Gracias a ti.

Y así voy moviéndome por los círculos de la apatía; ni si quiera servía de nada ya llorar.

Me presenté a la prueba cansada de todo, con ese gris que por épocas se confunde con el color de un arcoiris; para mí, simplemente era un ejercicio, probar... ... ¿dónde había quedado el ánimo? ¿los nervios previos o, la preocupación? Simplemente ya no existían, se construyó una tumba en algún lugar, una tumba más allá del tiempo y del espacio. Para ser sincera, ni si quiera me molesté en prepararme con tiempo, como solía hacerlo antes; simplemente no podía, ni puedo. Pocos días antes, quizás con una semana de antelación, sentí el impulso de que al menos, tenía que utilizar las últimas energías que me quedaban; sabía que no iba a aprobar y que nunca más sería capaz de aprobar nada ¿Qué había pasado de todo aquello que fuí? No lo sabía, ni lo sé y sin embargo, ya ni me molesto en preguntármelo; quizás, no siempre hay respuestas.

La nota había salido hace tiempo, pero, no quería verla.

- Aún, no - pensaba.

Y lo iba posponiendo y posponiendo.

Hoy, resignada, sabiendo que era mi deber, un deber ineludible, entré al comunicado. Hoy estaba dispuesta a minar un poco más mi alma, a notificar que efectivamente ya no era lo que era ; hoy, sólo hoy... ...luego, caería y volvería a levantar con mi resignación; sé que ya no puedo caer para siempre, fuí árbol muerto en todas partes y no sé cuántos siglos... ...demasiado tiempo. Y allí, allí estaba mi nombre y el resultado : APROBADO. ¡¡¿Qué?!! Allí estaba bien clarito.No sé cuánto tiempo hacía que no lloraba y ni siquiera lloraba por la nota... ...no sé por qué lloraba, quizás era por ti, por darme esta señal; lágrimas, quizás fueron signos de profundo agradecimiento.

Ni si quiera sé cómo estará lo demás, ni si quiero y tengo fuerzas para seguir... ...pero, son pequeñas señales como estas, las que me hacen pensar que estás conmigo, que sigues mis pasos.
No todas las señales fueron gratas... ...apartastes tantas cosas de mí... ...cosas que en un principio me desgarraron el alma un poco más con su ausencia pero, que a la larga fueron lo mejor. Me salvaste tantas veces... ...incluso de morir aplastada bajo las ruedas de un coche o, en un posible choque frontal.

Perdida o no, despierta o no, sígueme mandando señales; no siempre me gustarán, supongo pero, lo entenderé. Continúa echándome esos polvos de suerte dorada; acariciame, invádeme toda y ¿Por qué te lo pediré, si sé que nunca me dejarás? Yo sé que nunca lo harás, aunque todo me salga mal.

A veces posaré mis pasos, sobre una bella hierba mojada y otras caminaré por el infierno. Y a pesar de todo, te daré las gracias; porque ahora sé que estás ahí, porque ahora sé que me quieres fortalecer, porque hoy, hoy siento que no estoy sola.

Ni si quiera sé lo que eres, si eres destino o realidad; si eres Ése del que tantos hablan por los siglos de los siglos. Pero, seguiremos hablándonos por las noches; esas charlas que muy de vez en cuando suelo tener contigo. GRACIAS, gracias por todo: por lo bueno y por lo malo.