miércoles, agosto 05, 2015

Carta XXV

Querido:

No recuerdo cuando fue el último mes en el que te escribí, pero tu silencio me pesaba como las piedras y me acribillaba el corazón. Nuestra realidad es tan compleja que jamás supe si, realmente, te encontré. Tal vez, me confundiste y me hiciste creer en algún espejismo de pantalla  (¿no es lo que se lleva?). Quizás, andabas por el cielo y te aburrías de observarme desde las estrellas, desde nuestra distancia sempiterna y, tuviste que enviarme algún "despojo humano" que me confesara su atracción, me llenara de sorpresa y que como colofón final, borrara la historia con una fingida dosis de alzheimer y kilómetros de adiós. Fuiste malo, muy malo, pero sé que algún día, donde nos encontremos, sabré perdonarte, porque el VERDADERO AMOR TODO LO VENCE y se supone que yo estoy escribiendo a mi VERDADERO AMOR, ¿no?

Me pregunto por qué no pude dar mi teléfono aquel día en la playa y cómo lo recluyo de cualquier persona que me lo pida y que no conozco demasiado bien, Cómo nunca he enviado cartas personales a nadie, cómo... y sin embargo, con él lo hice, a pesar de los pocos datos que de él tenía. Le invité a mi Casalibro, que ahora tiene como tejado la piscina de mi lugar favorito, y le sonreí en cuanto me saludó. Me pregunto qué extraña magia me llevó a hacer todo aquello que jamás había hecho. Los argumentos coherentes se escapan de mi mente y el absurdo me grita su vergüenza. Puede, querido, que me equivocara una vez más, y si tú me lo enviaste ¿te divertiste? ¡Dime!

Querido, no sé hasta cuánto puede durar este juego, pero me tienes como una vieja de 80 años ¿Era así cómo querías verme? ¿Enferma? ¿Curva? ¿Apática? Acaso, ¿quieres que muera? Quizás, me ames tanto que desees llevarme hasta las estrellas y esta forma de tratar de asesinarme, sea el mejor camino que conozcas para que estemos juntos.

Yo, no sé hacer otra cosa que esperarte al compás de las estrellas, dejar pasar el tranvía de la vida y cenar el chal de tu abrazo, aquel que he imaginado tantas veces. Solo queda encender la bengala de los deseos (aunque a veces, he temido que ellos, también, quieran abandonarme).

Querido, TE ESPERARÉ, aunque tenga que subir a las estrellas para poder rescatarte. Entonces, me contarás cuál es el sabor de los besos (en el Universo ¿serán gélidos o conservarán un leve aroma de frutas?) ¡Oh! Tengo tantas preguntas que podrían ser silencio...

Hubiera preferido que hubiéramos podido caminar juntos y no cargar con esta vida térrena que me obligó a separme de ti. Ojalá, no te escondas, ni siquiera tras la conífera de las estrellas y vengas ahora mismo aquí, a darme un beso. Pero... si he de caminar con mi tristeza solitaria, lo haré. Todo sea por saber encontrarte porque ESTOY SEGURA DE QUE NUESTRO AMOR NO NECESITARÁ LA VIDA PARA SEGUIR VIVIENDO. LO HARÁ MÁS ALLÁ DE LAS ESTRELLAS.

9 comentarios:

BEATRIZ dijo...

Esther, me dio escalofrío leer esta carta a un ser amado que ya no está y que a pesar de todo, sigue siendo parte de ti. Es duro vivir así, pero si no hay de otra, hay que hacerlo como tú, con fuerza.

Saludos cálidos desde un verano avanzado.

AtHeNeA dijo...

Todo lo que pasa nos enseña algo, y sin duda cada experiencia nos aporta un puñado de sensaciones que como etrellas, tienen su particular brillo... Esencia y alma.

Un abraz✴

Esther dijo...

Qué sabias palabras las de ambas. Gracias por compartírmelas :)

Pronto os visitaré :)

Bona nit a las dos :)

**kadannek** dijo...

Siempre tan apasionante lo que escribes, tan repleto de emoción que me conmueve. Es hermoso leerte en una tarde lluviosa y nostálgica.

Esther dijo...

¿Está lloviendo?

Qué suerte, guapa. Yo estoy que me va a dar algo ¡Esto es el infierno!

Un beso, ángel sin alas :)

Beauséant dijo...

Hay veces que la vida no debería seguir, pero se empeña en seguir.. Ya ves lo poco que le importamos...

Esther dijo...

Beauséant: ya... en ella solo somos como juguetes, pero por lo menos, a veces, podemos intentar fastidiarla un poquito ¡Je,je!

Un saludito :)

Melba Reyes A. dijo...

Carta que me lleva a rememoraciones: recuerdos de un amor que ya partió. Sentimientos que perduran. Gracias por el sentimiento.

Esther dijo...

Melba Reyes A.: :( A veces, no queda más remedio de que partan. Cuando a una de las dos partes le da igual, por ejemplo. Gracias y bonita foto de perfil :) Ya me pasaré :)