
Tras vagar por quién sabe qué mundos desconocidos, abro mis ojos y se abre el telón. Los rayos del sol, se colaron perezosamente por las rendijas de la ventana, tiñiendo la oscuridad de haces de luz. No quiero levantarme y enfrentarme a no sé qué acto ( tantos llevaré ya, que no sé ni qué número tendrá éste), acto de día, acto de noche.
Tras la habitual visita al aseo y el desayuno, me planto frente al armario ¿qué me pondré hoy? Elijo la ropa, me preparo en el camerino. Quizás hoy me dé un toquecillo en el rostro, quizás no (porque en esta obra no importa mucho). Por cierto ¿Cómo se llama la obra? Éso no me lo dijeron ¿Será su título "Mi vida"? Sí, éso debe de ser, "Mi vida".
Y salgo a escena ¡No! ¡Que no! ¡Qué manía! Siempre pienso ésto, pero en realidad, sé que lo estaba desde que abrí los ojos. Y soy actriz pero, carezco de guiones y sin embargo ¡me los sé! ¡Qué extraño! ¿Cuándo los estudié? No lo recuerdo...
Y soy la protagonista de mi historia. Entran nuevos personajes, salen otros, permanecen, resucitan del letargo de las ausencias. Un racimo de colores se esconde en algún lugar: rosa alegría, blanca inocencia, negra perdición, tristeza azul...
Camino, camino por las calles del mundo y en cada paso me doy cuenta de que también otras obras se entretejen. No me son propias pero, me involucran, me absorben, me aspiran como una aspiradora, se mezclan con mi propia historia, creando una red compleja. Y entonces, no soy sólo actriz protagonista, sino que soy secundaria, extra...
Sí, soy actriz, una actriz muy activa y multifacética pues, abarco drama, comedia, acción...
¿Quién escribiría el guión, la historia? ¿Qué alma caprichosa fue la que sacó la estilográfica y se puso a escribirla? Esta historia que me gusta sólo por partes, mientras otras, las detesto.
A veces, me imagino que la vida es un gran escenario. Es un manojo de historias, líneas distantes, paralelas, cercanas, cruzadas, agonizantes, incipientes, interrumpidas, reanudadas...
¿El final? cuando cada uno de nosotros cerremos nuestros ojos para siempre y emprendamos ese viaje que nadie nunca nos contó. Pero, disculpen que borre esta última frase de las páginas de mi mente; no quiero pensar en ello, aún no.