lunes, diciembre 28, 2009

¿Preguntas con apellido?

La mente de L hacía tiempo que se había alejado del terreno de los estudios, pero, L decidió volverla a activar en busca de un sueño, sí esas mariposas de alas de seda, que baten sus alas y que pocos se animan a atrapar: quería ser médico. L tenía que lidiar también con el tiempo, a menudo oxidado, carcomido por su trabajo a turnos, que a veces se empecinaba en mezclarse con el horario de clases ¡Maldito! Por eso, en ocasiones, venía un poco ensinismada en su espiral de despiste e intentaba ponerse al día con una ayuda que seguramente no sería más que las perlas de cristal que caen de techados harapientos, roídos en su vejez -eso si llegaba; porque esa gente, el resto, se empapaban en sus abrigos de perfeccionismo y trazaban palabras de beso, que no siempre, al volver uno la espalda, continuaban sonriendo en sus arco iris de alegría o de paz: cuando uno era víctima o el objeto extraño, digno de un estudio exhaustivo, aquellas palabras, al definirse la ausencia, se convertían en afilados cuchillos. Y así hacían con L, no sé si ella lo sabría; " No sé cómo le puede gustar ésa a Christian ¡si no tiene culo! Poca cosa...""Ésa no tiene ni chicha ni limoná... eso sí, tiene unas tetotas..." "Si es que encima es tonta, tonta, tonta ¿no os dais cuenta?" " Y dice que quiere ser médico ¡ésa! ¡Ja,ja,ja!". Mientras, L seguía concentrándose en las clases, aparentemente ajena a la tormenta que despertaba el ruido de sus pasos, de su sola presencia, de su respiración y entonces, de repente, alzaba el brazo y tras el permiso concebido, lanzaba interrogaciones al aire, interrogaciones que los demás se empeñaban en puntearlas con el adjetivo de tontas.

- Las preguntas son el signo del ansia del saber, del interés ¡Sean bienvenidas! - había dicho alguna voz.

Hoy, algunos seres humanos las dan apellidos - inteligentes, buenas, interesantes... A veces, esos términos de compañía marcan interrogaciones con el símbolo del desprecio, de lo insípido e insignificante - tontas, malas... Por eso, un día, una interrogación dijo a la otra:

- ¡Qué raros que son los humanos! Nos alaban, vinculándonos con la sed del conocimiento y nos ligan a palabras de subjetividad, ajenas a nuestros lazos de sangre ¿Qué tenemos que ver nosotras con esos adjetivos? ¡Somos preguntas y punto! Y luego, después de tantos piropos al hambre del saber, ¡son capaces de echarnos un cubo de frío desprecio! No hay quien les entienda.

Así que las preguntas de L, fueron otras más, que se perdieron por las redes del absurdo, hasta que un día L se fue, cansada del frío invierno, olvidando su maleta de sueños.

Una vez, en otro país de tiempos distintos, un susurro me canturreó:

- No dejes que los demás se lleven tus sueños.
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Expongo estos premios que me dieron...

Dama Blanca...




Y χαμόγελα



A ellas les digo: - ¡Gracias!

Los dejo aquí para aquél que los quiera cazar. ¡Son para todos!

6 comentarios:

Esther dijo...

Lo siento, no puedo poner el tipo de comillas que deberían ponerse, siempre me dan problemas,por eso ahora opto por poner ". Si hay fallos no tengo ya tiempo de cambiarlos. Sorry. Ya os visitaré.

Saluditos.

Esther dijo...

Por si acaso ¡feliz Año Nuevo a todo el mundo!

Otro saludito.

Maat dijo...

Las preguntas son buenas, aunque algunas personas es cierto que se pasan un poquito con ellas ¬¬

Y toda la razón a la sentencia final: nadie debe llevarse los sueños de cada uno. Ya sabes que para mi, la vida es más que vivir, también es soñar :)

Un besote y feliz año!!

Amanecer dijo...

feliz navidad guapisima! me gustan las imàgenes.
mUY ORIGINAL TU POST.

Yahuan dijo...

Felizicadades por los premios, que no son pocos. Sobre esa visión de las preguntas..., no se ha hablado mucho, ¿verdad?

Pues resulta que yo nunca entendí que era eso de una buena pregunta, pero por alguna razón algunas son burlables y otras inteligentes. La criba usada yo tampoco la conozco. Y esto mientras todos se empeñan en decir que la única duda idiota es la que no se pregunta...

Dinorider d'Andoandor dijo...

para ser médico hay que tener vocación

si lo desea no debería dejarse

nunca faltará la gente así a la que se le debe demostrar que se brilla