jueves, noviembre 25, 2010

La jaula loca.

Un día de mitad, la caja inerte de la cocina, lanzó una reflexión, que recordó por largo tiempo, aunque supiera que difícilmente algo pudiera cambiar el remolino vertiginoso que sube por los balcones, que atraviesa escaleras de columna vertebral, que invade regiones, el aire que respiramos. Quizás ésa es una de las causas de los halcones de la depresión ajena, propia, que invade los terrenos del alma; de balas perdidas que nadan en los ríos de la sinrazón, del vacío, de la nada. ¿Qué queda después de esta última? Ya no lucen estrellas en el cielo del corazón porque está hueco, inerte, muerto. ¿Qué nos pasa? Moviéndonos en una centrífuga del tiempo, desequilibrando nuestros cuerpos de tubo; caminando, quizás, por rutas perdidas.

¿Qué pasó de las sonrisas del cielo, del abrazo calmo de mar, de las manos suaves de los guantes de la brisa? ¿Dónde quedó el alcantilado de la libertad? ¿Dónde transita la montaña Latencia? Vivimos en una jaula aislada, que sólo nos enseña paredes de aluminio, ásperas sedas palpables del tener, del dinero, del capitalismo. Viene el emperador Hormigón, conquista pieles desiertas, atonta al mundo. Y mientras olvidamos la desnudez del vacío, de las cosas más simples, que dan vida. Dormimos pero, puede que no nos quede más remedio, frente al avance inexorable del gran señor antes mencionado; es seguirle o morir; coger su mano o desfallecer. Un invasor silencioso fue llegando a nuestro mundo, nuestro hoy, plagado de riquezas de metal, de drogas grises que a menudo nublan el cielo. Viene con espejos inalcanzables de luna pero, ¿tendrán un precio que jamás pronunciaron sus labios? ¿Podría ser?

Aquí dejo el vídeo de la terrible "acusación", un eco en el tiempo. Click aquí.

P.D: Lo siento por el enlace pero, no pude hacer otra cosa. Es cortito, lo prometo y puede dar qué pensar. Siento que vale la pena.

5 comentarios:

abulico dijo...

Al final realmente somos nosotros los que destrozamos todo con nuestras ansias y nuestras avaricias.

Pugliesino dijo...

Tu jaula, invisible pero existente, no la podemos palpar con las manos pero si sentirla como muy bien lo expresas, y con términos tales como red o muro, tan en boga en estos tiempos cibernéticos :) la sensación es que nos vamos autoencerrando, bueno de momento afortunadamente es solo una sensación.

A volar! :)

Dinorider d'Andoandor dijo...

no me gustan las jaulas

**kadannek** dijo...

Apoyo las opiniones anteriores; Las jaulan son despreciables, tanto las físicas como las mentales o emocionales. Lástima que nosotros mismos seamos quienes nos limitemos y pongamos obstáculos para alcanzar o fabricar la felicidad.
Me gustó mucho su texto bellamente acompañado del video; Tiene razón, deja pensando. Lo mejor es que es simple, pero directo y sincero. También estoy de acuerdo en mucho de lo que dice el médico: "La relación del hombre con la Naturaleza es mala" en términos generales, porque sólo una escasa minoría en comparación a los millones de habitantes en este mundo, respetan el ecosistema con todas sus especies. Si supieran que todo está interconectado y que no hay ser que no ayude a mantener el equilibro de la vida, aprenderían a valorar más a los animales, los insectos, las plantas, los ríos, el aire y a las propias personas.
También me pregunto, al igual que el médico: "Estaremos educando bien a los niños?" Se suele decir que ellos son "el futuro", pero depende de nosotros que el porvenir sea positivo y de calidad.
Hay que acercar más al hombre con la Natura, con lo esencial y simple de la vida.

Hermosa entrada, se agradece.

Patricia dijo...

Ojala aquella "optica" cambie en el mundo y dejemos de ser tan materialistas, pararnos a vivir el presente de manera mas "sensilla" menos ambiciosa y fuera de esa jaula que nos esta matando y lo peor tambien esta matando el entorno, precioso escrito! (as usual)
besos,