sábado, abril 28, 2007

Conociéndome y conociendo



En la oscuridad de mi habitación o con la tenue luz de la mesilla de noche intento conocerme. Pienso en lo que fuí y siento que aún no me he ido: soy la misma pero,con un aire diferente. Mientras respiro la soledad de mi mundo de sueños, me cuestiono si realmente me conozco y llego a la conclusión de que no del todo, aunque a veces me empecine en creer lo contrario ( los Tauro ya dicen que tenemos fama de muy cabezotas ¿Será cierto?). No sería la primera vez que me he sorprendido haciendo cosas que jamás pensé que haría ¿locura, quizás? No sé... ...pero, son cosas que nunca esperé de mí.

No sé de tierras lejanas, no sé de otros mundos, no sé de amor, no sé de palabras, no entiendo de catástrofes, ni de fenómenos extraños, ni de mí misma, no conozco... ...muchas cosas hay de las que no sé ni sabré nunca, muchas serán las que creo conocer cuando sólo tengo ignorancia y otras serán las que realmente llegaré a conocer. Porque la vida es una aventura y nosotros los aventureros. Así que, sólo me queda agarrar mis maletas, seguir el camino, ir seleccionando de lo bueno y de lo malo y guardarlo en el fondo del alma. Estoy conociéndome continuamente y conociendo y es fantástico tener esa posibilidad ¿no creéis?

Tú, bloguero: ¿Crees que te conoces? ¿Crees que lo sabes todo del mundo?



El sueño de Morfeo,ésta soy yo.

domingo, abril 22, 2007

¿Ángeles?



Uno de mis hermanos tenía un libro que alguien le regaló, lo quería mucho. Se llamaba " Mi primera Biblia". Un día, estaba yo en mi cama, en la casa de aquel entonces. Yo debería tener unos 8 años y él 10 más. Mi hermanito se sentó a un lado de la cama con el libro mimosamente descansando entre sus manos y comenzó a leerme una historia religiosa de las muchas que se guardaban entre sus páginas. Hasta que no sé cómo mi mirada se atrajo hasta la pared. Fue en ese instante cuando lo ví; no sabría a ciencia cierta distinguir si era un hombre o una mujer, yo diría que era hombre. Tenía ricitos de oro, unos ojos grandes, una cara que a simple vista parecía suave, delicada y simpática. Me sonrió mientras me guiñaba el ojo. Interrumpí la lectura de mi hermano:

- ¡He visto un ángel!

- Anda ¿Cómo vas a ver un ángel?

-Sí ¡Lo he visto! ¡Lo he visto! Estaba ahí...

- Te lo habrás imaginado.

Nunca supe ni sabré si era de verdad pero, es algo de las muchas cosas que se imprimieron en alguna de las páginas en blanco del cuaderno de mi vida.

Más tarde, recuerdo cómo me gustaba imaginar que una dama de forma humana y mortal, que en realidad era un ángel, era la sombra de mis zapatos. Sí, ésto sí que era clara fantasía mía, hasta que un día me cansé y preferí centrarme un poquillo más en la realidad.

Los años pasaron, sin que volviera a pensar ni a interesarme por la existencia de los ángeles, hasta que un día se cruzó en mis manos un libro de hechicería. Fantaseé de nuevo con la idea de ser una especie de bruja, de maga secreta... ...era algo nuevo para mí y estaba ansiosa por probarlo. Así que así fue como me lié a hacer hechizos, hasta que dí con uno en el que podía comunicarme con mi ángel protector, Asmel (era como suponía que se llamaba por aquel entonces). ¿Se acuerdan de la historia? Al final conseguí verle pero, se presentó como un ser sombrío, extrañamente tétrico... ...cuando me pasó creí que fue real, más tarde, con el pasar de los años lo achaqué a una sugestión que tuve antes de dormirme pero ¿quién sabe?

Un día, estaba en un lugar, estudiando, sola, cuando de repente noté como un suave soplido en mi cabeza. Fue extraño porque aquella habitación era un lugar totalmente cerrado ¿De dónde podría haber salido ese soplido? Más tarde de aquello, mi hermana tenía una profesora en su instituto, un extraño personaje pero, a la vez fascinante para mí por sus historias ¡Cuánto me gustaría haber ido a clase de mi hermana sólo para escuchar sus raras historias, teorías, concepciones de la vida! Por eso, cuando mi hermana y yo nos encontrábamos de nuevo, le preguntaba con bastante frecuencia si su profesora había contado algo nuevo. Y fue, precisamente uno de esos días, en los que a aquella maestra se le había ocurrido hablar de los ángeles. Dijo que no tenían sexo y que si se te presentaban lo hacían en el sexo que más cómodo te resultada a tí, y que podías notar su presencia si notabas unas cosquillitas que según ella te las hacían con sus alas ( ésto sí que me pareció ridículo en el momento y me reí), aunque luego mi hermana mencionó que la profesora también dijo que si notabas un fugaz viento sobre tí éso también te manifestaba su presencia. Éso me hizo recordar a lo que me pasó en aquella sala de lectura aquel día y dije:

- Aunque lo del toque de alitas me parece ridículo ¡Lo del viento sí me pasó!

Otra vez, mientras un compañero de clase me estaba hablando (era un chico que me gustó mucho tiempo), sentí como una especie de certeza de que más tarde, cuando acabara el instituto y nos separásemos, pasaría algo con él. El instituto llegó a su fin, nos separamos... ...sin embargo, estuve mucho tiempo hechándolo de menos, luchando a la vez por quitármelo de la cabeza ( me costó pero, lo conseguí) y otras albergando una vaga esperanza de volvérmelo a encontrar para que nos dijéramos , no necesariamente con palabras, todo aquello que ni él ni yo nos dijimos. No lo volví a ver... ...pero, aquel día cuando fuí a una tienda de informática a por un cartucho de tinta que había encargado fue que actuó algo ¿casualidad? ¿intuición mía? ¿comunicación de mi ángel conmigo? No lo sé.

- Hola, venía a por un cartucho a nombre de E.R.

- Sí, ahora te lo saco- pero, tras mirar en el almacén, la dependienta no lo encontró. Llamó por teléfono a su jefa y nada.

- Espera- dijo- a lo mejor está aquí... - se dirigió hacia la pared en la que se colgaban los cartuchos encargados por otras personas y que ya estaban listos para entregar. Cada uno tenía puesta su correspondiente etiquetita con el nombre y los dos apellidos de los destinatarios.

- ¿Quieres que te ayude? - pregunté.

- A ver, pues no lo encuentro... - la dependienta seguía concentrada en buscar mi encargo.

Sin esperar respuesta la ayudé a buscar... ...pero, de repente, no sé cómo acabé mirando hacia un sitio clave: el titular de uno de los cartuchos aún por recoger era el chico que me gustó (nombre y dos apellidos exactos). Era inconfundible, era él: porque además quería estudiar informática y le gustaban mucho los ordenadores. Fue raro, era como si alguien me estuviera dando una pista de por dónde solía andar él. Quizás fue mi ángel... ...alguien me dijo que a veces intentan ayudarte y se comunican contigo haciéndote sentir que algo es cierto, pero que ni tú mismo sabes explicar el por qué tienes esa certeza. No negaré que estas experiencias me dieron y me dan aún que pensar.

- Ya está- dijo la dependienta. Al final mi cartucho se encontró.

No defiendo fenómenos paranormales pero, tampoco los descarto; a veces es el mundo el que se equivoca, sino recordad a Copérnico que decía que la tierra era redonda frente a todos y absolutamente todos los que se empeñaban en decir y creer que era cuadrada. Él es sólo un ejemplo más de los muchos revolucionarios que al final resultó que tenían razón.

No sé si creo o no creo... ...pero, me gusta pensar en lo que más o menos dijo Mayelin: que no sólo hay ángeles en el cielo, sino también en la tierra. Quizás tenga razón y simplemente estén entre nosotros y no nos hayamos dado cuenta. Quizás somos nosotros los que a veces somos ángeles y otras demonios...

viernes, abril 20, 2007

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Liliana, a la que cariñosamente llamaban Lilly. Siempre había sido una buena estudiante y todo le iba genial ¿Qué había pasado de aquella Lilly? ¿Qué quedaba de ella?No pocas veces se lo preguntaba; sus estudios habían empezado a ir de mal en peor, no se sentía con fuerzas de hacer nada... ...la gente había transformado los calificativos que le atañían: Lilly ya no era estudiosa, era una vaga redomada;su anterior cualidad de responsabilidad había adquirido una "i" como prefijo; ya no era alegre, era triste; la cualidad "pacífica" pasó a ser "irritable"... ...todas, todas las buenas características que le hacían sentirse bien consigo misma en el pasado, que le daban una buena imagen frente a los demás, todo, todo lo imaginable, había quedado por los suelos. Sin embargo, Lilly aún conservaba una vaga esperanza, una extraña seguridad, que le decía que aún la Lilly del pasado estaba viva, sólo tenía que intentar recuperarla.

- Mira, ahí está otra vez la vaga ésa...

- ¿Otra vez en la cama, Lilly? ¡Ja,ja,ja!

- ¿Qué esperas de ella? A su edad no tiene ilusión por nada, cuando debería ser lo contrario.

- Debería tener coquetería ya y, mírala, le da igual estar bien arreglada que mal...

Voces y voces de las que sólo quería esconderse en un rincón ¿Qué sabían de ella aquellas personas que la juzgaban tan a la ligera? ¿Qué conocían ellos de la Lilly del principio o, qué recordaban? ¿ Por qué se complacían en criticarla y hacerla sentir peor? ¿Qué sabían ellos de noches de llanto y de insomnio? ¿Qué entendían ellos de la apatía constante? ¿Conocían a caso ellos la desesperación de no saber lo que te pasa? ¡¿Qué sabían ellos de lo que le pasaba?! ¿Quiénes eran ellos para apuntarla con el dedo? Ellos no podían saber ni entender nada y sin embargo, no parecían tener otra cosa mejor que hacer que ponerle etiquetas cargadas de negatividad.

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Pregunto:- ¿Cuando criticamos, sabemos realmente al 100% las circumstancias que impulsan a una persona a comportarse como se comporta? ¿Hasta qué punto estamos licenciados a criticar? ¿Tan exculpados estamos de nuestras faltas? ¿Qué pasa con nosotros mismos?

El personaje,Lilly, está inspirado en mí misma ¿Soy yo? podría decir que sí.Pero, no quería ser de nuevo la protagonista de un capítulo que se vuelve a repetir; porque estoy harta de la misma historia. Porque quiero romper los cimientos de la historia con un golpe seguro, fuerte, seco y sobre todo que sea definitivo. Porque sé que aunque seguramente no puedo huir, quiero escapar.

sábado, abril 14, 2007

Copito de nieve

A raíz de leer un post de Dinorider, tuve la idea y me pareció fantástica. ¿Por qué no homenajear a Copito tanto ante los que lo conocieron como a los que no? Así que me puse manos a la obra.



Copito de nieve, era así como llamábamos a este gran gorila blanco. Fue cazado en Guinea ecuatorial y vendido por los cazadores al profesor Jordi Sabater para que formara parte del zoo de Barcelona (España). Era albino, algo inusual en su especie, y seguramente por ello tan valorado. Si ibas a Barcelona era imprescindible que fueras al zoo de la ciudad, era algo que no te podías perder;Copito era toda una institución. Se hacía de querer y la verdad,es que sólo viendo esta carita de bueno que tenía se me hace adorable.Recuerdo aquel día del 2003, cuando su muerte conmocionó y recorrió todos los recovecos de mi país.

- ¡Copito de nieve a muerto!- era ése el grito triste, que bien se veía en las noticias o, que se olía en el ambiente. Un grito, una frase, un lamento que alcanzaba distancias insospechadas.

Mi hermano tuvo oportunidad de conocerlo... ...yo nunca llegué a tiempo y ese es mi lamento, aunque he aprendido a vivir con ello; pienso: - Ojalá, lo hubiera podido conocer...

Cuando se fue ya era muy mayor; equiparando su edad a la de un humano podría decirse que tendría como unos 80 años. El cáncer de piel pudo con él.


Copito manda una sonrisa al mundo...






¿Por qué tendré la sensación de que nunca lo olvidaremos?





Y dijo adiós... ...y viajó y viajó en la soledad de aquel viaje para nunca más regresar. Pero, aún así sigue vivo.


->Copito de Nieve.
->Página oficial de Copito de Nieve.

sábado, abril 07, 2007

La sabia voz del tiempo



El reloj, el sol o la luna ¿qué importa? Cualquiera de estos medios sirven para conocer de la existencia del tiempo.

Pasan horas, semanas, minutos, años, segundos, milisegundos... ...las manecillas del reloj se mueven ajenas al paso del tiempo; de derecha a izquierda, con un rítmico tic tac. Y no nos queda más que mirarlas pasivamente y esperar los efectos del tiempo. Pero, el tiempo también te puede hablar, sí, como lo lees: es la sabia voz del tiempo. A veces, nuestro presente queda plagado de interrogaciones que nos nublan la vista, pero, quizás si tenemos la suficiente paciencia de esperar, el tiempo nos dé una respuesta; sólo hay que estar atentos a la sabia voz del tiempo.

Recuerda lo que a veces se dice " el tiempo tiene la respuesta".

lunes, abril 02, 2007

Un hombre de mil caras



Lo recuerdo perfectamente, difícilmente se me olvidará. Aquel hombre angustiado, indefenso ante su inminente destino. Sus ojos vendados con un trapo negro. Cara sudorosa, desencajada. Se acercó el hombre encapuchado que tenía detrás, puso la pistola en su sien y le disparó. Después el sonido sordo, seco de un cuerpo desplomarse en el suelo. No contento, lo remató. Y después, después llegó el fin. La pantalla de la televisión siguió emitiendo más imágenes, más noticias; la vida siempre sigue. Pero, yo, no pudiera haber seguido mirando la televisión, quedé impactada. De repente no me conocí, empecé a soltar de los peores tacos ( y éso que no soy nada palabrotera). No sé lo que me pasó, pero sentí que no me podía controlar. Y fue en esa misma noche, cuando mi cuñada anunció que estaba embarazada. Una desgracia que se juntó con un milagro.

-La vida: unos se van y otros vienen-pensé.

Sobre todo de niña, pero también de adolescente, cada vez que me enteraba de un asesinato el grito silenciado del miedo habitaba todo mi ser. Me removía en la cama una y otra vez.Sentía unos ojos posados en mí, esperando escondidos en la oscuridad la más mínima oportunidad de clavarme algún tipo de utensilio puntiagudo. Y ya, en la otra casa, no podía evitar abrir el armario empotrado de mi habitación y escudriñar el más recóndito lugar con la mirada. Luego me tranquilizaba a mí misma:

- Venga, no te pasará nada. Vamos a dormir.

En mis primeros años de vida pensaba que un asesino se sabía que lo era; debería tener alguna marca o símbolo que lo identificase; quizás pusiera "asesino" en la frente o portara algún tipo huella extraña. Luego, crecí y me dí cuenta de que aquello no era así; el asesino es un hombre mil caras: psicópatas, ciudadanos, trabajadores o vagos, terroristas o no terroristas... No había distintivo.

El asesino era el hombre de mis pesadillas. Me preguntaba por qué hacían éso y por qué habían llegado a ser así, sabiendo que no encontraría respuestas. A ellos les debo parte de mis noches de miedo.

Menos mal que luego un@ se hace adult@. Empiezas a comprender aquellas cosas que veías pero, que nunca entendías. La mente ya no es tan vulnerable. De una forma u otra te haces fuerte y quizás este proceso nunca temine.