viernes, noviembre 02, 2007

¿Castillo encantado?



Había aceptado el trabajo. Periodista de profesión, entrometida (tal y como lo requería su trabajo), curiosa y tenaz no podía dejar escapar la oportunidad de ser la gran descubridora de algo que siempre fue una incógnita, desde que el mundo es mundo; de lo posible llamado imposible, por la incapacidad de demostrarse su valía o su falsedad; ni si quiera los grandes cerebritos de la sociedad pudieron encontrar jamás algo que justificara ese NO rotundo, ante la probabilidad de que existieran tales cosas. Y allí, allí estaba ella, encaminándose hacia ese castillo, dispuesta a eliminar una de las más gigantes interrogaciones que había arrastrado la humanidad, por los siglos de los siglos. Pasaría diez días encerrada en ese enorme castillo, atenta a todo fenómeno extraño que pudiera suceder, bien preparada para documentarlo con cualquier cosa: imágenes, vídeos... ...lo que fuera. Llamó a la puerta y abrió el habitante del castillo, un hombre ojeroso, de aspecto cansado. Su caminar era lento, como si arrastrara un enorme peso en los piés.

- Hay fantasmas por todos sitios... ...los veo, los veo. Me siguen a todas partes. No puedo dormir, ni vivir. Ayúdeme, por favor- pidió desesperado.

- Haré lo que pueda; para éso estoy también aquí, para ayudar- contestó ella.

La inquilina se instaló en la habitación que le otorgó el habitante, no muy lejos de la de él. Por las noches lo oía llorar y gritar cosas como :

- ¡Déjenme! ¡Déjenme! ¡¡¡Por favor!!!

- ¿Por qué me pasa a mí ésto? Dios, ayúdame, que me dejen ¡Por favor!

Y a la mañana siguiente, con los ojos enrrojecidos del llanto de toda la noche, con las típicas ojeras y semblante amargado, la preguntaba:

- ¿No los viste anoche? ¿No los oíste? Estaban por aquí.

¿Qué contestar? ¿Qué decir? Llevaba varios días ya allí y nunca había sentido, ni visto nada extraño ¡nada! Ojalá pudiera serle más útil a ese loco, porque ésa era la conclusión a la que llegó: era un pobre loco hombre, amargado y torturado por su poca cordura.

Una noche de lluvia, tétrica y fría. Como siempre esos malditos espíritus, que se mezclaban con sombras oscuras que él asociaba indudablemente con el mal, le torturaban con su presencia. Daban vueltas cerca de su cama, como planeando el momento en que le obligarían a formar parte de su club, le mandarían al más allá o al agujero más oscuro e ignorado de toda la eternidad, o harían su alma mil añicos o quién sabe si su vida. De repente, de entre ellos, una figura que le resultó increíblemente familiar se dibujó.

-¡¡Noooooo!! ¡¡¡Nooooooooooo!!! - gritó el loco, sollozando- ¡¿Quién eres?! ¡Dejáme! ¡¡¡Por favor!!!

- ¿No te acuerdas de mí? ¿De lo que me hiciste? - contestó la figura- mira en el cajón.

Y el loco fue abriendo cajón por cajón de su mesilla, hasta que llegó al último. Allí, yacía un enorme cuchillo jamonero lleno de sangre seca. Fue, entonces, cuando empezó a recordar.
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Nota: esta historia está basada en hechos reales. No soy fiel a los hechos porque yo no los ví directamente. Se me hace extraño que un hombre viviera en un castillo pero, es lo que me contaron; quién sabe, quizás fuera rico.

Y en algún lugar y en algún momento, que yo exactamente no sé, un conocido mío dijo:

-Si es que, si tú no has hecho nada malo a nadie, no tienes por qué temer.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Fantasmas, locura. Quién sabe si cualquiera de los dos exista. Por lo menos yo no creo en niguno de los dos, y por todos lados hay quien afirma haber visto uno u otro. Cierto, el que nada debe nada teme. Aunque, no sé, supongo que todos hemos hecho mal a alguien alguna vez. No sé si eso sea suficiente para temer...

Anónimo dijo...

el que esté libre de pecado que tire la primera piedra

todos hemos hecho algo malo alguna vez, ¿no?

un beso, niña

:-)

santi

Dinorider d'Andoandor dijo...

la conciencia puede ser el peor enemigo de muchos en camino de perder la razón

saludos!

ysraelg7 dijo...

Jijjiji como dice AMOR...

"el que esté libre de pecado que tire la primera piedra

todos hemos hecho algo malo alguna vez, ¿no?"

Sino, lee mi ultimo post.

Besos.

Julius Contreras dijo...

La conciencia, si es que está con mugrecita, suele traicionarnos. Mentir es muy difícil, creerse una mentira es peor. Pero concuerdo en que nadie está libre de algún pecadillo, de algo malo, oscuro o perverso que hayamos hecho. Somos seres humanos, no hay que olvidarnos.
Recomiendo leer "Crimen y castigo" de Fiodor Dostoievski y el cuento "El Corazón delator"de Edgar Allan Poe. Saludos.

Anónimo dijo...

Sería un pobre loco, subjestionado y atormentado por lo que había hecho y entonces, veía a esa persona en su mente, frente a él a todas horas. O quizás si ese fantasma realmente hubiera estado ahí, pero, sólo él lo veía ya que, el espectro sólo quería mostrarse a él para que nadie le creyera y seguir atormentándole hasta la muerte como venganza a lo que le hizo.

De todas formas, a mí me gustan esas tonterías de espiritismo y cosas de esas pero, en general no creo en ellas. ¿Aunque? ¿Quién sabe? A lo mejor hay algún espíritu conviviendo con nosotros sin nosotros ni saberlo por increíble y loco que parezca, no sé.

Un besito.

G-russo dijo...

eso Esther los temores los forma nuestra mente, comentaba en el blog de tu hermana que en Guate existen muchos mitos de fantasmas y demas, yo he andado a la hora indicada y en los lugares frecuentados por ellos y no he tenido la suerte de encontrarmelos, auque siempre que vaya voy pidiendole a Dios no encontrarlos

Rolando Escaró dijo...

vaya, pobre tipo. vive atormentado por sus remordimientos... y de esos fantasmas nadie se escapa

Anónimo dijo...

Me gusto la historia...

Creo en muchas de esas historias...
UN tiempo quise estudiar parapsicologia, ahora solo me limito a leeerlas...

la dueña dijo...

que rica historia siempr eme llaman la atencion de este tipo

como siempre tu excelente
un beso!

Dragón del 96 dijo...

Ah... la conciencia siempre es mas poderosa que la espada, la pluma o whatever.

Espero que si algún vienes al Perú y necesitas un lugar para dormir, mi casa podría darte más de un susto (no te preocupes, mis fantasmas son amistosos - menos el niño).

Slaudos.

markín dijo...

El valor que uno da a un ambiente o cosa; no siempe tiene que ser positivo... En el caso presente, le otorgo a su ambiente un valor negativo. Valor que muchos de los demás no ven, ni sienten.

No mueres mientras hay alguien que te recuerde, aunque sea con terror.

chau.

Princesa Dariak dijo...

Què pasò con la periodista?... Era un asesino o un loco? Existiò el cajon con el cuchillo?...
...
Estem... la curiosidad matò al gato, dicen por aqui. No mas preguntas para un relato con final abierto.


abrazos de luz.

Unknown dijo...

Efectivamente, solo los que no hacen daño pueden poner tranquilos la cabeza en la almohada.

Fattyec dijo...

Interesante historia, yo creo que podria tratarse de un esquisofrènico... digo, porque según el relato, solo èl escuchaba los lamentos y fastidios de los fantasmas... Pero bueno, podrèmos imaginar muchos finales para esta historia...
Besos,
Fatty

Anónimo dijo...

O quizás si, Esther! Puede ser que no hagas nada y te hagan a ti. Que los espíritus se cabrean muy facilmente, jaja!

Bueno, hablando en serio, yo suelo creer bastante en estas cosas, porqué no va a haber nada estraño?

Un beso!!

Anónimo dijo...



Me encantan este tipo de historias :P
Buuuuuuu!

Fernando Nerú dijo...

Querida Esther me has encandilado y retenido al filo del suspenso con esta historia que esta genial, he vivido cada letra y cada espacio creado, realmente genial.
Te felicito francamente y sigue escribiendo y escribiendo que tu estilo es cada dia mas bruñido y especial.

Un abrazo fuerte a la distancia querida amiga.