domingo, noviembre 15, 2009

¿Por qué estoy aquí?

Hola, soy la burrita Rogelia y no sé por qué acabé aquí, en este mundo de secretos que se esconden ante los ojos velados del mundo. Yo sólo sé que estaba en el jardín, tan feliz, haciendo moverse mi rabo a un lado y a otro, en un incansable compás, mientras trataba de espantar esos puntitos diminutos con alas y tan molestos que no paran de zumbar. El sol, con sus rayos de otoño, me proporcionaba un agradable abrigo. Las hojas doradas dibujaban sus alfombras de oro o se dejaban mecer por la tímida caricia del viento. Los pájaros sonreían y lanzaban sus trinos... Estaba sonando la música de la paz, una paz que se vio interrumpida repentinamente, con los gritos alzados de un grupo de jovenzuelos. Ellos me miraron y uno de ellos, seguidamente, dirigió unas palabras a los demás, en ese lenguaje humano que no logro entender muy bien. Después, otra vez me clavaron sus miradas y un amplio coral de sonrisas se dibujó, al menos, en el rostro de uno de ellos. Creía que vendrían a unirse a la bonita melodía de mis días campestres, no sé exactamente cómo. Quizás, escribieran notas con sus voces varoniles; quizás, también supieran crear sonrisas. Uno de ellos, cogió un palo << ¿Qué va a hacer con eso? >>, pensé. Se situó detrás mío. Levantó mi cola. Posicionó el palo en posición horizontal, hacia la apertura y... Las pesadas montañas del dolor, dada su grandeza, no podría pintarlas con palabras. Lancé mis rebuznos rojos al viento pero, nadie parecía escucharlos. Disparé hacia atrás mis patas traseras pero, era inútil: el desagradable "monstruo de palo" conseguía ágilmente apartarse y luego continuaba con su cruel empresa, ante las sonoras y complacidas carcajadas de los demás. Poco a poco, el sol, la luna, las estrellas, el jardín de piel morena... todo se apagó bajo el inesperado ocaso de mis días.

Estoy aquí, sí, en la noche eterna, que me zambulló entre sus brazos, y no entiendo por qué. Pero, no creo que importe mucho, como sólo era un burro...

7 comentarios:

Esther dijo...

Seguro que alguien ya se enteraría, aunque esto no es de hoy.

Y no, seguramente no se llamaría Rogelia, aunque todo lo que venga de Rogelio o similares, es especial para mí.

Qué asco de gente: no quieren a nadie, miente, miente y miente, no sabe respetar horas de sueño ni nada de nada. Sólo van a su bola, sólo piensan que se divierten con algo, por ejemplo, y ya está y encima no dejan ni a los animales en paz. Qué me esperaba... Qué desastre de todo. Qué mundo más deprimente.

Desde luego, que el que me dice que qué desgracia de juventud tiene toda la razón. Yo no diría sólo juventud. Yo diría más bien: todos somos una desgracia.

Saluditos.

Dinorider d'Andoandor dijo...

:S

mal

Yahuan dijo...

ay, es hiriente, y sabemos que el ser humano hace esas cosas y peores, que es verdad, lo cual hiere más.

Un abrazo.

abulico dijo...

Qué asco de personas; y que después digan que el animal es el burro...

Es más el burro, que es uno de los animales más nobles que existen.

Anónimo dijo...

Pues no estoy de acuerdo. Es cierto que hay mucha gente que parece que viven solamente para "pasárselo bien", que parece que no respetan a nada ni nadie, locos de la vida sin aspiraciones... pero también hay muchos que son conscientes de que el mundo es maravilloso y que pueden aportar con su saber estar, sus estudios, su trabajo, a que la vida puede ser maravillosa. Lo que pasa es que lo malo es lo que se muestra en las noticias; lo bueno, generalmente, no sale. No todos "somos una desgracia". Ni mucho menos. Arriba ese ánimo, moza.

Esther dijo...

Bueno... supongo que generalicé demasiado. Pero, en general lo que veo es eso, que cada vez nos da más igual todo... Como dice el dicho: no hay regla sin excepción, por suerte. Excepciones tiene que haber. Y la verdad, es que siento que cada vez hay menos excepciones en un montón de cosas... por ejemplo, en lo de los abortos, que me parece una barbaridad, hay más gente a favor que en contra o parece eso a veces... sobre todo de los de las generaciones aún más bajas y es como que veo pérdida de sentimientos... Es que tengo un sabio tb en mi casa, él dice cosas y yo razono y pienso que tiene toda la razón en la gran mayoría de las cosas que opina. Pero, tienes razón: no todos iguales, pero, cada vez más por lo menos... Supongo que tenemos a veces la necesidad de generalizar. Menos mal que las excepciones salvan un poquito más al mundo.

Por cierto, ¿serás mi tío? Me recuerdas a él.

Gracias por los ánimos y gracias a todos :)

Un saludo.

Pugliesino dijo...

No, ni mucho menos generalizaría, afortunadamente, con todas las personas.
No sería mala idea a esos que en su habitat maltratan a los animales, dejarlos en medio de la sabana, o selva y allí que le hagan lo del palo a un león.
O ahora que se acerca el invierno perdidos por la alta montaña, iban a suplicar por hallar un burro.

El burro es un burro, pero estos son gili...

Un abrazo y ánimo!