Esas personas.

Llego vestida con mi manto de apatía, esa compañera de temporadas, que a veces se tiñe con un color de preocupación, de desesperación medio dormida, ansiedad. Es una extraña combinación de colores bien escondidos en el interior. Nadie los ve, nadie los podrá entender nunca ( a veces, creo que ni si quiera yo).

Y ando y ando, como los demás; nada puede pararse, todo es movimiento; las agujas de los relojes nunca dejarán de tejer unidades de tiempo; todo está pensado y todo sigue... ...y yo me pregunto que qué hago yo, en medio de todo ésto; no hay respuestas y no pregunto más.

Y lo que creía, lo desecho; destapo mentiras y siento su identidad de falsedad, que está en el aire, en el ambiente, se huele, se oye, se ve. Soy yo, en medio de falsedad, sola, vulnerable, en constante peligro. Tengo miedo. Y también soy culpable, culpable por callar, por seguir al viento, por decir, por mentir también, pero ¿hasta cuánto puede ser ilícito cuando se trata de autoprotección? Y me canso y me canso mucho.

Entonces, esas personas, con sus sonrisas, sus historias, sus charlas, me cambian de color. Personas que, un día cualquiera, te encuentras por el camino; personas que desinteresadamente te ofrecen su amistad, su compañía, un agradable momento. Personas por medio virtual, personas de tu vida cotidiana. Aquellas que, a su manera y con un toque mágico peculiar, te hacen viajar por las esferas del olvido, por la calma después de las tormentas, aunque sólo sea por instantes. Personas con las que puedes ser voz y que tú también puedes escuchar bien. Ellas, te hacen ver que no todo es tan malo; gracias a ellas ya no eres un ser solitario, vagabundo de la vida, robot... ...ellas, son tu bastón. Si no las ves... ...sólo es cuestión de mirar alrededor, de verlas, aunque no siempre nos resulte fácil... ...entonces, verás como al menos por momentos (aunque sean sólo meros instantes fugaces), sale el sol de entre las nubes grises ¿No creéis que ver esos hermosos rayos dorados, aunque sea rápidamente, es un gran regalo? Tenemos que aprender a sentarnos a contemplar las bellas puestas de sol para capturar toda su belleza y seguiremos aprendiendo y reaprendiendo continuamente.