lunes, enero 04, 2010

Pies.

Distintas caras atrapan a veces al alma, distintos peces que nadan en el lago de la vida. Son territorios, al principio, inexplorados; aunque enseguida acaban haciéndose familiares. En ocasiones, te toman por sorpresa, quizás en un descuido y quién sabe cómo, de puntillas, van entrando. Entonces, absorben minutos de tu vestido de existencia: para bien, para mal: rostros de primavera que te hablan de sonrisas; gotas negras que dibujan perlas de cristal, de brumas de densidad, de caminos inestables. Pero, los pies pueden crear círculos de libertad, pueden crear bolas de oxígeno en las que escapar, pueden traerte tés exóticos del tiempo. Los pies son motores inquietos, que se adormecen en el sillón del sedentarismo. Los pies pueden traerte increíbles aventuras en el andar del tiempo : sólo hay que estar despiertos para ver; pueden ser los rostros que merodean alrededor, paisajes de espejo... Y la mente, se convierte en niña de ojos inexpertos y sonríe y se entretiene en un escenario de movimientos.

Hoy, perdí los bolsillos de secretos inhabitados, una vez más. Las plataformas móviles del cuerpo dibujaron huellas en el tiempo y sin saber muy bien cómo, o sin tener ganas de contarlo, se encontraron con esta imagen...




Cartagena (Murcia, España).

Un reino extraño ondeó su pañuelo, despidiendo sus notas de hechizo, tratando de atraer a los despistados paseantes y los pies se atrevieron a cruzar el umbral del mundo de misterios. Entonces, el peculiar señor, enjauló el presente, dejándonos verlo sólo a ratos, teletransportándonos a remotas tierras de cuenta atrás.

Para empezar, dejaba interactuar a los visitantes con diferentes juegos educativos.



Luego, nos abrió las puertas al mundo fenicio y nos dejó subirnos en sus barcos.




Y nos habló del Melkart, dios del campo, guardián de una ciudad llamada Tiro, guía de viajes y de todo lo relacionado con el comercio...



Nos enseñó sus peines de marfil...



preciosos tesoros (ámbar) que le fascinaban...



y telas, famosas en aquellos tiempos por ser las únicas en lograr un color violáceo nunca visto entonces.



Ya a bordo de un barco romano, nos ofreció comida.




Y nos habló del Garum, deliciosa salsa hecha con tripas y vísceras de peces, manjar innegable en una mesa romana. Además, el Garum, podía mezclarse con otros productos o utilizarse con fines medicinales. Y como buen anfitrión, nos dio a catar por lo menos diferentes olores...



También, nos contó que un ojo pintado en la cubierta del barco romano, no podía faltar: les protegería de maldiciones y otros golpes de mala suerte.



Continuó advirtiéndonos de las epidemias que allí y en todos los barcos, podían producirse, ya que a unos pequeños y molestos intrusos les encantaba inmiscuirse en los alimentos clandestinos de las bodegas.



Era increíble: por más que nos lo hubieran dicho, no nos lo hubiéramos creído, pero, los griegos, cosían sus barcos como prendas de ropa. Aún en el siglo XXI, se sigue haciendo esta técnica, en el océano Índico. Dicen que es muy efectiva.



Lo fácil es bajar; lo difícil subir- nos dijo - A la hora de subir, querido submarinista, no lo haga de golpe: despacito y buena letra; pues los gases del cuerpo pueden agitarse demasiado, volverse revoltosos y llevarle incluso a la muerte.




Así, trasladándonos al presente, por instantes, también pudimos observar el trabajo de los arqueólogos, con sólo tocar un botón. Esto de abajo, es un globo para recoger objetos debajo del agua, ya que aprovecha el movimiento natural del agua: es más fácil mover un objeto en el agua que en la tierra.



Las peculiares herramientas del reino , también te permitían "analizar" objetos de espacios pasados y te exponían sus conocimientos, adentrándote en sus profundidades.



- Miren lo que puede pasar con una anfora cuando yace, olvidada bajo el mar y no se la aplican tratamientos adecuados ¡miren! - también nos señaló otros objetos deteriorados, también sepultados por la ignorancia de un tiempo.



Después, por ventanas del tiempo, pudimos observar cosas tales como la vida en un barco romano. Los pasajeros y tripulantes no tenían camarotes. Se sentaban atropelladamente en la cubierta del barco: allí cocinaban, dormían bajo toldos improvisados, comían... y dejaban que el sol y las estrellas les tomaran. Además, los tripulantes se sometían a un yugo normativo estricto, pacientemente, como las aguas en calma: no podían hacer juramentos, ni bailar, ni mantener relaciones sexuales, ni cortarse el pelo ni las uñas.

Muchas más cosas nos contó este reino, tantas que quizás sería casi imposible coleccionarlas todas o atesorarlas en la autopista del tiempo. Además, él espera guardarles la emoción, la emoción de desvelar un secreto, de acunarlo entre sus propias manos. El reino se llama Museo Nacional de Arqueología Subacuática (en Cartagena).

Hoy los pies escribieron una nueva aventura; trazaron un paseo mágico en los círculos de lo físico. Los instantes quizás se deshicieron algunos pensamientos mudos, pensamientos que nunca hablarán o puede ser que de la pesada mota del aburrimiento; para ciertos momentos, no hay mejor medicina: dejar que el sol o la luna se posen sobre tu espalda.

10 comentarios:

Esther dijo...

De verdad, muy chulo. Un lugar mágico :) Y como dije, a veces, un paseo, a veces, la mejor medicina: para despejarte o lo que sea. ¡Chulísimo!

Saluditos.

Esther dijo...

Se me olvidó decir que los domingos, por la mañana, la entrada es gratis. Tb lo hacen así en mi ciudad. Se ve que lo van haciendo así, poco a poco en todos sitios.

Otro saludito.

Ártico dijo...

Habrá que ir!

Esther!!! échame otra firma votándome por fa... se puede votar 1 vez todos los días hasta el 20 de enero. Estoy en el puesto 21 peleando por entrar dentro del concurso (hay que estar entre los 20 primeros) si no te importa pasale el enlace a gente que conozcas yno le importe votar y si tienes tiempo, ve haciéndolo, vale? :) gracias!!

http://elcirculopolarartico09.blogspot.com/2009/12/1-ano-1-post-3-edicion.html

Esther dijo...

¡Votad a Ártico! ¡Sólo le falta un puesto para entrar al concurso! Suerte :)


http://elcirculopolarartico09.blogspot.com/2009/12/1-ano-1-post-3-edicion.html

Dinorider d'Andoandor dijo...

bonitas fotos



me encanta ir de puntillas y asustar

Ártico dijo...

No hace falta registrarse Esther!!! xddddd

Le das al botoncico de Votar, te lleva a otra pág y pone; confirmar. Confirmas y ya está. Te das las gracias ó te dice ooopssss (que es cuando lo tienes que intentar más tarde xd)

Pero de registrarse nada!! Un abrazo

Pugliesino dijo...

Mi añorada Cartagonova! Ahí pasé un mes en el Centro de buceo de la Armada y es como bien describes un viaje a un paraíso natural en donde el mar se acerca tanto a la ciudad como esta a el y en medio, la gente.
Un paseo mágico sin duda.
Que mejor forma de comenzar el año que dando uno :) ¡¡muy feliz 2010!!

Amanecer dijo...

Me has traido unos recuerdos muy lindos .
Què dirian mis pies por todo loq ue ha caminado al otro lado del charco .

Yahuan dijo...

Qué bonito me parece! Si estuviera más cerca me atrevería a pasarme por ahí, de hecho, di algún día me pilla de paso iré.

Por otro lado, los pies siempre han estado muy olvidados, después de llevar nuestra carga y de no tenerles en cuenta el sentido metafísico no se lo merecen.

Un abraz

Paula dijo...

¿¡eres murciana!?