domingo, diciembre 10, 2006

Quiero, deseo , me gustaría...



Despierto en la oscuridad de mi pequeña habitación. Y me esperan los días que no tienen dueño, que no conocen el significado de la palabra "autoridad". Vagan invisibles, invulnerables, libres, perdidos en quién sabe donde. Son los segundos que se hacen minutos y los minutos que se convierten en horas y las horas que se hacen días. Esos días traviesos que juguetean con las páginas del calendario y hacen que se pasen a toda velocidad. Y yo, protegida bajo mi coraza de sábanas abro los ojos cuando al fin he decidido recibir al nuevo día. Me miro al espejo o, recorro el conocido pasillo para llegar a alguna que otra estancia de mi casa. Estoy desarreglada, mi pelo está revuelto. Sí, soy yo, la misma que ha estado de viaje en ya no recuerda dónde; allí, que todo era posible, que todo estaba perfecto, he visto montañas, mares, ciudades. Ha sido un viaje genial, fantástico ¿Por qué tuvo que terminar tan pronto? Otra vez estoy aquí y siento que me gustaría huír pero ¿Dónde? Es una sensación rara pero, debo seguir adelante, debo caminar ¡Venga, no te hagas la remolona! Y ¿Qué me esperará en este nuevo día? ¿Será como los demás o, sucederá algo especial? Sólo pienso en que no tengo ganas de empezarlo, en que no quiero enfrentarme al inevitable pasar del tiempo ¡No quiero levantarme! Sólo deseo querarme escondida bajo la indumentaria de la cama, como si fuera su bebé pero, el señor tiempo, el cuerpo presente, don aburrimiento y no sé quién más me obligan a levantarme todos los días. Quisiera que mis sueños maravillosos fueran reales y no tener que despertar. Pero, ya que no puedo evitar tener que enfrentarme a la realidad, me gustaría desterrar en el rincón de la inexistencia los días malos y que todos mis días acabaran con una sonrisa y también que las agujas del reloj circularan al contrario o se detuvieran de forma universal. Quiero que mis piernas se aceleren, quiero correr hacia no sé dónde y quiero volar y observar como un águila divisa desde el cielo a su presa. Deseo morirme de felicidad, no más sonrisas forzadas ni risas figidas, deseo hacerlo de verdad. Y me agradaría gritar y que de mi boca salieran notas de felicidad. Sí, felicidad, me dirijo hacia tí; nadie dijo que fuera fácil encontrarte pero, tú, aunque inmaterial, serás el máximo premio al que pueda aspirar. Te quiero, felicidad y caminaré por tí, aunque sienta que esté desfalleciendo o, que no quiera comenzar un nuevo día ; algo me dice que vale la pena hacer el camino. Lo dicho:- ¡Te quiero!

13 comentarios:

LA CAÑA DE ESPAÑA dijo...

Uyuuuyyy. Cuendo empiezas con esos días derrotistas me das miedo.
Yo, cuando ya no puedo más, hago la maleta y me marcho. Tal vez no deje mucho a mi espalda, pero a fin de cuentas eso es la vida: un viaje del que no te llevaras nada.
Pero vivirlo por vivirlo... y si lo cambias, y si transformas el "querría" por el "tengo", el "¿Qué me pasará?" por el ¿Qué haré?", el "quiero" por el "puedo". Sabes de esa gente que daría su vida por poder andar, expresarse, comer, dormir calentitas, tener un ordenador en donde expresar sus ideas...?
Un beso.

'''''' dijo...

Pese al inicio depresivo al final me has inyectado un poco de ánimo. Comparto contigo esa vocación de quedarme con la cabeza escondida bajo la almohada; sin embargo, siempre me levanto, medio inocentón yo, buscando la felicidad (en la que no creo pero por si acaso la busco, jeje).

Anónimo dijo...

mmm deberias cambiar tus verbos infinitivos de posibles y miserables sueños, a verbos infinitivos de logro, de pasiones, de luchas por esos sueños...

saludos desde mi album de letras.
lisa.

Lunaria dijo...

Conozco muy bien esa sensación y no es nada agradable.
Hay a veces que hacer un esfuerzo por sacar ilusión de algún huequito y vivir.
Un beso.

[El Gran Circo de Las SombraS] dijo...

bueno eso de dirigirse ala felicidad.....
mirarlas alos ojos y evitar que siga siendo esquiva






saludos!!

Jorge Luis dijo...

Un día así de melancólico lo tiene hasta Bill Gates seguro. Esta dentro de nuestros genes sentir que lo que tenemos nunca es suficiente y que aún falta mucho.
Generalmente no es cierto, pero bueno...

Anónimo dijo...

Esther Me sentí muy identificada... los días a veces son difíciles de empezar... Lo único es seguir... aunque cueste pero solo hay que ... seguir...

Dragón del 96 dijo...

Nunca pensaste que tu alterego es el que desea que ese mundo de fantasia y mentiras acabe para entrar a un mundo logico y real como en el que vives.

Es cuestion de perspectiva. La pregunta es... que es lo que realmente quieres.

Slaudos.

Roberto del Campo Valdés dijo...

Hola Esther:

Te mando mucho animo, de verdad que lo necesitas.

A veces todo se vé color de hormiga, pero solo tienes que pensar que son momentos pasajeros de la vida.

Un abrazo.

Dinorider d'Andoandor dijo...

todos queremos con ella, pero es duro mantenerla

DjPixel dijo...

Claro que vale la pena, lo vale...


Muaaaaa.

ROx dijo...

Vas a buen paso, tienes fuerza y energía; vislumbro que estás cerca de donde quieres llegar...

Morgana dijo...

Claro que vale la pena hacer el camino, hoy he leido en varios blogs sobre el camino de la vida. Te dejo estos versos del gran Antonio Machado que son de mis preferidos...

"Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar..."

Un beso enorme.