jueves, noviembre 30, 2006

¿Cuánto hacía que...?



Mirando el blog de Heavy bm y su triste adiós, gracias a su último post me percaté de algo que me pareció verdaderamente triste.
Y viniendo al tema, he observado que en España (no sé si ésto sucederá también en otros países) la gente es cada vez más remolona. Gran cantidad de nosotros vamos con la hora justa a todos lados; entramos a las clases o al trabajo como arrastrando los piés y salimos con la rapidez de una dinámica ráfaga de viento. En algunos servicios públicos la gente huye del trabajo antes de tiempo, quizás diez, cinco minutos,depende del caso. Las personas ya no quieren cumplir su horario efectivamente, incluso en el ayuntamiento de mi ciudad los funcionarios se permiten el lujo de abandonar temporalmente su trabajo para ir de compras, por ejemplo. Yo, no iba a ser menos. No sé por qué será pero, siempre voy corriendo, a veces con la hora justa; otras, con algo de retraso. Antes no me pasaba ésto, la puntualidad no es mi fuerte este año o ¿Qué me pasa? o, mejor dicho ¿Qué nos pasa? ¿Estamos cansados? ¿Demasiada rutina machaca a nuestras energías? ¿Soy la única que nota un ambiente contaminado por una pesadez infinita?
Desde pequeñitos nos enseñaron a ir a la guardería, al colegio... ...en definitiva, a estar presentes y dar la cara a nuestras obligaciones.
Tengo que decir que el que diga que trabaja con gusto ¡Es mentira! al igual que el que cuente que le encanta estudiar o cumplir con sus obligaciones ¡Anda ya! ¡No me digas que no preferirías mil veces más estar tumbado a la bartola,o, divirtiéndote en aquello que más te gusta , o, dedicándote a lo que verdaderamente te importa! Quizás alguien exclamaría, entonces:

- Pero ¡El trabajo me importa!

Y yo digo:

-Sí, es cierto pero ¿Por qué te importa? Por la subsistencia. Pero, si ésta no dependiera del trabajo ¡Qué diablos estarías tú haciendo allí! Seamos realistas: nadie trabaja por placer, sino porque no tiene más remedio, aunque sirva de excusa para sentirnos mejor, para encontrarle un sentido o ¿Quién sabe para qué?

Bueno la cuestión es :

¿Cuánto tiempo podemos dedicarle a lo que verdaderamente nos gusta?

Piensa:

  • Cuántas puestas de sol te has perdido
  • Cuántas oportunidades no has podido aprovechar para estar con los tuyos.
  • Cuántas escapadas al campo no has podido emprender.
  • Cuántos gratos encuentros te estás vetando con aquel amig@ al que no ves desde hace tanto tiempo
  • Cuánto hace que no vas a un buen restaurante
  • Cuándo fue la última vez que fuíste a ver jugar a tu hij@
  • Cuánto hace que no te sientes libre
  • Cuánto hace que no sales de entre cuatro paredes

...

¿Algo más?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Si tienes razón... pues soy de Colombia y por acá las cosas son iguales, tal vez nos perdemos de aquellas que nos gustan por aquellas que debemos hacer.. todo el mundo en el corre-corre diario... se pierden momentos que valen la pena...
Bueno solo pasaba de blog en blog.. buscando aún no se qué, y me encontré con tu blog... buenas reflexiones... un saludo desde Colombia... :)...te sequiré leyendo ...

Anónimo dijo...

Las cosas no son tan simples, amiga. Hay que trabajar, sí, para poder subsistir (salvo los cuatro privilegiados), pero te aseguro que se puede disfrutar trabajando. Yo sé de muchas personas que el trabajo lo toman como algo placentero. La gente creativa trabaja en su oficio con verdadero placer. Los artistas, por ejemplo. De cualquier oficio (escultores, pintores, deportistas). Y sin llegar a eso, en cualquier oficio, hecho con amor, se puede disfrutar. El irse a casa después de la jornada laboral con la conciencia de haber hecho bien tu trabajo, es algo bueno para el espíritu. Si tú eres cristiana, tienes la obligación, mejor aún, la necesidad, de ayudar al mundo a mejorar. Y el mundo mejora si tú mejoras. En tus relaciones con los demás, en el empeño de hacer las cosas bien, en el poner toda tu atención, todo tu amor, en lo que estás haciendo. Y el trabajo ocupa una buena parte del día...
Así que ya seas estudiante, ama de casa, arquitecto u oficinista... puedes, y sería lo mejor para todos, disfrutar trabajando.
Como haces tú con este blog, por ejemplo.
Un beso.

Dinorider d'Andoandor dijo...

creo siempre hay que saber conjugar trabajo con gusto, aunque si no niego que no me guste perderme las puestas de sol!

Anónimo dijo...

En eso de no cumplir horarios y esquivarle al trabajo los argentinos somos bastante buenos y es algo que, mal que nos pese, debemos aceptar e intentar cambiar.

Sobre las cosas que uno se pierde:
¿Cuanto tiempo hace que debí haber ido a buscar a la persona que aún espero?

Y lo último para el anónimo: La necesidad de ayudar al mundo a mejorar no es patrimonio de los cristianos. Yo no lo soy y algo intento cada día para mejorar al mundo y a mi mismo.

Dragón del 96 dijo...

Pues querida Esther, tu no eres de las burocraticas. Defnitvamente. A la gente le gusta trabajar por que eso le produce un beneficio monetario, mas no pq realmente le guste.

Pero tb hay gente que trabaja pq le encanta. La cuestion es encontrar ese trabajo especial que nos produce mas placer que cualquier otra cosa.

Yo prefiero el campo a la ciudad!

Slaudos.

limakaliente dijo...

Ir de compras a la hora del trabajo? Asu, eso en Lima es imperdonable. Aquí el promedio de trabajo constante es de 12 horas. Quiero vivir donde tu vives!!!!!