sábado, agosto 22, 2015

Carta XXVI (¿Cenicienta?)

Querido:

Aquí me tienes otra vez. Nunca dejaré de escribirte, aunque puede que no te conozca y, aun si dejara de hacerlo, estate seguro de que siempre te llevaré junto a mí, pues, es la ÚNICA FORMA QUE CONOZCO DE AMARTE. ¿Cómo puedo no sentir esos labios y ser capaz de soportarlo? ¿Cómo puedo...? No lo sé, quizás, sean mis ganas de bailar ese vals las que me mantienen despierta, aunque la amenaza de la nieve en mis pupilas y la sequía en el torrente de mi corazón estén siempre presentes.

Alguna vez, me pareció escuchar entre los susurros del aire, que CUANDO EL AMOR ES VERDADERO SE ESTÁ DISPUESTO HACER CUALQUIER SACRIFICIO ¿Qué prueba mejor quieres? Pasan los días, los meses, los años y aun así, estoy dispuesta a esperarte, aunque pierda la vida en el camino.

Pero... no venía exactamente a esto, sino a darte las gracias, sí, las gracias ¿Por qué? Por permitirme ser tu Cenicienta de noche, por permitirme haber sentido tu presencia etérea, aunque no fuera más que eso, vapor, o,quizás, aire, energía... Quién sabe.

Aquel día en el que la pena me arrastraba y, los recuerdos del corazón silenciaban sus gritos por el vendaval de mi vida (como ayer, como siempre) apareciste... de repente. Tu compromiso decidido se vislumbraba en el aire y me arrastraba como un huracán impío. Allí, en el salón de actos, en el anuncio de nuestro compromiso, con las pocas fuerzas que me quedaban, sabía que debía acabar con aquello ¿Cómo era posible que aun en la distancia que nos separaba, quisieras casarte conmigo? Y ahí, estabas tú, sentado en la fila de delante de las butacas, sin ni siquiera un sitio libre a tu lado (y creo que aunque lo hubiera, el peso de la distancia me impediría sentarme allí). Confianza ¿dónde estaba la confianza? ¿El primer beso? Debía parar eso. Debía.

Al salir del salón de actos decidí jugar al despiste, pero a última hora, me vestí de adulta para poder enfrentarme. Retraída por aquella falta de familiaridad con el grupo, la torpeza y mi fantasma de invisibilidad vinieron a buscarme. Aun así, me llamaste para que te acompañara a la entrada del hotel.

Frente al hall de ascensores, me enseñaste tu antebrazo, que temblaba como el más feliz de los novios. Linda contradicción.

-Estoy muy nervioso -admitiste -, ¿Puedes llevarme esto? -Me pasaste un abanico y juntos nos metimos en el ascensor. Él era el tribunal, el atrio donde debía poner un final a todo esto. No podía fallar.

-¿Por qué te quieres casar conmigo? -te pregunté sin ninguna esperanza de que me tuvieras en consideración.

Lentamente, te quitaste los auriculares y me contestaste, sí, ¡me contestaste!

Allí, entre dientes, en el sabor grisáceo de... a saber qué planta, musité:

-Pero... ¡Si ni siquiera nos hemos besado!

Aun así, sentí que ya te empezaba a querer, quizás, PORQUE ERAS EL ÚNICO QUE MOSTRABA LA FIRME DETERMINACIÓN DE QUEDARTE A MI LADO.

No sé por qué me despertaste de ese vals. Quizás fue tu divino nervio que no te dejó respirar. Debería odiarte y sin embargo, te busco; todas las noches salgo a hurtadillas, recupero el zapatito donde registré las últimas líneas de nuestra historia y deseo que vuelvas otra vez para poderla continuar. Si solo puedes ser un sueño ¡tómenme sueños! Quiero sentir la lluvia de tu beso con sus arenas y su piel. Bésame, devórame hasta agotar todas las albas.

Esta noche no será la excepción, cerraré los ojos y esperaré encontrarte ¿Acaso crees que voy a faltar a mi cita? Si este es el precio que estás dispuesto a poner, estoy dispuesta a pagarlo, aunque el producto no fuera, exactamente, lo que más hubiera querido.

Un beso. Siempre tuya,

                                                                                       
                                                                      Felicity Nmc/ Esther




9 comentarios:

AtHeNeA dijo...

Ese vals de los sueños en el que a veces sentimos que damos nuestros mejores paso.
Esa línea a hurtadillas en un zapato que nos lleva por caminos que despiertos abandonamos.

Sueños que se tejen entre lineas, entre recuerdos, entre suelo y asfalto.

Mi abraz✴

Esther dijo...

Ojalá hubiera sido real :)

Esta noche, a ver si lo encuentro y escucha mi ruego.

Bona nit :) Ya me paso por tu blog; si no es hoy, bien pronto :)

Dinorider d'Andoandor dijo...

cuando menos se espera .... ¡llega!

Esther dijo...

¿Tú crees? Eso es lo que suelen decir, pero lo dudo.

Bon dia, Dinorider :)

agualuna dijo...

Es muy bonito, puede que sea tu alma gemela, pero no debes forzar el pensamiento de ver a esa persona, puede que la encuentres.. Pero no puedes saber cuando, aun así puedes meditar para atraerle o llamarle en sueños o en viaje astral, besos guapa ;)

Esther dijo...

La verdad es que es lo único que puedo hacer y no tengo ninguna esperanza. Quizás, se quede en sueños, así...

Un saludo, agradable agualuna :)

Esther dijo...

No puedo entrar en tu perfil, agualuna. Quizás está hecho a propósito. No sé :)

Lo dicho :)

**kadannek** dijo...

Escuchará y acudirá a tu llamado, pues ya te visitó en sueños.
Lo que dice agualuna es cierto, puedes invocarle para mostrarle el camino hacia ti.
Maravillosa carta. Hermosa.

Esther dijo...

Ojalá. Temo que solo fuera una maquinación de mi solitaria mente, pero de todas formas, fue bonito. Mejor que lo piense como real.

Lo dicho :)))