domingo, julio 12, 2009

Espía.

Vino. Se sentó frente al ordenador.

- ¿Sabéis quién está en el facebook?

Con actitud inesperta buscó el enlace y tecleó en el casillero la identidad en cuestión; ahí estaba ella, alzando su rostro maquillado, alzándolo y mostrándolo al mundo. Había tirado el miedo al retrete del olvido.

Me he disfrazado de espía silencioso y he paseado mi estela muda por esos lugares cibernéticos; el tecleo de las teclas ha rasgado silencios en esta operación secreta, destapando rostros perdidos en el infinito de mi vida, reviviendo cada una de sus líneas, descubriendo cambios trazados por el infinito del tiempo. Quiero saber más, más de esas nuevas pinceladas que un pintor llamado Tiempo se empeñó en dibujar con una sonrisa socarrona en los labios, la misma de aquél que se sabe invencible. Y por un momento, deseo unirme a esa fiesta de desnudos.

- ¡Ni se te ocurra! ¡Lo está diciendo la Guardia Civil todos los días! Tú quién sabes quién está detrás de una pantalla; hay gente muy depravada por ahí - grita la voz de mi padre dentro de mi cabeza, una voz que hago mía y que pienso que puede tener razón; el mundo de fuera a veces, es demasiado frío, demasiado hostil. Las manos se endurecen cada día con el frío de la adversidad; el corazón se congela, se duerme, se olvida de hablar y aprende a beber el silencio de las palabras; el oxígeno se pierde bajo la almohada. Mueres y aprendes a revivir, revivir, sí, después de que se oscureciera el sol. No. Prefiero no saber de atardeceres y sí de amaneceres, nunca se sabe. No. No me convenceréis. Me he acostumbrado a ese anonimato, a esa caperuza creadora de oscuridad. Me gusta más remodelarme en tu imaginación, mutar mi aspecto en cada uno de tus momentos asentados en sus tiendas de campaña, como el libro que te incita a soñar. ¿Jugamos?

Unos ojos te están mirando. Ya no sé si ahora son de verde selva o de color avellana. Te miran tímidos, escondidos entre un bosque de largas pestañas. Una sombra rosácea planea sobre las superficies para acabar durmiendo sobre, quizás unos párpados y la semiluna de un pálido terreno. Los labios manchados esta vez en carmín, continúan encerrándose en su mutismo. El cabello dibuja ondas en forma de cola de caballo, sólo por esta vez. La noche se ha cernido sobre el cielo azul. La tenue luz pasea sobre la habitación y apenas logra visualizar todos los objetos. El cabello se pierde, se ahoga en esa semioscuridad ¡Espera! ¿Te pareció ver un ligero reflejo castaño? ¡Bah! Quizás fue la imaginación.

7 comentarios:

Esther dijo...

Y ya diría alguna vez que tenía los ojos bicolor :P ¡Ja,ja,ja! Y sé que alguna gente ha tenido curiosidad así que... Yo tb. me imagino los rostros de cada uno de vosotros.

Confieso que alguna vez sí que he enviado alguna en el pasado... pero, es mejor no enviar. Creo que es mejor prevenir que tener que curar.

Es que eso del Facebook me lo han estado últimamente mandando bastante y entre eso y esta conocida que vi por ahí y todos los de mi antigua clase que vi... la verdad que me puso tb melancólica y me hizo escribir esto de los anonimatos... Me gustó ver cómo estaban esos que alguna vez conocí.

Un saludito a tod@s y buen resto de la semana.

Lunaria dijo...

Por esa, entre otras razones, no tengo cuenta en facebook ni en ninguna otra red social. No me gustan nada.
Besotes.

Rolando Escaró dijo...

pues yo prefiero el anonimato...

público, pero anonimato al fin y al cabo

Maat dijo...

Yo he de reconocer que caigo siempre... Pero no es un blog también una forma de perder el anonimato? Al fin y al cabo, por mucho que lo que quieras reflejar sea ficción, los reflejos que muestran son los de la realidad misma.

Besukos

Anónimo dijo...

Si es que esto de Internet, está lleno de trucos. Je, je, je. Lo importante es usarlo para hacer el bien. Ya sabes. Entonces es una herramienta muy útil. Me gustó mucho volver a saber de ti y poder leerte de nuevo. Echaba de menos tu imaginación. Mi hermano se casa este sábado y ando muy liado. A ver si pasa la boda ya. Gracias por dejarme tu huella y espero que estés genial. Besos, cuídate y disfruta del verano. Hasta pronto.

Dinorider d'Andoandor dijo...

por experiencia prefiero el anonimato

Patricia dijo...

No me gusta mucho facebook, dicen que con este si pueden rastrearte secuestradores o ladrones o psychos, bueno no es que sea tan paniqueadora pero prefiero no por el momento aunque me invite el papa ja ja (bueno si me invita el Craig bierko maybe je je)
Uno se acostumbra al anonimato quizas porque el blog no es tan frontal no se...
besos,