miércoles, agosto 15, 2007

Subir y bajar; bajar y subir.



Es raro pero, a partir de cierta edad, es como si los astros o qué sé yo, hubieran decidido llenar mi vida de pequeños y algo molestos sobresaltos; mi vida es como montaña rusa de emociones: grandes períodos llenos de tranquilidad, interrumpidos por una cuesta arriba de emociones que me hacen subir al cielo para luego bajar y quedarme a la altura en la que estaba o quizás aún más abajo. Y a veces, estoy arriba y sonrío y siento que con mis manos puedo tocar ese techo con nubes de algodón y gritar, aunque sea en un grito silenciado:

-¡Soy feliz!

Otras veces, caigo en un pozo oscuro. Allá arriba, y a lo lejos, veo la luz del mundo de arriba. Quiero alcanzarla. Y entonces, lloras, gimes, te quejas, te entristeces o te llenas de rabia.

-¡Quiero que todo sea como antes!- gritan las voces.

Supongo que así es la vida: bajar y subir; subir y bajar. Caer, levantar, levantar y caer. Antes, no lo entendía y me ahogaba en un vaso de agua. Pero, aquella verdad un día vino, se posó frente a mi ventana y yo le abrí las puertas y la dejé entrar. Cuántas personas son las que no entienden, las que no llegan a saber, las que echan de su lado con el sonido cortante y seco de una ventana o puerta al cerrarse de golpe, a esa imponente verdad. Cuántas son las que a pesar de todo no quieren seguir. Como aquel vecino de mi barrio, que se tiró por un balcón. Como aquella mujer, que porque su novio la había dejado se tiró por aquel puente. Aquel padre de una compañera de mi antiguo colegio, que porque se quedó sin dinero, se lanzó al vacío a través de una ventana. Y así, tantas y tantas... ...y ¿qué dejaron tras de sí? Dolor, lágrimas, tristeza. ¿Acaso solucionaron algo? No. Yo no seré como ellos jamás, siempre estaré aquí. Porque, además, quiero a mis seres queridos, los amo y no se merecen ningún tipo de castigo. Piénsalo: cuando una persona decide abandonar, no sólo se condena a sí misma, sino que condena a los demás de por vida.

Por éso, aquí estoy: arriba, abajo, en medio. Arriba, disfruto de mi éxito. En medio, camino el camino. Y abajo, me desespero, lloro, me lamento pero, ahora sé que una luz tiene que llegar. Puede que llegue bien pronto o bien tarde pero, sé que vendrá. Es algo que tiene que ser así. Entonces, aquel día, las nubes de tinieblas marcharán, para el sol volver a llenarnos de su luz y traer consigo el regalo de una amplia sonrisa o las cosquillas de la felicidad. No lo dudes, el sol, nunca le abandona a uno, definitivamente.

Subir, bajar; bajar, subir;éso es vivir.

10 comentarios:

abulico dijo...

Yo tambien antes buscaba escapar de los problemas, pensaba que una ventana, un puente o una sustancia podian ser mi solucion.

Un buen dia, una persona mayor me dijo una cosa que nunca se me olvidará "cuantos más problemas tengas, más debes sonreir, más contento tienes que estar, que la gente te mire y vea tu sonrisa y, lo más importante, la cabeza debes tenerla siempre bien alta, y mirar siempre de frente.Cuando te ataquen los problemas, respirar hondo, frenar el ritmo y pensar en la solución"

Luego mi padre me dijo, en otra ocasión "cuando menos dinero tengas, más elegante debes vestir, asi nunca perderas el respeto de nadie"

Haciendo una fusion de los dos consejos, ahora cuando estoy un poco bajo de moral, voy siempre bien arregladito...y funciona! cuando todo el mundo te dice "uys que guapo vienes hoy!" se te levanta el animo de una manera...

besotes!!!

G-russo dijo...

que tediosa y aburrida seria la vida si todo seria felicidad, tener la vida arreglada me parece una vida monotona, los sobresaltos nos ayudan a crecer, los problemas ponen a prueba nuestra inteligencia, el unico problema que no tiene solucion es la muerte, y por mis principios cristiano-protestantes te digo que aun muerto seremos felices si hacemos buenas obras en la tierra, amo la adrenalina que me inyecta este sube y baja de nuestras vidas

ysraelg7 dijo...

Muy lindo post de veras.....

sabes erstoy de acuerdo con lo que dice g-rruso... ya que es todo lo que tenia que decir.

Un abrazo.

Dinorider d'Andoandor dijo...

la cosa es como tú dices, le-van-tar-se!

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acá tuvimos terremoto, el sistema telefónico colapsó, sólo nos podíamos comunicar vía internet! en mi ciudad hubo un buen susto para todos

Anónimo dijo...

Así es mi niña, todo lo que dices es cierto. Yo ya hubo tiempo que reflexioné sobre esto y llegué a la misma conclusión. Aunque algunas veces podamos llegar a un extremmo hay que seguir porque lo que está claro es que después de algo malo hay algo bueno y así sucesivamente. No todo puede ser gloria, ni todo puede ser esclavitud.
Un beso enorme mi niña. Ya sabes que en mi tienes una gran amiga y que por tu forma de ser, tan noble, tan buena te haces querer.
Un besazo princesa!!!

Princesa Dariak dijo...

Ay. Perdòn. Pero cuando leì el tìtulo pensè en... el peso, digo, el peso de uno. Come uno, engorda y, sube, trata de hacer dieta y ejercicios, adelgaza y baja, luego, se dà un gustito... y sube, y luego, con otro esfuerzo baja... y asi. Equilibrio. Tal vez eso sea tambièn en cuanto a emociones.

Un abrazo de Luz.

Blue woman dijo...

Hola! ¡Así es! En eso consiste la vida. subir, bajar, bajar, subir. No hay que rendirse, no hay que dejarse vencer por la melancólica lluvia en nuestro corazón. Cuando caes lo correcto y lo que se debe hacer es levantarse,caminar por el camino, enfrentarse a la tormenta, al chaparrón, hasta lograr apaciguarlo.

Besitos.

-Silencio- dijo...

Nunca había pensado en la forma en que la vida cambia... los altibajos y la cantidad de emociones que a diario sentimos...

Me gusta el final de tu reflexión... me gusta que piensas en los tuyos... es importante hacerlo..........

Un saludo!....

Dragón del 96 dijo...

Leyend posts ahora me doycuenta que algunas personas se rehusan a aprender... por que? no tengo la mas minima idea. Y no critico, sino que me sorprendo por el afan de muchos de permanecer en el lugar que los cobija... nada es eterno y darnos cuenta que tenemos mucho por delante tarde en la vida... como que no va.

Slaudos.

Viv. dijo...

La artificialidad mayor que hemos construido los humanos se llama realidad y en ella vivimos inmersos. A veces aflora el ser y dan ganas de abandonarla o evadirla. El desafío es no conformarse ni anestesiarse, aunque nadie te asegura que podrás salir del laberinto.

Besos.