domingo, octubre 02, 2011

Cuando sucede, por un lugar de Otra parte...

El ambiente está enrarecido. Las ciudades son cementerios. Miles de curas parecen liberar las últimas palabras de despedida. Melodías concadenadas que expiran, insinúan aquello que fue. Llamadas escondidas. Mensajes que no encuentran respuesta. Parece que los ojos del espeso bosque acechan, desde un prisma de oscuridad pero, no dicen nada, como pequeños cervatillos que rezuman desconfianza, miedo, temor; quizás yo también forme parte de este extraño juego, a veces. Es como si un virus muy peculiar se hubiera asentado en la comarca del mundo pero, nadie ha podido descubrirlo aún. Corro, corro por este cementerio. El paisaje es desolador. Las tumbas son los pilares de la realidad, tumbas que huelen a muerte. Son los edificios, las ciudades, las personas. Las pocas que quedan en pie están moribundas, mustias, medio caídas. Sólo unas pocas se mantienen de pie con entereza y son lámparas, que iluminan la Tierra. Las admiro. Me encanta verlas, como luciérnagas que alegran el día pero, me pregunto cuánto tardarán en caer. Y yo...

Cada vez que una lágrima cae por mi mejilla, cada vez que soy capaz de emocionarme con una película, tormenta ajena, canción... ; cada vez que soy capaz de regodearme en el otoño de un recuerdo y sentir las gotas de lluvia caer por mi balcón, pese al desprecio que me provoca el dolor, sé que puedo alegrarme porque significa que, aún estoy viva.

7 comentarios:

Rebeca Gonzalo dijo...

Me quedo con la frase final... "(...) pese al desprecio que me provoca el dolor, sé que que puedo alegrarme porque significa que, áun estoy viva". Me reitero en lo que te vengo notando en está última temporada. Tus escritos han cobrado belleza e intensidad, también claridad. ¿Estás apuntada a algún taller literario? Creo percibir un antes y un después que me encanta.

¡Enhorabuena, guapa!

Dinorider d'Andoandor dijo...

por eso son las emociones!

Pugliesino dijo...

Y yo también las admiro. Eres una de ellas, de esas personas que siguen con entereza sin renunciar a si mismas.

Endavant!

*Y nada que perdonar,no era ningún rollo! muchas gracias por expresarlo en mi blog.

Mujercitas dijo...

QUERIDA ESTER, TANTO TIEMPO SIN LEERNOS, ME ENCATÓ EL ARTICULO, MUY BUENO, SIGAMOS LEYENDO Y SIGUEME EN MI BLOG.
SALUDOS

Esther dijo...

No, Sechat, no voy a ningún taller literario, salvo, en todo caso, al tuyo, que lo tengo bastante abandonado :)

Gracias :D y gracias a todos. Al que no le visite hoy o ahora, lo haré un breve.

Saluditos.

Masakoy dijo...

Yo también me quedo con la frase final pero con tu sonrisa en la frase que no has escrito.

Hasta el infinito y más allá

David Cotos dijo...

me gustan tus palabras.