lunes, marzo 30, 2015

jueves, marzo 26, 2015

Carta XXI (Petición)

Querido:

Entre aviones que eclosionan, banderas de hipocresías y lunas que la gente cree ocultar, estoy yo. No es el lugar más deseable para vivir ¿verdad? Sin embargo, EL NACIMIENTO NO ENTIENDE DE LUGARES, ÉPOCAS, NI NADA QUE SE LE PAREZCA. El nacimiento, respira libertad. ¿Qué culpa tengo yo de tener esta edad? ¿De ir acumulando lustros tras mi espalda? ¿Crees que no me duele la sed del corazón? Un corazón que quiere amar. Un corazón que nunca será besado. El beso... debe de tener una fragancia exquisita. Debe de ser como el vals de los delfines, aunque no se sienta, aunque no se note; el beso... ¡el beso! Qué más quisiera yo encontrarlo en mi ventana y llevármelo en un colgante del corazón: el beso... ¡el beso! Tan rojo como exquisito... Inmaterial y material. Un amor con pareja de baile que llevar en el pecho. Como será ¿cómo será? Y sin embargo, hay personas que poseen un beso, que puede susurrarle por las noches nanas de respiración, acompañarles a aventuras de carretera, de eclipses o, por qué no ¡de cazuelas! Y sin embargo, no saben apreciarlo. Mataría por tener un beso así, donde los latidos se asfixian por el monóxido del amor, AMOR VERDADERO, donde los cabellos se peinan el uno al otro y ¡las palmas! y... la danza de los delfines, digo... de las almas, aún sumidas en el monólogo de la costumbre. ¿Cómo será?

Sin embargo, solo puedo estar aquí, en este albergue social, con un montón de nubes por pensamientos confusos y la firme determinación de no querer pensar para que no duela... para no llorar todo aquello que me negó el Universo. Y callo, aunque lo sepa todo. Callo todo lo que podría contar ¿acaso, me creería tu voz? Tu voz... ¿dónde está? Miles de veces creí escucharte tras espejos encantados, hasta descubrí que solo se reían de mí. ¿Loca? ¿Me llamarían loca? Yo solo fui una mujer que una vez quiso amar y creer que aquello que decían los demás era verdad.

Ojos... Bajo el rímel derretido, yo te maldigo y... ¡te espero! Bajo la noche del día, espero tu lámpara, para que me ilumine ¡ilumine! y te saque de tu ceguera. Por favor, ven a buscarme: sácame de este dolor, de las risas ilusorias, de las espadas que atraviesan la piel. Llévame afuera a ver primaveras; bajo medialunas ojerosas yo me escondo y lluvia y ¡rayos! ¿Estoy enferma? Sí, estoy enferma, de las guerras abiertas, de presentir el mañana, de las noches sin sol. Estoy enferma... de todo... y de este lugar mortecino en el que no puedo oír tu voz.

He aquí otra de mis peticiones, mientras ni siquiera soy capaz de abrir un mísero correo. Estoy aquí, creando nubes y pidiéndote, de nuevo, que me vengas a buscar. Desgárrame la espada de mi espalda, sácame las balas y bórrame las cicatrices. SOLO este simple ruego. Por favor, ¿es tanto pedir?

La que te maldice y te quiere, te maldice y te quiere, tal vez sin conocerte, pero deseando conocerte en un anhelo rosa que estremece la piel y las raíces del cabello y ¡el laberinto del cerebro! Sí... LA QUE TE MALDICE, PERO TE QUIERE.

La Justiciera del Amor /Esther

domingo, marzo 15, 2015

Estrellas perennes.


Salió, la dama, a buscar su caballero... al que jamás cambiaría porque esa no es actitud  propia de una dama. 

sábado, marzo 14, 2015

Adúlteros.

-Y ellos deberían estar en el infierno. No tienen perdón de Dios -probablemente, me dijo el Papamoscas.Él  me miró desde las alturas, desde aquel lugar donde las cosas se ven pequeñas y con su real envergadura.

Siempre me pregunté cómo podían hacerlo y yo... sin quererlo, me vi obligada a soportar esa peste, esa peste del siglo XXI, incluso, en las más delicadas baladas. A veces, me he dicho: "No, basta" y he desechado una preciosa melodía solo por eso. Ahora mismo, tengo una en mente ¿quieren que se la diga? Mmmm... me cuesta bastante, siento un nudo en la garganta, un impacto brutal que es la suave caricia de un infarto, pero... está bien: El jardín prohibido, cantada por Sandro Giacobbe. Al tomar conciencia de todo lo que implica esta canción, no puedo evitar sentir repulsión o algo atronador que me entristece y me hace pasar por las más sombrías emociones. NO, no puede tener justificación, aunque el mismo adúltero trate de encontrarla para tratar de calmar su porcina consciencia. NO. Y ves a gente que aun así, dice amar a sus parejas ¡como la trucha al trucho y el águila al aguilucho! Y gritan y dicen: "¡hasta el infinito y más allá!" Y son capaces de mandar sus besos por encima de la tierra y mostrar su magia en las mismas redes sociales y qué sé yo. Unos, más discretos; otros, menos. Y luego... NADIE PUEDE AMAR A NADIE SI COMETE ACTOS QUE PUEDAN LASTIMARLE. NADIE AMA A NADIE SI SU AMOR ROMÁNTICO ES COMPARTIDO CON OTROS. Entonces, ¿podría decir que es cierto lo que decía Chris Isaak de que "Nadie ama a nadie"? Dios, no quiero ni pensarlo. Un mundo sin amor... Y fue así, como pasé mi vida preguntándome, dónde estás. Y así, revoloteando por el tema, siendo testigo de la basura repulsiva que se gesta en el siglo XXI, una pregunta reincidente ronda de nuevo por mi cabeza.

¿Cómo pueden hacer eso?

Respuesta: los adúlteros suelen ser personas egoístas (aunque en otros contextos sean estupendos) que solo piensan en satisfacer sus más bajos de deseos. Personas que, en el fondo, no aprecian al que tienen al lado, más allá de su aspecto físico y la satisfacción sexual que pueda proporcionarles. No se les da bien coleccionar gestos simples, instantes, espacios con la especia de su pareja, aquella persona con la que supuestamente, encajaron piezas de amor solitario para convertirlo en uno solo. Son personas que no comprenden que tras la novedad llega la calma, pero que tras ese descampado otoñal se esconde la delicadeza de una flor que acaricia la piel con cariño. Son, realmente, irresponsables con respecto a sus propios sentimientos y al daño que pueden inflingir a los demás. Y... aunque... a veces, puedan lucir una careta de simpatía, carisma, sensibilidad, delicadeza o cualquier otra u otras, que se os ocurran, en el fondo, tienen otra característica común: poseen una insensibilidad monstruosa, podríamos decir que... selectiva (solo para aquello que ya no les interesa, incluso). Los adúlteros suelen ser maestros del engaño y a tanto nivel puede llegar esta destreza, que hasta aprenden a engañarse a sí mismos. Todo lo que les envuelve suele ser una mentira y todo lo que tocan lo cambian de aspecto. Un adúltero puede, incluso, llegar a ser un gran manipulador, incluso para conseguir lo que él quiere. Él conoce un gran secreto que es que mediante, la adulación, la palabra y una sonrisa, siempre puede conseguir lo que él quiere y aligerar el peso de sus propias losas. El adúltero hace perder el tiempo a toda persona que se encuentre a su lado pues, con su silencio o su traición, asesina vidas. Un adúltero rompe el corazón, sin importar cómo, dónde, cuándo... Y sí, es cierto: se puede morir de amor, más bien se podría decir desamor pues, no sería la primera vez en la historia que alguna persona traicionada decide tirarse por un puente, o, sino, al menos, muere en vida (no sé qué es peor). Y aquí, a estas alturas ¿DE VERAS SIGUES PENSANDO QUE ESA PERSONA ADORABLE, ATRACTIVA Y GENIAL ES UNA BUENA ELECCIÓN? Yo creo que no.

Y así, concluyo: sí, Señor Papamoscas, o quien quiera que seas: ellos no merecen más que el más puro infierno; beber el veneno de la soledad y que les reviente por dentro, pero... a veces, ni el mismo cielo cobra justicia. Y así, la vida se llama injusticia y los actos delictivos, despreocupación. Y no, no pretendo ser una Bruja Maléfica, pero es difícil mi posición y ante, el perfume liviano en el estercolero, supongo que a alguien le tenía que tocar este comprometido papel. 

martes, marzo 10, 2015

Carta XX

Querido:

Hoy estuve preguntándome por qué las ratas se empeñan en esconderse cuando sabe el mundo que ellas existen. Ratas como tú. Para qué ocultar los pecados. Para qué empeñarse en enterrar lo que todo el mundo conoce. Sí, muchas veces, me he preguntado eso y como siempre...

Y... de nuevo, vienen los árboles de la sospecha que me aterrorizan por las noches y pesan en mi estómago. Por favor, ven, abrázame y dime que son mentiras, una vez más, que... no tengo nada que temer. Tengo miedo de... oír palabras en mis sueños, de vivir en un mundo de mentiras e hipocresías, de teñirme del rojo de un infarto porque yo...SOY VERDAD; las muñecas mudas no cuentan mentiras porque permanezcan quietas. Las muñecas mudas no actúan en obras de su vida que al fin y al cabo, son solo teatro. Yo soy amor y quiero amor.

Querido ¿dónde estás? ¿Pueden dos almas desconocidas ser inmensamente conocidas? Y yo... que no quiero morir de amor y vivo en una ciudad con cierto historial de suicidios; qué irónico. Unos mueren de amor y otros, solo se dedican a matar.

La rosa, la rosa de la que hablé murió. Sus pétalos ennegrecidos parecían querer acariciar mi rostro y por un momento, quise sentir su tacto ennegrecido sobre mi piel.

Y aquí me hallo, en lo alto de esta torre invisible, donde alguna veces traté de decir un adiós (deseado,pero sobre todo indeseado; es cierto) y me alegré cuando tus labios dijeron: "no te diré adiós" , pero... los cerrojos están echados, las puertas mudas y muy pocas veces, me parece oír voces y, es entonces, cuando me pregunto si vendrán a ponerme un zapatito de cristal o, simplemente, abrirán la puerta para dejar que bailen mis pelos de loca con la rama de los árboles y de la soledad. Y aun así, en ocasiones me siento sola: cuando escribo en mi libreta un millón de puntos suspensivos ¿Cómo se puede interpretar una boca que dice "sí", pero que luego dice "no"? Gran misterio como tantos otros que... mi desordenada cabeza nunca supo aprender, PERO ME GUSTARÍA QUE MI CORAZÓN NO MURIERA, NO MURIERA, porque... crueles falsedades pueden matarlo.

Querido, demando una respuesta que sé que contestará el viento porque ya, apenas puedo oír tu voz.

La Justiciera del Amor/Felicity Nmc/ Esther