viernes, junio 19, 2009

Voces nocturnas.


El centro de la ciudad nunca acallará su voz: le da igual que sean las diez de la mañana o las tres de la madrugada ; quizás su voz hoy sea de tablao flamenco con sabor a palmas y a castañuelas, o quizás simples bramidos vencedores de todo obstáculo, incluso de sueños.

- ¡Que te rajo! ¡Que te rajo!- Una navaja brilla bajo la luna.
- ¡@%&%&!

Unas jóvenes regresan a las siete de la mañana, enfundadas en un escaso trozo de tela que apenas alcanza a tapar más allá de donde se ocultan sus secretos. Ríen y se abrazan a las nuevas camisetas masculinas, sí, nuevas, porque quién sabe, quizás pronto se cansen de ellas y las cambien por otras más novedosas; las cosas parece que son así: se encuentra un nuevo producto en el mercado, se usa y se cambia por otro en cuanto pierde el color de lo inicial y se convierte en costumbre. Pero, no hagan demasiado caso a esta observadora de ventanas, de paisajes, de texturas, de sabores: son mundos distintos que colixionan; el mío, quizás el tuyo.

Un banco también es un buen emisor de graznidos a las altas horas de la noche.

Son sólo unos ejemplos, para que X. se levante y marque el teléfono de la policía, a la vez que se pregunta que por qué tan pocos vecinos se atreven a hacer lo mismo. Y mientras, yo agradezco el poder dormir en una habitación interior.

Recuerdo cuando nos trajeron al inglés. Acababa de llegar a España con su música y su maleta de ilusiones. Sí, el mismo que se horrorizaba al intentar pronunciar la "r" fuerte española.

- Ouch! It's horrible- y se tapaba el rostro con ambas manos.

- Tú vas en el avión todo cansado y lo que menos te apetece es aguantar a un español al lado, gritando por el móvil - dijo mientras imitaba a alguien ensañando fuertes golpes de palabras sobre un pobre teléfono. ¿Qué pensaría de nuestras calles? Calles que acunan esencias ya no sólo españolas. Alaridos que rasgan el cielo estrellado, que molestan, que arañan en la gigantesca ciudad. Telas de colores dispares, de olor a asfalto y que sin embargo y a pesar de todo, casi siempre suelo amar.

8 comentarios:

Esther dijo...

Amo mi pueblo, como todo el mundo, ya sea verdad que sea escandaloso o no. Aunque es verdad que a altas horas de la noche yo creo que se debería intentar respetar más a la gente, aunque quizás sea una exagerada pero, es que a veces se pasan molestando a todos o eso creo yo. Yo amo el silencio para dormir. No digo que estén como monjes a las 10 u 11 de la noche, por ejemplo, pero, a ciertas horas, la gente podría pensar que hay otra gente que intenta dormir...

Saluditos a tod@s.

Pugliesino dijo...

Lo que de forma tan clara y respetuosa comentas, y al mismo tiempo, reflejas en el gran relato urbano que has escrito, ayudaría
si ya de por sí son bellas, a disfrutar muchísimo mejor de las noches mediterráneas.
Un abrazo.

Aunque aquí en verano dormir sea misión imposible! :)

Infinito Jordi dijo...

Con la llegada del verano abandoné toda esperanza a dormir seguido. La gente y el respeto... bueno, en Madrid eso no existe, ni se contempla.

Qué tal estás? Te gusta la llegada del calor? Yo cuando era peque, ahora quisiera que volviera el invierno.

Cada día tienes el blog más chulo. Los tonos azules me traen mi mar perdido, el que me falta... gracias.

Un abrazo infinito

daindart dijo...

me gusta, me gusta :)

Anónimo dijo...

Es cierto que nuestras ciudades son un poco ruidosas. Es el precio que pagamos por la masificación. Por eso a veces volver al campo, volver a los pueblos, es un acto de rehabilitación de nuestra tranquilidad. Así que mucho ánimo para soportar esos decibelios de más. Je, je, je. Un beso fuerte y no me gusta verte tan pesimista por mi desván, pues ya sabes que te aprecio y me duele verte mal. Venga, anímate guapa. Las cosas se arreglarán al final. Ahora a disfrutar del verano. Cuídate.

abulico dijo...

Se quejan porque nuestro idioma es más claro... ellos hablan como si tuvieran la boca llena de comida...

jejejeje!!!

A mi me gusta mucho pasear por las noches, aunque muchas veces siento algo de reparo por lo que te puedes encontrar a la vuelta de la esquina...

saluditos!!!

Dinorider d'Andoandor dijo...

ajaaaa
sabes que acá no es infrecuente oir de presentaciones y talleres de música flamenca? incluso mi mamá me cuenta que en su cole a ella le hacían participar de eso y zarzuela.


acá la gent epuede hacer fiesta hasta la madrugada del día siguiente, al menos en fin de semana, es raro que entre semana a alguien se le ocurra hacer algo en el hogar, si es así, al toque la gente llama al serenazgo, que es algo así como la vigilancia que pone la muncipalidad, ellos van a tu casa a que bajes la bulla o te calles. No es como en algunas ciudades en que máximo puedes hacer algo hasta las 10 de la noche, eso sí.

Patricia dijo...

haaaaa que maravillosa ciudad, aun recuerdo el bullicio nocturno y sus filas en los cines...me gusto debo aceptar, cada ciudad tiene su encanto solo se lo debe dejar brillar...y...disfrutar,
besos, precioso relato!