mikaela Jordana; si me gustaba algún chico pues, él se fijaba también en mí pero, yo me hacía la dura( siempre lo hacía, quizás también era una forma de huir) ... ...bueno, en fin, me hice popular, aunque también me convertí en una engreída estúpida. Y aunque, el curso siguiente no fue todo tan fabuloso, y el ego de la etapa anterior quedó herido, siempre conseguí mantenerme en pié con buenas notas; en bachillerato me hacían estudiarme muchos temas seguidos de alguna asignatura y recuerdo como todas las tardes, en la biblioteca, a pesar del cansancio, lograba avanzar. Éso también se me fue ahora, no sé lo que me pasa, últimamente no soy capaz de avanzar nada de nada y me quedo dormida sea dónde sea ( cosa que hasta hace poco no me pasaba). Y es que tampoco duermo bien, me despierto por la madrugada y luego me vuelvo a dormir... ...en fin, por éso creo que me he perdido a mí misma. Me pregunto cuánto será capaz de durar esa estrella que brilla con tanta fuerza; me pregunto si yo seré capaz de volver a brillar algún día como ella o, si acabaré perdida en la negrura de la oscuridad. Vivo con la duda de si esta gran mutación mía es sólo un estado transitorio, una mala racha que algún día finalizará con el sol de nuevo o, si por el contrario es, simplemente ley de vida. En fin...

martes, octubre 24, 2006

Tormenta en la playa



Mi playa favorita no es ninguna de las que se encuentran cerca de mi casa, aunque tampoco es que estén aquéllas verdaderamente cerca, ya que para ir hasta ellas me tengo que valer de algún medio de transporte. Pero, mi favorita se encuentra fuera de mi provincia, más al sur. Es una playa salvaje en un entorno a rebosar de salinas. Su arena es fina y blanca y sus miles de granos osan formar bellas dunas de arena. Hasta allí, voy algún domingo con mis padres y mi hermana. Aquel domingo comenzó como otro cualquiera. El fuerte sol veraniego castigaba sin piedad a la tierra y a todo bicho viviente que podía. Pero, no importaba, porque en cuanto nos estacionáramos en algún sitio de la playa, llegaría la recompensa; esas aguas calientes del mediterráneo besarían nuestra piel y las olas nos peinarían los cabellos. Porque allí venimos a éso, a relajarnos al aire libre, a vitaminizar nuestra piel y cabellos de yodo, a curar las heridas de la semana, a respirar tranquilidad y aire puro. Y al aire libre comemos comida 100% casera, hecha con el esmero de mi padre. Sin humos, sin coches, sólo un desierto arenoso, nosotros, las gaviotas y garzas y el mar ¿ Puede haber algo mejor? Y cuando cae la tarde, marcha para casa. Así, camina que te camina, vamos desandando la playa, camino del lavapies, que dejamos bastante atrás. Yo y mi hermana siempre por delante, mis padres se quedan atrás. Al final, siempre nos toca esperarlos en la zona del lavapies;y hoy no es excepción, como de costumbre ahí estamos haciendo tiempo, a ver si llegan. Me dirijo al lavapies, para lavarme los piés, me los lavo y cuando termino se me acerca un niño de unos 10 o 11 años, que empieza a hacerme muchísimas preguntas, que contesto como mejor puedo:

- ¿Hay peces?

-¿ Dónde están los peces?

- ¿ Te vas? ¿ Porqué? Quédate un poco más...

- ¿Éso de allá es La Manga?

etc, etc, etc.

No comprendo porqué ese niño me hace tantas preguntas y que encima no marchan sobre el mismo tema, sino que tocan temas diferentes. Lo que me parece vislumbrar en su cara es un sentimiento de malestar y angustia. El niño, se va a preguntar a otra señora otro montón de preguntas, y algunas, son de las que ya me preguntó a mí. Pero, en cuanto reparo en sus supuestos padres, ya comprendo lo que le pasa. Los padres están con malas pintas. La madre gorda y el supuesto padre, con la cara chupada. Están discutiendo fuerte:

- ¿ Qué dice tu hermana? ¡ Dime! ¿¡Qué dice tu hermana!? ¡Que estemos juntos!

- ¡ Que no te quiero! ¡ No te quiero! - grita la mujer.

Los dos están acalorados. Comprendo al niño, porque yo y mi hermana estamos ahí haciendo tiempo, y yo, al menos, me siento incómoda, sin embargo, intento evadirme de toda esa escenita, hablando con mi hermana de cualquier cosa. Pero, tal es la tormenta que se ha formado al lado, que aún así, no es posible huir completamente.

- ¡A ver si te crees que voy a aguantar lo que te aguanta tu marido!

- ¡Eres una p*@+ ! - se le escucha decir al hombre.

Se gritan un montón de cosas más que no alcanzo a entender, porque en realidad oigo pero, no escucho.
Mis padres llegan. El niño, con lo que se me asemeja a un malestar general, va de persona en persona soltándoles preguntas sobre cualquier cosa; supongo que le pasará lo mismo que a mí, lo único que quisiera es no ser testigo de lo que se ha armado ahí.
La mujer embala sus pasos acera adelante. Creo recordar que el hombre la persigue enfurruñado y tiene pinta de murmurar un :

- ¡ Te mato!

El niño corre detrás intentando detenerlo, dice:

- ¡ Hey!

A lo lejos, vemos como el hombre parece que le da un bofetón a la mujer en la cara. Mientras, nos vamos ya hacia el coche, aún en la distancia, se oyen los gritos. Los observo en la lejanía y veo como la mujer pega al hombre en el brazo, el niño se resigna al lado del hombre, aguantando la tormenta.
Mi madre dice:

- Éso es como para coger, llamar a la policía y que se lleven al niño a un centro de acogida.

Desconozco si mi madre tendría razón pero, yo pensé que, por otra parte, nadie tiene derecho a separar a una madre de un hijo... ...no sé... ...yo no sé nada, lo único que sé es que no pude evitar sentirme afortunada de tener una familia normal.

viernes, octubre 20, 2006

¿Coleccionas?

Mucha gente colecciona cosas, cosas inútiles que uno no sabe porqué empieza a acumular, ni para qué. Tal es el caso de Ana Rosa Quintana, famosa periodista y presentadora de televisión en España; a ella, en particular le encanta llenar los rincones de su guarida de muñecas Barbie.
Yo, por mi parte, empecé a llenar mis cajoncitos de sorpresitas del roscón de reyes, o de los huevos Kinder ( excepto la orquilla de pelo). Aquí abajo está mi particular colección. Entre algunos componentes se pueden encontrar:

- Una caracola que pintó mi hermana con un rotulador.
- Un pikachu desorejado.
- Un mostruo marino ( uno de mis favoritos)
-Dos habas
- Una pastora descabezada, de la que por cierto, ya perdí la cabeza.
-Muchos reyes y reyes, sobre todo Baltasares
etc, etc, etc



Otra colección, esta no es sólo mía, la comparto con mi hermana, es una colección de libros románticos. Está incompleta, porque las historias eran todas iguales y al final ¡ Acababas harta!




Y a veces, a uno siempre le regalan lo mismo ( aunque a mí me encantan los presentes pero, lo que más me gusta es que se acuerden de mí). Uno se convierte en coleccionista involuntario de algo en particular y ni si quiera se da cuenta, hasta que ya tiene miles y miles de objetos similares. Entonces, un día abre el armario y exclama :

- ¡Anda!

Desde pequeñitas, a mi hermana y a mí nos empezaron a traer bolsos. Tenía muchísimos más, pero, no sé lo que ha pasado con ellos ; el orden no es mi gran virtud, por así decirlo.



Nuestro padre, se empeñaba en comprarnos joyas y joyas, hasta que se cansó de verlas por ahí tiradas. Casi ni las uso, ni las miro; a mi hermana, éso sí que le gusta más. Otra colección involuntaria en la que me vi metida, pero, bueno... ...uno después las mira con cierto cariño.



Y ya se empieza a vislumbrar una colección de cajoncitos y cofrecitos ¡ Lo que me encanta!
Los cajones de detrás son de un pueblo de Murcia, el cofre de la izquierda ( el marrón oscuro) es de la isla de Palma de Mallorca y el de las conchas es mi preferido , mi pieza más preciada, con una llave donde quizás guarde mis sueños... ...no sé ... ...debe ser algo especial; es de San Sebastián y me lo envió una tía. ¡Gracias tía! ¡ Me encantó!



Y ahora, querido lector, ya que has aguantado hasta aquí y que he querido compartir contigo mi lado coleccionista, me gustaría saber ¿ Coleccionas? Aunque, seas un coleccionista involuntario, no importa, hoy quiero saber, hoy quiero compartir, soy toda oídos.

lunes, octubre 16, 2006

Érase una vez un mundo...



Alguien habló a mi hermana de la existencia de un mundo fantástico donde las flores tenían música y en el que no existía ni el frío ni el calor. Un mundo de gente perfecta, donde el mal tenía menor cabida. Un mundo de gente de grandes corazones.
Hoy, yo, quiero ir a ese mundo. Por éso, me siento en la silla de tela del largo balcón de mi casa. Es una excepción, no suelo estudiar en mi casa pero, hoy he decidido quedarme aquí. Mis ojos, inevitablemente se van cerrando frente a los libros , a los apuntes ( es algo que últimamente no puedo evitar). No sé lo que fue de ésa que aguantaba sin parar horas y horas frente a los libros, de aquella que aún tenía fuerzas pero, lo cierto es que no avanzo como antes y éso sí que es un problema. Soy como aquel reloj al que le hace falta que le den cuerda para seguir viviendo, mi problema es que no sé cuál es mi antídoto: tomo vitaminas y como si nada. Me quedo dormida en la cama, y me sobresalto al ver la hora del reloj. Voy a las clases con el tiempo justo... ...un desastre: tarde, tarde, tarde, siempre tarde.
En esa ventana abierta al mundo, rodeada de cactus y flores, ahí frente al libro, por muy sorprendente que parezca en el cielo azul, aparece un enorme arcoiris frente a mí; no llueve pero, no importa. Es como un puente sobre la ciudad. Tiro de golpe los libracos y me pongo en camino; doy mis pasos con cuidado, temerosa de que me vaya a caer. Al final del arcoiris hay una puerta del mismo color que el cielo y un hombre, que supongo que será San Pedro, la abre con una enorme y vieja llave. Un cielo aún más luminoso aparece frente a mí.

- Ven, no tengas miedo- me invita San Pedro.

Confío en la bondad que expresa y entro. Caigo en el vacío. Llego al suelo terrestre, increíblemente ilesa ¡ No lo puedo creer! ¡ Vengo de miles de metros de altura! ¿ Dónde estaré? Es un lugar natural precioso, con flores por todos lados, abuelos jugando con sus nietos en medio de ese vasto y hermoso espacio, niños que corren por aquí y por allá, mujeres que cocinan en ollas enormes, casas hechas de palos, telas y otros materiales peculiares; se respira paz. Pero, ¡ Basta de tanto ensinismamiento! Tengo que preguntar a alguien dónde estoy y regresar a mi casa. Me dirijo a una mujer que viene de algún lugar:

- Oiga ¿ Me puede decir dónde estoy, por favor?

- Esta es la tierra de nadie.

- ¿ La tierra de nadie?

- Sí, es la tierra de nadie, sino de todos.

- Gracias. Adiós.

Me voy pensando que esa mujer está loca pero, curiosamente, pregunto y pregunto y todos me dicen lo mismo. Vale, estoy en la tierra de nadie. Tengo algo de dinero y debo hacerme con comida y si puede ser un lugar donde dormir. Busco algún mercado, tienda de comestibles, supermercado, restaurante, lo que sea que huela a comida ¡ La necesidad impera! Doy vueltas y vueltas y no encuentro nada que se asemeje. Me dirijo esta vez, a un hombre con el que tropiezo a mi paso:

- Perdón ¿ Dónde puedo encontrar un lugar en el que haya un poco de comida y donde pueda dormir?

- ¡Sígame! yo la llevo.

Le doy miles de gracias por su gran amabilidad y le sigo. Llegamos a unos grandes campos en los que crecen enormes sandías, limoneros, naranjos, almendros, nísperos, melocotones, papayas, piñas, plátanos, higos, etc, etc, etc. En fin... ...muchísimas frutas.

- ¿Ve esa casucha blanca de allá a lo lejos? Pues ahí están los jamones, cereales, carnes; en la de al lado,están los cereales, panes, bollería y pasteles; y en la última de allá están los lácteos, agua y demás bebidas. Y en las casas de detrás de la montaña, puedes dormir.

Tras la gratitud y despedidas, me dirijo a la casa de los cereales; está anocheciendo y necesito algo ligerito: como tengo costumbre de tomar cereales con leche antes de dormir pues, primero me dirijo al lugar de los cereales y me hago con un paquete de mis favoritos: ésos rellenos de melocotón y pera. Cuando voy a pagar, reparo en que no hay vendedor ¿ Dónde se pagará?
Me dirijo a una señora que busca algo:

- Perdón, ¿ Dónde se paga?- ella me mira como si no entendiera lo que quiero decir. Entonces, intento explicarme mejor:- ¿ Qué hay que dar a cambio de esto?

- ¡ Oh! ¡Nada! Esto es de todos. Tomad lo que necesitéis ¡ Con toda tranquilidad! No os preocupéis.

Así que me hago con todo lo que preciso para mi cena sin pagar ni lo más mínimo, con una sonrisa de oreja a oreja y la extraña sensación de no saber qué pensar. Me pongo a cenar en unas rocas frente al mar, está anocheciendo. Me fijo en que no hay ningún medio de transporte: ni coches ( carros, en Sudamérica), ni barcos, ni aviones ¡ Nada! El agua está serena,clara. El aire es puro, libre, sin humos. Hay flores y vegetación variada y extraña; árboles milenarios y centenarios, a los que nunca se les ha separado de la tierra.Las flores son de rara especie y están cerradas en el atardecer. La temperatura es agradable: no hay calor pero, tampoco frío. Me fijo en la belleza del lugar y caigo enamorada de él en un profundo sueño. De repente, una música agradable suena por mis oídos y me despierta, tras extrañarme, observo las flores de mi alrededor: de ellas salen hermosas notas de música que veo ¿ Estaré alucinando? Me floto los ojos, me mojo la cara, pero, nada, las flores siguen tocando. No sé que mundo será este pero, extrañamente me hace sonreír y sentirme muy feliz. Veo a San Pedro pasando por ahí, pienso que es lo que necesito, acudir a él. Seguro que él tiene las respuestas que busco.

- San Pedro ¿ Puede ayudarme? No entiendo dónde estoy. No entiendo nada...

- Estás en el mundo que tú misma deseas. Un mundo en el que no existen las guerras, ni las enemistades, ni los desamores, ni los desengaños amorosos, ni los momentos tristes, ni las despedidas, ni la muerte. Tampoco existe la enfermedad, ni el poder del dinero, ni la propiedad. Ni la ira, ni el dolor, ni el daño psíquico o físico, ni el aborto, ni el hambre y pobreza... ...nada negativo existe; aquí sólo hay amor y paz de espíritu. Este es tu mundo.

Sí, este mundo me hace muy feliz, aunque por otra parte no puedo dejar de preguntarme si tanta perfección no me volverá loca.
Despierto, y me he quedado dormida sobre el papel. Estoy en mi casa. Me he quedado apartada, soñando con ese mundo, o con este sueño que me gustaría soñar en cualquier noche estrellada o, en cualquier lugar y momento y no despertar jamás.

sábado, octubre 14, 2006

Mecano

El grupo Mecano, fue un gran grupo musical en España y digo fue, porque se separaron. Me gustaban sus canciones, no sólo por el ritmo, sino por el significado que cada una de ellas encierra, por la diversidad de situaciones que reflejan de la vida, cruda y realmente, sin tapujos. Aquí os pongo algunos vídeos; escuchad sus letras, a lo mejor os identificáis con alguna de ellas o, a lo mejor no.

¿Qué pasa cuando no tenemos nada qué hacer?
Llega el aburrimiento, el pasar de las horas, la pérdida del tiempo, la soledad...
Es cuando se está perdido en mi habitación.



¿Qué ocurre cuando un matrimonio se acaba? ¿ Se puede salvar aún algo?
En un aniversario de El siete de septiembre...



A veces, será por cosa del destino, pero una historia puede volver a repetirse. Es La fuerza del destino




Una realidad que se da en nuestra sociedad y que ha sido objeto de burlas y de humillación impunemente. Creo que la letra refleja claramente la situación de estas parejas en nuestra sociedad.
Hombre contra hombre o mujer contra mujer.



Lo que pasa cuando dos se aman. Sólo existe el otro o, sea el .




Mecano también ha inventado historias curiosas, que bien pueden corresponderse con la realidad de cualquiera de nosotros. Puede pasarle a alguien, que se vuelva Sterosexual.



Y que decir, que todos somos los piratas del amor.

viernes, octubre 13, 2006

De cómo perdí a mis abuelos.



Recuerdo cuando todos los veranos nos dirigíamos a Quintanadueñas ( Burgos) todos : mis otros tres hermanos, mi padre y yo. Íbamos a ver a nuestros abuelos de allí. De cuando vivían ellos dos, no recuerdo mucho: me acuerdo cuando nos estaban esperando pacientemente, sentados en el viejo banco lleno de moho a que viniéramos: mi abuelo con su boina y su bastón, mi abuela con su vestido negro. Eran campesinos; había un habitáculo dentro de la casa en el que me parece recordar vagamente la silueta de algún conejo asustadizo. Tenían cabras y ovejas pero, yo ya no las recuerdo; creo que también cerdos, mis tíos de allí sí que tenían pero, los vendieron.
Tenía cuatro años cuando murió mi abuelo y de aquello sólo me quedan vagas imágenes: dentro de mi cabeza existe una imagen de las carreteras nevadas, en la noche, carreteras malas las de entonces y mi madre atemorizada dentro del coche ( carro para los sudamericanos) porque temíamos que el coche ( carro) fuera a patinar. También tengo una escena en mente: un atáud en la puerta de la casa de mis abuelos, con coronas de flores; pero, mis recuerdos se tornan confusos, nublados, se mezclan unos con otros.
No hace mucho, que mi padre contó en la mesa como se dieron cuenta de que mi abuelo ya había desaparecido de este mundo, fue él el que lo descubrió:

" Fuí arriba a despertar a mi padre. Entré y me acerqué a la cama. Le toqué y le dije:

- Padre, padre, despierte, que nos vamos.

Y padre, ni caso. Le volví a tocar:

- Padre, es tarde, despierte, despierte.

Y él ni caso. La barbilla apoyaba en su mano y estaba sonriente, feliz. De repente pensé:

- ¡ Uy! ¡Este hombre está muerto!

Le tomé el pulso y vi que no tenía. Entonces, sentí como un rayo que subía desde mis piés hasta mi cerebro. Me quedé que no sabía reaccionar, sólo pude alcanzar a decir :

- ¡ Madre! ¡ Madre! ¡ Mi padre está muerto! "

Mi padre, a raíz de ello estuvo muy mal. Veía a mi abuelo por todas partes y tuvo que ir al psiquiatra pero, se recuperó.
Me impresionó muchísmo el relato de mi padre, escuché con atención cada palabra, cada sonido y era extraño, era como si yo estuviera allí viendo todo aquello. En realidad, cuando éso ocurrió yo y mi hermana contábamos sólo con cuatro años.
De lo de mi abuela tengo ya más memoria. Teníamos 15 años y estábamos en clase de historia. Alguien irrumpió en la clase y nos indicó que agarrásemos nuestras cosas y nos fuéramos, ni una explicación más y yo sin atreverme a preguntar pero con una pregunta horrible en la cabeza:

- ¿ Qué pasará?

En el aparcamiento, ahí estaba uno de mis hermanos, esperando.

- ¿ Qué pasa? - preguntó una de nosotras alarmada.

- La abuelita ha muerto, se ha ido al cielo. Tenemos que irnos.

No sé por qué extraña razón pero, aquel viaje no lo he olvidado. Agua que caía como cascadas por las montañas; nacían de los hielos y nieves que morían con el nacer de la primavera. Grados bajo cero y frío, mucho frío. Triste tarde fría en la que fue enterrada mi abuela y en ese momento, en el cementerio solitario y antiguo del pueblo, del cielo cayeron lágrimas blancas y frías .Apenas lloré, ni tampoco mis hermanos; sólo la veíamos los veranos y durante cuatro días, dice el dicho: " El roce hace el cariño" y nosotros no nos rozábamos mucho, que digamos, pero, en esos momentos me sentí culpable por no poder llorar, por no ser capaz de derramar lágrimas; ahora, no me culpo, quizás simplemente fuera por la distancia, no porque yo sea mala. Y en esa misma noche, sentí miedo: creía que el espíritu de mi abuela estaba ahí, detrás de las cortinas que parecían moverse o, ¿ Se movían de veras? Mi prima, mucho mayor que yo, tendría ya los 30, que se hallaba en la cama de al lado, al notar mi miedo me cogió la mano, aún así no me dormía y cuando ella pensó que me había sumido en un profundo sueño me la soltó con cuidado.
Pero, no, no estaba dormida: sin embargo, me dije:

- Venga, Esther ¿ Qué va a pasar? La abuela no va a estar aquí- y en esas me dormí.

Grabada quedó en mi mente la risa de mi abuela al recibir mi primer abrazo del verano.
De mi otra abuela, la materna, no me acuerdo de nada, casi no me acordaría de su rostro si no fuera por la vieja foto que reposa en un mueble del salón o, por alguna otra que hay en los rasguñidos álbumes de fotos, comidos por el polvo y por el olvido. Sólo recuerdo una habitación con gente, o quizás no lo recuerde, simplemente fue un sueño. Mi abuela, con cara serena, parecía dormir en la cama. Alguien me dijo:

- Shhhi... ...que la abuelita está en el cielo.

La habitación es extraña, a la vez que hermosa, me parece que está rodeada por una tonalidad azul y creo que hay alguna que otra nube ; no puedo distinguir el techo del suelo, lo que no puede ser: sí, debió ser un sueño.
A mi abuelo materno fue al único que no conocí, murió antes de que yo naciera.
Y todo aquello quedó de alguna manera impreso en mi memoria, marcado con la marca de lo inolvidable.
Cuando me preguntan por mis abuelos, no digo que no tengo, sino que contesto:

- Se murieron...

jueves, octubre 12, 2006

Egoísmo



El término egoísmo viene del latín ;por una parte, la palabra está formada por " ego", que significa uno mismo ; por otro, "ismo" que significa "la práctica de", por tanto, el egoísmo, basándonos en la etimología de la palabra vendría a significar : la práctica de uno mismo. Yo, por mi parte siempre lo he entendido como que uno se ve como el centro, olvidando a todos los demás.
Alguna vez, juzgamos a los demás con dedo crítico , de ser egoístas pero ¿ realmente nos paramos a pensar de lo que somos nosotros? Pienso que el que piense que carece de egoísmo, está muy equivocado, al igual que aquel que piense que existen personitas por ahí carentes del protagonista de hoy. Creo que el egoísmo es una cualidad inherente al ser humano, de su propia naturaleza. Todos somos egoístas, unos en mayor medida y otros en menos, pero, egoístas al fin y al cabo.
Y juzgar creo que se convierte en uno de los pasatiempos favoritos cuando no tenemos otras cosas mejores que hacer; siempre actuamos igual, comentando clandestinamente, escondiéndonos como unos ladrones que huyen de la policía pero, ¿ es tan malo criticar a escondidas? ¿ Tenemos que sentirnos culpables? Creo que no; todos tenemos derecho a expresar nuestra opinión pero, mejor a escondidas, no sea que hiramos al objeto de nuestras críticas. Aunque ¿ Por qué escondernos si no estamos haciendo nada malo? Tan sólo estamos haciendo un uso más de nuestra libertad. Por otra parte nuestros comentarios no tendrían por qué quedar en una mera confidencia. Quizás sea, una de otras tantas cosas que se contradicen y que no sabemos cómo resolver; a lo mejor, hay tantas cosas contradictorias...
Me quedo con esta frase, que me gustó:

-Siempre se repite la misma historia: cada individuo no piensa más que en sí mismo -> Sófocles ( 495 a.C- 406 a.C) , poeta griego.

miércoles, octubre 11, 2006

¿Está enamorado de mí? ¡ Yo no!



Tendrán que disculparme por estar un poquito ausente pero, entre las ocupaciones que tengo y mi reciente gastroenteritis vírica, no he tenido el tiempo ni las fuerzas suficientes para ponerme frente al ordenador. Todo comenzó con mi sobrina, de algo más de un año; la empezaron a llevar a la guardería y a la semana ya empezó a sentirse mal. Solíamos tenerla en casa por las mañanas, porque los padres estaban los dos trabajando. Me conmovía ver a ese cuerpecillo tan pequeño e indefenso esforzarse por vomitar y después romper a llorar y decir un lastimoso: - ¡Mamá!
Un día le subió la fiebre tanto que le dió una convulsión, un ataque. Mi hermano, cogió el coche( carro) y condujo( manejó) a 120 Km/h por la ciudad para llevarla al hospital, donde estuvo ingresada 24 horas. Aún recuerdo como en nuestros ojos, se veían reflejados aires de preocupación y tristeza; lágrimas que amenazaban con salir en cualquier momento. Pero, ella salió, se salvó. A día de hoy, ya no ha vuelto a ir a la guardería; vuelve a reír, a parlotear, a disfrutar de los columpios, de los paseos con el abuelo; vuelve a ser la misma niña adorable de entonces, vuelve a ser ella, vuelve a estar viva.
Pero, este maldito virus, lejos de morir, siguió su curso: después se alojó en el cuerpo de la novia de uno de mis hermanos, después en el de mi madre y la última pieza del eslabón he sido yo. Y realmente, se pasa mal, por las increíbles náuseas del estómago, además de posibles diarreas. Yo, al menos, lo paso realmente mal: no puedo evitar agitarme, jadear a 100 por hora. Pero, tengo la suerte, la fortuna, de tener unos padres que están preocupados por mí, al 100%. Me apoyo en el water, y sumida en el sudor frío y las quejas, hago esfuerzos sobrehumanos por sacar todo aquello que está dentro de mí y el estómago amenaza por tirar y, es entonces, cuando una mano cálida y tranquilizadora me sujeta la frente hacia atrás o, si no es la mano, es una voz. Y me encanta, me encanta que me mimen como si de una niña pequeña se tratara, porque siento que soy una niña, una niña grande, que conserva su inocencia infantil, su gusto de mimos y de protección. Es ese calor que me abriga de todos los posibles peligros, de todos los líos por los que en mi ignorancia de juventud me podría meter; es la experiencia que trata de imponerse a la ingenuidad; es la tozudez de la juventud, el empeño en decir que los padres son unos cansinos, unos pesados,unos exagerados y hacer lo que place y después viene la equivocación, el correr a esconderse entre esos brazos que siempre están dispuestos a abrazarte. Soy realmente afortunada, y muchas veces ni si quiera me doy cuenta; me sumo en mis problemas, en mis tonterías de niña pequeña que me entristecen y olvido cuan afortunada soy pero ¿esto es evitable?
Y el virus de la gastroenteritis, parece tener gusto por mí; la vez en que lo conocí tenía 16 años y el año pasado, sería por primavera, también se alojó sin permiso, sabedor,el maldito, que yo no lo permitiría, dentro de mi cuerpo. Entonces, lo pasé peor: la fiebre subió y subió, aumentando el malestar general. Este año, el primer día, cuando me acosté comenzó a subirme unas cuántas décimas; realmente, no sé lo que tuve pues, en mi casa se había perdido el único termómetro sano que quedaba; y mis padres para bajar la fiebre me dieron una cosa que se llama Paranfetamol o, algo parecido... ...no sé... ...un nombre un tanto raro. Como ven, soy ya una veterana en esto de las gastroenteritis, por lo que ya sé perfectamente lo que tengo que hacer:

1.- Fastidiarse, pasarlo mal y potar.

2.- Aguantar con el estómago vacío la irritación de sus mucosas y si la acidez estomacal es demasiada, tomar un protector de estómago, que alivia.

3.- No comer ¡Ni se te ocurra! ni beber durante las primeras horas líquidos y más si son fríos.

4.- Conforme te vayas sintiendo mejor, intentar beber agua, muy despacio, sorbito a sorbito. Luego, ir bebiendo líquidos que contengan algo de azúcar: zumos, batidos, agua azucarada...

5.-Cuando te sientas aún mejor, puedes empezar con comidas ligeras y poco abundantes: tortilla francesa, un yogurt...

6.-Te sientes mejor, lo que significa que el intruso ya se ha ido; ya puedes ir pensando en hacer la vida normal.

Yo estoy en la fase cinco y llegando a la seis.Para mañana espero estar completamente bien. Y me tendré que ir haciendo a la idea de que en otros años venideros el maldito volverá; parece que esté enamorado de mí pero, yo grito a los cuatro vientos y no sólo a los cuatro sino a todos los que sean necesarios:
-¡ Yo no te amo! ¡ Te detesto!

domingo, octubre 08, 2006

No hay príncipes ni princesas





Cuando era una mañaca que no tenía dos dedos de frente, aún así no dejaba de soñar con que un día aparecería como por arte de magia un ser distinto a los demás, que me hiciera vibrar como nadie lo había conseguido. Suspiraba para mis adentros; los suspiros eran profundos, parecía que fuera a consumir todo el aire del planeta, suspiros silenciosos que sólo llevas dentro de tí, que únicamente tú sabes que existen. Y aquellas noches tontas en las que miras al techo, a la nada o quizás a la luna o las estrellas y te ves caminando con el "príncipe" o, la "princesa", según sea tu caso, cogiditos de la mano os miráis y os sonreís, o el amad@ te agarra un mechón de pelo que se desliza suavemente entre sus dedos y lo mira embelesado y tú no puedes más que alcanzar a decir un tonto : - ¡Ay!
O ¿ Qué me dicen de aquellos que están tan locamente enamorados que cada vez que suena el teléfono están deseando que la voz que esté al otro lado de la línea sea la del objeto de sus sueños? Después, lo que suele pasar, cogen el teléfono y ¡ Oh! ¡ No es él o ella! Y puede que el otro o la otra ni si quiera se acuerde de tu nombre (claro, que estoy exagerando pues, no creo que sea tan tonto) e incluso que esté caminando por una de las calles con otra compañía, que por supuesto no eres tú. Y ¡ Qué lastimoso! tú ahí, malgastando tus pensamientos, cuando realmente podrías estar preocupándote en vivir el presente ¿ No os parece ridículo? Y aunque esas imaginaciones a muchos les parezca un antídoto contra su mal de amores, no os enganéis, son encantadoras de serpientes, en cuanto te descuidas te dan la puñalada.
Siempre fui una exigente: aunque fuera correspondida, me gustaba jugar;me gustaba fingir que el otro no me importaba; simplemente buscaba estar segura; no quería tener un simple ligue, sino quería que me amara en cuerpo y alma; quería que el otro luchara por mí, que me mostrara que me amaba. Para mí, ese sería mi príncipe; cuando me lo demostrara me daría a él; entonces, se pararían los relojes, la ciudad y todo desaparecería con el abrazo de nuestras almas, porque nos bastaría con tenernos el uno al otro; con ser el caparazón el uno del otro. Así, juntos, seríamos invencibles; venceríamos remolinos, tormentas, tornados, truenos, huracanes ; piedras en el camino , daría igual cuan grande sería la piedra. Así sería mi príncipe pero, sólo en mis sueños. Al despertar, sólo al despertar del letargo de la infancia, te das cuenta de que todo eso que tú creías no es cierto : que no hay príncipes ni princesas, sino que cualquiera puede ser tu príncipe o tu princesa y precisamente no esperes encontrar exactamente lo que buscas pero ¿ realmente, se puede definir con tanta precisión lo que se busca? ¿ Sabemos acaso lo que buscamos exactamente? Yo, entonces, creía que nuestras almas serían dos haces de luz, destinados a unirse para formar una única estrella. Creía que podríamos danzar con el telón de fondo del infinito; creía que juntos formaríamos una hoguera de sentimientos tan fuertes y ardientes que ni el viento con su maldad podría apagar y pensaba que con las demás parejas también pasaría lo mismo. Y creces y creces, y el velo de los sueños desaparece y ves otra realidad muy distinta ¡ Te das cuenta de tantas cosas! El despertar...
Hace mucho tiempo que me cansé de la cursilada del amor. Me harta pensar en imposibles, malgastar pensamientos, o su marcha en el tren del adiós porque no me ha sabido esperar lo suficiente. Estoy cansada de interpretar el papel de tonta enamorada, me suena a cursilada, a ridiculez. Por ello, apliqué una táctica: no volverme a fijar en nadie, al menos que él se fijara en mí y a mí me gustara. Lo siento, no sé declararme, no soy capaz y me dolería mucho descubrir mis sentimientos para que el otro rehúse en mis narices; no, no puedo, soy una cobarde ¡ Ni loca!
Por ello, no tengo solución: y soy aquella que ves sola, por las calles del invierno, con su abrigo negro, caminando cabisbaja, fijándose quizás en el detalle del suelo. Yo soy aquella que ve a lo lejos a las parejas cogidas de la mano y desea ser ella la que esté así; si la ves, yo soy aquella. Y la triste música de los Moody Blues, Noches de Saten, cada nota, está alojada en su cabeza. Pero, os contaré que a pesar de mi táctica, me he dado cuenta que aún así el corazoncito puede traicionar ¿ Por qué? ¿ Es que el amor es inevitable? Seguro que tod@s hemos buscado alguna vez amor ¿ Por qué no se puede dejar de buscarlo o, de estar de miras a ello? Yo no aún no he encontrado la respuesta y ¿Tú?

viernes, octubre 06, 2006

El miedo



El miedo ¿Qué es el miedo? Quizás sea un revuelo de estómago, una inquietud que te ahoga o aquel frío escalofrío que sube por tu espalda y que envuelve todo tu ser. Y quizás se paralicen tus piernas, tu tiempo, tu cerebro o tus sentidos o, quizás grites, corras, huyas, actúes a sangre fría; y es el miedo el que indudablemente actúa, el miedo...
Y con respecto al miedo hay personas y personas: los cobardes, los de medias tintas o, aquellos que no conocen el verdadero sentido de la palabra. Y pienso yo que lo mejor es no tener miedo pero, tampoco pasarse de valiente; creo que en la mayoría de los casos todos los extremos son malos.
En cuanto a mí, tengo la desgracia de haber nacido demasiado miedica. Y día a día tengo que enfrentarme a mis miedos; tengo que caminar sin querer caminar, pasito a pasito, con paciencia. Pero, la vida obliga y uno debe aprender y con más o menos esfuerzo se enseña.
Se me ha ocurrido hacer un listado de diez cosas que me dan miedo, hoy en día; son éstas:

1.- Tener que dormir en mi casa, completamente sola, sin nadie dentro de ella.

2.- Tener que decidir. Siempre dejo las decisiones para última hora; no sé si hacer esto o lo otro, pregunto y pregunto encontrando variedad de respuestas que me conducen aún a más confusión. Sobre todo me pasa a la hora de matricularme de asignaturas; llega el día y aún no he pensado en nada y detesto tener que decidir.

3.- Cuando veo una película buena de miedo; paso miedo durante la película y también cuando me voy a la cama. Doy vueltas y vueltas en mi lecho, alboroto las sábanas un buen rato, hasta que me convenzo de que no me va a pasar nada , de que todo es una paranoia mía y, es entonces cuando me tranquilizo y me duermo.

4.- A un profesor mío de derecho, al que por cierto, este curso no tengo que aguantar, porque he evitado coger las asignaturas en las que está él. Estoy segurísima de que me va a suspender, lo merezca o no. Además, detesto la forma en la que se dirigía a mí, burlonamente, cada vez que nos encontrábamos. Como me parece un poco viejo, mi esperanza es que en mis años de ausencia se jubile, aunque no lo creo...

5.- Lo admito: tengo miedo a la muerte, como supongo que vosotros también lo tendréis. Y ese miedo ni la religión lograba quitármelo. Así que vi una teoría en internet que para mí tenía lógica y que logra apaciguar mi temor. También consigo enmascararlo ignorando que algún día no volveré a ver la luz del sol, vieja táctica muy utilizada y creo que efectiva.

6.- Estar en un río, piscina o mar y no hacer pié.

7.- Tener novio. Aunque preferiría no acabar sola y me encanta la idea de tener novio.Temo que se aburra de mí y eso me haga daño. Nunca lo he tenido.Han estado en mi haber varias oportunidades en las que ambas partes coincidíamos pero, siempre he acabado huyendo como una cervatilla asustada y, el otro, lógicamente se ha cansado de esperar. Supongo que alguna vez tendré que asumir riesgos e ignorar miedos...

8.- Enfrentarme a los exámenes, aunque he aprendido que hay que ir tranquilo para que las cosas salgan mejor; el problema, es que no es tan fácil controlar los nervios.

9.- Ir al oculista. Odio cuando te ponen gotas para dilatarte las pupilas y cuando te ponen esas gafotas y te dicen, por ejemplo:

-Dígame ¿ Qué letra ve aquí?

Y que encima, después te puedan decir que tienes miopía o cualquier otra cosa.

10.- Cuando me tengo que dirigir a una secretaría o algo por el estilo. Temo que no sepa dirigirme a esa persona, hacer el ridículo o que el otro tenga mal genio. Aunque, normalmente siempre he salido airosa.

Estos son mis miedos principales. Seguro que hay otros pero, ahora sólo se me ocurren ésos. Y con el tiempo puede que aparezcan otros y otros desaparezcan.
¿ Y tú? ¿ Tienes algún miedo o, eres como un valiente guerrero?

martes, octubre 03, 2006

Papá, papá ¿Qué es éso?



Tendría unos once años y como por aquellas épocas era habitual, habíamos ido de paseo familiar: mis padres, yo y mi hermana ( por aquellos años, mis hermanos mayores ya no venían) . Veníamos de ver muebles para el hogar y nos dirigíamos a casa; mi padre conduciendo ( manejando, para los sudamericanos) por la carretera de dos carriles. Yo y mi hermana, una por cada lado mirando el paisaje a través de las ventanas. El cielo estaba azul, completamente despejado. De repente, vi algo que llamó mi atención, algo igual a lo de la foto, o sino, muy parecido; tan extraño objeto como la forma en que tenía de moverse: parecía moverse pronunciando círculos muy rápidos.

- Papá, papá ¿ Qué es éso? ¿ Es un OVNI?

Mi padre, mientras conduce hace un esfuerzo, hecha una miradita rápida al cielo.

- No sé... ...pues si te descuidas, puede que nos estén vigilando.

Mi padre, no supo responder; nadie en ese momento fue capaz de contestarme. Puede que no me creáis pero ¡ Yo lo vi! Puede que no fueran extraterrestres, debe haber una explicación más lógica pero, cuando nadie es capaz de responderte y tú no eres capaz de identificar qué diablos es éso pues ¿ Por qué no calificarlo de OVNI? Al fin y al cabo, qué significa OVNI: Objeto Volador No Identificado. Así que como no encontré respuestas, ni en el día de hoy las encuentro, y jamás las encontraré , sí, puedo decir que he visto un OVNI, riánse o piensen que estoy loca pero, es la verdad o, sino que alguien me responda qué era éso.
Mi tío, de Burgos, por el norte- centro de la península, también se topó con otro raro objeto. Estaba en el campo, en plena oscuridad, cuando de repente un objeto con luces potentes le asaltó y eran de tal potencia que le cegaron. Mi tío corrió, sin saber dónde iban a parar sus pasos, el instinto de correr, de supervivencia, de luchar por la vida. Alterado lo máximo, asustado y llorando consiguió llegar a su casa y contárselo a mi tía. Mi hermano explicó el fenómeno diciendo:

- Vete a saber, quizás eran los del tiempo y se toparon con él, lo deslumbraron y lo asustaron.

Pero, yo me pregunto:

- Los del tiempo ¿Usan esos artilugios?

Y aquello que yo vi yo lo llamaría platillo volante, por no decir que era igualito a los que suelen salir en las películas de marcianos. ¿ Qué pasa? ¿ Qué los que controlan el tiempo van en una especie de nave extraña? Tampoco me convencieron sus explicaciones. Me gustaría saber la verdad aunque, tampoco pasa nada si no la sé... ...si alguien pudiera darme una explicación... ...pero, supongo que vosotros no tendréis tampoco ni idea, al igual que yo.