Mi diario, mis cosas, mi rinconcito donde plasmar pensamientos en "papel", mi "casita" azul, zona de entrenamiento, mi jardín alejado del mundo...
lunes, marzo 28, 2011
sábado, marzo 26, 2011
¿Quién es ésta?
Hoy os traigo una curiosa y bonita imagen. La miro en ese cajón del tiempo, cajón de fotografías que él tiene creado desde hace tiempo y en la que nos permite ver a todo aquel que ha tenido la suerte de poder entrar en esa maravillosa posada de fotos. Os estoy hablando de mi primo ¿Le recuerdan? Autor de increíbles fotos como éstas, o éstas del slide, y es que él tiene ese don: ser capaz de atrapar en su cajetilla personal, toda la magia del mundo, toda su fuerza, todo su enérgico poder, que se esconde bajo nuestro antifaz de la inconsciencia pero, él está ahí, acechando a las maravillas escondidas y a su ojo avisor y de experto cazador de tímidas estelas, no se le escapa ningún detalle. Esta es la imagen, escondida en algún lugar de España:
Dinos ¿sirenita? ¿Qué vienes a buscar? ¿Qué secretos de azúcar vienes a contarnos? Si es sólo la chuchería de tu presencia, a mí por lo menos, me gustó. Gracias.
Dinos ¿sirenita? ¿Qué vienes a buscar? ¿Qué secretos de azúcar vienes a contarnos? Si es sólo la chuchería de tu presencia, a mí por lo menos, me gustó. Gracias.
domingo, marzo 20, 2011
19-3-2011 y la superluna ¿acompañada?
Ayer, la cabeza plateada de la luna, se acercó a la tierra más que nunca. No me esperaba esa visita tan cercana, cuando de repente, las voces conocidas me avisaron de ello.
- ¡Corre! ¡Corre! ¡Que la luna no va estar así en otros 20 años!
Siento no tener otro documento mejor. La verdad, es que se parece quizás a esto. Pero, mis medios son limitados.Si alguien nos quiere enseñar algo mejor... Así que si esto te pilló un poco despistad@, ya sabes: en 20 años la dama de plata volverá a acercarse a nuestra casita redonda. ¿La pides un deseo? El mío no se cumplió y es un poco difícil... Si queréis más información sobre los misterios en los se ha visto circunscrita esta dama de plata y una preciosa imagen, veniros aquí.
Coincido en que hacer un picnic mirándola o perderse en el cajón del campo es una excelente idea pero, en mi caso, no pudo ser... Claro, viene sin avisar...
Bueno, para compensar, se me ocurre poner unos chocolates ¡Nos vamos a la chocolatería Valor! Esta chocolatería es de bastante prestigio en España. No pocos españoles o personas residentes en España deciden pasar un ratito agradable en este lugar, alguna vez. Nada como un chocolate calentito frente al frío invierno y una dulce marea de delicia marrón inundando tu boca, acompañada del bastón de los churros si tú lo deseas. Es cierto que no importa el lugar si la compañía es buena pero, la autoría de esas gotas de placer a Valor, ¡no se la quita nadie! Y luego, esos espacios, donde a veces cierta fragancia de lo antiguo se deja entrever entre sus cortinas.
Nosotros hemos elegido, un chocolate puro y típico español para empezar.
Éste de abajo, es el Chocolate Maya, donde un ligero toque de canela junto al siempre impactante chocolate, derritirá tus sentidos.
Este de abajo, es el chocolate Yumbé (chocolate canario), con un peequeño toque de plátano. No lo he probado pero, los gestos, aunque sean ajenos, lo dicen todo. Al chocolate blanco, enorme exquisitura blanca, lo presentan igual, en la misma taza pero, sin esas rodajas de plátano.
Quizás no quieras volcanes de placer sino, algo más fresco, más veraniego... Entonces, puedes pedir por ejemplo, un chocolate francés frío pero, si esto no es de tu gusto, no te preocupes; Valor nada en chocolate y es un polifacético experto en placer. ¡Mmmmmmmmmm...!
O quizás simplemente prefieras curiosear alguna de estas casitas de Hansel y Gretel o ir al club de los amigos del chocolate... ¡Tú decides!
¿Cómo acompañar a estas lunas? ¿Qué dices? Bueno, cada uno tiene su forma especial de hacerlo. Yo sólo os enseñé una dulce costumbre de aquí; no muy extendida pero, bueno... Valor es una rica referencia ¡Mmmmmmmmmmmmmmm!
sábado, marzo 19, 2011
Una casa mágica está esperándote.
Deviantart.com
Un tronco y un río convivieron durante un tiempo. Compartieron diademas de sol, temblores, terremotos, fugas de agua de las vecinas del cielo, vuelos en una misma dirección. Todos los días el roce de las olas contra el cuerpo del madero y la correspondencia por éste último, en forma de choque, era una armoniosa melodía donde ninguna nota asaltante del bosque podía peturbar al oído. Pero, un día, resulta que los embates del río se volvieron más y más violentos, más faltos de tacto, más extraños. Era como que él le quisiera empujar, llevarle a otro lugar. El pobre tronco se apoyaba como podía, con sus superficies de rama, sobre el suelo poco profundo. Las notas atropelladas rompieron el jarrón de su eufonía y una chispa desagradable brotó en los oídos y los quemó.
- ¿Por qué ya no me quieres?- preguntaba una y otra vez el pobre tronco.
Pero, este tipo de respuestas no suelen llegar y se queda un por qué colgando en las manos, quién sabe por qué, si es una autopista de miedo, un silencio voluntario...
Los envites del río persistieron y la cabezonería del tronco también. Creía que algo cambiaría; cuando los ríos duermen dan lugar a confusión; el corazón caliente también, por eso, hay veces en que te lo tienes que comer.
Un buen día, cansado, el tronco, de los empujes del río, decidió apartarse; al fin había comprendido que se había convertido en un estorbo en su camino, que en el hoy ya no era nada- quién sabe si lo había significado alguna vez en ese plano de la naturaleza.
Quedó solo en el descampado y la luna y las estrellas vinieron a consolarle por las noches. Así, poco a poco, pasito a pasito, fue acostumbrándose a la escarcha, a luchar contra los lobos que aullan por la noche, en esa situación de desamparo. Hasta que una avispada niña, se dio cuenta de su belleza.
- ¡Mamá! ¡Mamá! - dijo tirando del chaquetón de aquella figura anónima adulta.
Hoy, el tronco forma parte de un bonito jardín. Bien pudiera ser el que veis en la parte de arriba. De forma mágica, se llenó de unas flores preciosas. En sus zapatos de raíz encontré una nota:
"Tanto tiempo estuve ahí... en ese lugar de donde vine y en el que no sé cómo caí... Debí haberme ido antes. No sé qué hacía yo ahí. Quizás a veces equivoques el rumbo, los caminos resultan tan parecidos... y todos llevamos el colgante de un loco que en cualquier momento se puede encender.
Hoy vivo con los pies en la tierra. Hoy he salido fortalecido. Mentiría si os dijera que no siento las gotas de nostalgia cayendo, de vez en cuando, sobre mi espalda rugosa pero, muchas veces la lluvia ya no tiene correspondencia y hay que aprender a vivir con ello. Es normal que los extraños guantes del otoño vengan a buscarnos pero, debemos reencontrarnos con nuestra propia luz para volver a brillar; ahondar en el bolsillo del interior, atrapar esa fuerza que nos es natural. Ahora he encontrado un nuevo hogar; se puede encontrar aunque sea en ti mismo. Sirva mi estado actual de ejemplo."
Leí esa carta y decidí dejarla donde la había encontrado, escondida bajo el suelo de ese peculiar señor, no sin antes copiarla en mi cuaderno inmaterial.
Las gentes del lugar ya me habían contado parte de la historia- sí, parte ellos, parte mi instinto de bruja- y con el mismo material con el que las vi, me invitaron a tomar el té de la magia.
- Cree... - y sus susurros se perdieron en la noche.
Un tronco y un río convivieron durante un tiempo. Compartieron diademas de sol, temblores, terremotos, fugas de agua de las vecinas del cielo, vuelos en una misma dirección. Todos los días el roce de las olas contra el cuerpo del madero y la correspondencia por éste último, en forma de choque, era una armoniosa melodía donde ninguna nota asaltante del bosque podía peturbar al oído. Pero, un día, resulta que los embates del río se volvieron más y más violentos, más faltos de tacto, más extraños. Era como que él le quisiera empujar, llevarle a otro lugar. El pobre tronco se apoyaba como podía, con sus superficies de rama, sobre el suelo poco profundo. Las notas atropelladas rompieron el jarrón de su eufonía y una chispa desagradable brotó en los oídos y los quemó.
- ¿Por qué ya no me quieres?- preguntaba una y otra vez el pobre tronco.
Pero, este tipo de respuestas no suelen llegar y se queda un por qué colgando en las manos, quién sabe por qué, si es una autopista de miedo, un silencio voluntario...
Los envites del río persistieron y la cabezonería del tronco también. Creía que algo cambiaría; cuando los ríos duermen dan lugar a confusión; el corazón caliente también, por eso, hay veces en que te lo tienes que comer.
Un buen día, cansado, el tronco, de los empujes del río, decidió apartarse; al fin había comprendido que se había convertido en un estorbo en su camino, que en el hoy ya no era nada- quién sabe si lo había significado alguna vez en ese plano de la naturaleza.
Quedó solo en el descampado y la luna y las estrellas vinieron a consolarle por las noches. Así, poco a poco, pasito a pasito, fue acostumbrándose a la escarcha, a luchar contra los lobos que aullan por la noche, en esa situación de desamparo. Hasta que una avispada niña, se dio cuenta de su belleza.
- ¡Mamá! ¡Mamá! - dijo tirando del chaquetón de aquella figura anónima adulta.
Hoy, el tronco forma parte de un bonito jardín. Bien pudiera ser el que veis en la parte de arriba. De forma mágica, se llenó de unas flores preciosas. En sus zapatos de raíz encontré una nota:
"Tanto tiempo estuve ahí... en ese lugar de donde vine y en el que no sé cómo caí... Debí haberme ido antes. No sé qué hacía yo ahí. Quizás a veces equivoques el rumbo, los caminos resultan tan parecidos... y todos llevamos el colgante de un loco que en cualquier momento se puede encender.
Hoy vivo con los pies en la tierra. Hoy he salido fortalecido. Mentiría si os dijera que no siento las gotas de nostalgia cayendo, de vez en cuando, sobre mi espalda rugosa pero, muchas veces la lluvia ya no tiene correspondencia y hay que aprender a vivir con ello. Es normal que los extraños guantes del otoño vengan a buscarnos pero, debemos reencontrarnos con nuestra propia luz para volver a brillar; ahondar en el bolsillo del interior, atrapar esa fuerza que nos es natural. Ahora he encontrado un nuevo hogar; se puede encontrar aunque sea en ti mismo. Sirva mi estado actual de ejemplo."
Leí esa carta y decidí dejarla donde la había encontrado, escondida bajo el suelo de ese peculiar señor, no sin antes copiarla en mi cuaderno inmaterial.
Las gentes del lugar ya me habían contado parte de la historia- sí, parte ellos, parte mi instinto de bruja- y con el mismo material con el que las vi, me invitaron a tomar el té de la magia.
- Cree... - y sus susurros se perdieron en la noche.
jueves, marzo 17, 2011
Se dice...
Pablo se acerca a la puerta; es vendedor a domicilio. La chica que le abre le mira de arriba a abajo. Pablo habla, crea lazos de palabras, intentando sacar lo mejor de sí: su éxito depende de la compra del producto. Tiene que maquillarlo. Tiene que hacerlo atractivo. Tiene que adornarlo con una aurora de sueños. Debe hacerlo. Más en este tiempo de crisis, donde las nubes negras han apagado al sol.
- ¡Qué feo que es este tío!- Sonia no mira lo que él tiene entre manos. No ve personas. No saca ventajas o desventajas sobre lo que pueda aportar ese artículo. Sólo ve un cuerpo. Nos preguntamos para qué leches le interesará a esta mujer que sea guapo o feo pero, ahí está ella, analizando cada silueta, cada detalle, cada relieve de la piel. Finalmente, le dice que no, que no le interesa nada; es que claro, si le hubieran traido un chico guapo... pero, tal engendro...
A Pablo le costó mucho conseguir un trabajo, pero Pedro, que era su amigo... Por eso, aprendió a odiar las imágenes, a ser inmortalizado en una estampa del tiempo: nadie miraba su interior. Ahora, siempre que podía, lo evitaba: evitaba enviarse atrapado en una jaula de papel, evitaba el dibujo de su propio antifaz.
Pablo pasa por la calle, una vez más, maltrecho por la nueva pérdida de negocio. Su amigo... qué hará su amigo... Hace tiempo intentó entrar al mundo de la música: siempre fue buen cantante y su sensibilidad brotaba entre sus notas pero, ya le descartaron, seguramente por lo mismo...
Luego dicen que la belleza no lo es todo; " Lo que importa es el interior".
P.D: sinceramente, me inspiré en este caso. Me llamó mucho la atención y me dio lástima.
Bien por la decisión de la jueza. Todo el mundo merece una oportunidad y no le va bien, pues él mismo podrá darse cuenta pero, si nunca prueba... La culpa de su inseguridad la tiene la sociedad; no creo que dejándole aislado, se solucione nada... Nadie le dio una oportunidad. Esto hay que cambiarlo. Esto puede ser un comienzo...
El vacío mueve nuestras mentes. Hay que tener cuidado o acabará por nublarnos la razón.
- ¡Qué feo que es este tío!- Sonia no mira lo que él tiene entre manos. No ve personas. No saca ventajas o desventajas sobre lo que pueda aportar ese artículo. Sólo ve un cuerpo. Nos preguntamos para qué leches le interesará a esta mujer que sea guapo o feo pero, ahí está ella, analizando cada silueta, cada detalle, cada relieve de la piel. Finalmente, le dice que no, que no le interesa nada; es que claro, si le hubieran traido un chico guapo... pero, tal engendro...
A Pablo le costó mucho conseguir un trabajo, pero Pedro, que era su amigo... Por eso, aprendió a odiar las imágenes, a ser inmortalizado en una estampa del tiempo: nadie miraba su interior. Ahora, siempre que podía, lo evitaba: evitaba enviarse atrapado en una jaula de papel, evitaba el dibujo de su propio antifaz.
Pablo pasa por la calle, una vez más, maltrecho por la nueva pérdida de negocio. Su amigo... qué hará su amigo... Hace tiempo intentó entrar al mundo de la música: siempre fue buen cantante y su sensibilidad brotaba entre sus notas pero, ya le descartaron, seguramente por lo mismo...
Luego dicen que la belleza no lo es todo; " Lo que importa es el interior".
P.D: sinceramente, me inspiré en este caso. Me llamó mucho la atención y me dio lástima.
Bien por la decisión de la jueza. Todo el mundo merece una oportunidad y no le va bien, pues él mismo podrá darse cuenta pero, si nunca prueba... La culpa de su inseguridad la tiene la sociedad; no creo que dejándole aislado, se solucione nada... Nadie le dio una oportunidad. Esto hay que cambiarlo. Esto puede ser un comienzo...
El vacío mueve nuestras mentes. Hay que tener cuidado o acabará por nublarnos la razón.
jueves, marzo 10, 2011
¿Vacançes?
Deviantart.com.
Ultimo los últimos detalles para mi partida.Una maleta y mi bolso de deporte favorito reposan sobre la mesa. Intenté quedarme, a pesar del cambio repentino del tiempo. Creí que se iría este frío extenso, estos copos de nieve solitarios que dibujan sendas insospechadas pero, llevan demasiado tiempo así, quemando los cables eléctricos del exterior, encogiéndome el corazón, escondiéndome bajo la sábanas forzadas de un adiós. No negaré que como medio sureña que soy, me alegran esos copos, las burbujas sólidas que sonríen a lo oscuro, que le dan un poco más de luminosidad pero, cuando el frío se mete en los huesos y en la piel y persiste en quedarse ahí, cansa. Porque todos necesitamos una primavera, el sol que caliente nuestros campos, aunque a veces se ponga pesado y se pase calentando nuestra piel ; queme pero, hasta eso puede tener un valioso valor.
Hace poco me reencontré con un ángel. Era tal su alegría... Raramente, me suele suceder pero, por lo que se ve, él era especial: todos los ángeles lo son, porque ellos nunca se van. Los años y mi estupidez nos habían separado pero, lo cierto, es que ellos siempre pueden volver a envolverte con sus alas. Ellos siempre te tienen presente, aunque sea en el recuerdo y siempre estarán dispuestos a darte la mano. No me lo esperaba... Ya no creía que aquello fuera posible. No piensen mal, él tiene su doncella; nuestro juego se limitaba en vestirnos de niños, en olvidar los apestosos abrigos del mundo adulto. Como siempre, es la compañía de la soledad, que se mece ella sola y aprende a buscar su propia nana.
- ¡Algún día tienes que venirte a correr por los campos con mis amigas Bea y Tere! ¡No veas lo que nos reímos!
No sé si algún día iré, lo único que sé es que él fue el detonante para estas improvisadas vacaciones; no digo partida porque no sé si esto durará una semana, dos... Esta casa me gusta demasiado para acabar dejándola. Pero, me he dado cuenta de que siempre he estado rodeada de ángeles, que aunque escasos, se cuelan en los espejos de la nada: a los que no hace falta llamar con los silbidos del viento, ni traen unos billetes de interés bajo la manga. Mis ángeles son escasos y es cierto que el relacionarme con ellos siempre fue una asignatura pendiente o sino, aprobada por los pelos- su materia nunca fue mi fuerte- pero, ellos me hablaron de un lugar llamado LovestraBe. Quizás el médico Inconsciencia tenga razón: he estado demasiado lejos de mi hogar y pese a mi eterno silencio no me vendría mal intentar buscarlo en los huecos de los parabrisas, sentarme en los prados de sus primaveras,pensar; intentar aprender a apresar los trinos de los pájaros y ver las coloridas flores que pretenden entrar en mi reino. Quizás algún día lo consiga. Miraré en los gestos, acallaré las apariencias, quizás encuentre así el dominio de LovestraBe.
El viento helado sigue tergiversándolo todo, arranca los toldos, atropella la calle; ni la frutera es la misma. Él me ha trastocado.De todas formas, quién puede culpar a los designios del cielo, sus tormentas... Quién sabe qué misterios se ahogan en su llavero de estrellas. A veces, él dice que las cosas tienen que ser así, es como una voz que aunque no imponga su fuerza imperativa, no siempre se puede aplacar.
Me han dicho que en LovestraBe siempre es posible curarse incluso y convertirse en mariposa. Son unas alas preciosas que te están esperando, llenas de la purpurina de una sonrisa. No quería irme sin abrir una pequeña sala, en este espacio de comentarios, para todas aquellas personas que perdieron a alguien. Entiendo que no queráis hablar pero, yo os dejo ahí un pequeño espacio lleno con las estupendas sábanas de un sueño para que rocen vuestro cuerpo aliviando las llanuras secas de vuestra piel. Es mi próximo post, mi regalo a esas personas, antes de que me suba en mi escoba fugaz a la que quizás debería llamar Trueno.
---------------------------------------------------------------------------------------------------- Dolor.
Ya sé que es duro cuando muere un ser querido, creéme y no me refiero sólo a la muerte física. Siempre se pasa por varias fases.
La primera es de sorpresa y/o decepción.
Luego pasamos a la fase de la lluvia, donde los recuerdos nos abruman. Puede ir acompañada de episodios de locura (mandar un SMS inesperado, por ejemplo). Nos sentimos impotentes. Puede ir incluso acompañada de una falta de autoestima, una falta de sentido de la vida, porque ese ser que era nuestro centro, nuestro todo, la razón de nuestros días, se ha ido. La tristeza ahonda en el corazón y viste de luto al alma. No hay por qué negar estos días... si tus ojos tienen que llorar, hazlo. Este es un proceso lento, en el que no hay acción. Cada uno tiene su tiempo: la ceremonia fúnebre no tiene un final estipuladamente marcado; puede durar desde meses hasta años. No hay acción, incluso podemos llegar a negarnos esa realidad. Simplemente estamos como en estado de schock, confusos...
El siguiente paso es cuando un dolor continuado a veces, se minimiza por el palco de una costumbre. No hay por qué sentirse culpable por eso, más cuando nos dejaron de lado: aunque es verdad que a veces no se puede evitar. Pero, algo aquí cambia. Es cuando te das cuenta de que eres un ser valioso como cualquier otro, que nadie merece las lágrimas de otro. Se empieza a tomar plena consciencia de lo que está pasando: se quiere actuar. Se intenta poner remedio. Recuerda que pusieron a tu cargo un ser (tú) y siempre es bueno que mires por su bien. Empieza a volver a la tierra, a llenarte con la cinta de esperanza; quién sabe cuántas aventuras te estarán esperando, cuántos besos de personas que te quieren de verdad, cuántas cosas por aprender. Hay mucho camino de autopista que aprender, compuesto de la sinfonía de caer y levantarse, pieza del gran compositor de la vida. Todo empieza por aprender a aceptar. Pueden haber recaídas a la fase anterior: no te asustes por eso; es normal. Tómate tu tiempo, con calma. El duelo es una cosa personalizada, por lo tanto depende de la persona. Ten paciencia contigo: es verdad que tu ser está pasando por un momento malo pero, es un niño ahora indefenso, que hay que aprender a cuidar...
El último paso es cuando nace un arco iris y tú te vistes con el traje de un nuevo renacimiento. Es tu logro. Vuelves a estar vivo ¡listo para saltar! Se adquieren nuevas cualidades. Es verdad que aquello fue triste pero, has salido fortalecido. Has aprendido. Esas cualidades quizás no se puedan independizar claramente, cada uno se convierte en un ser ligeramente distinto y diferente a los demás. Lo que sí puede ser común es que se adquiere una mayor tolerancia al dolor. No vale lastimarse más por alguien que no supo apreciarte lo suficiente o que tuvo que partir. Descubres que pese a tu dolor, la vida sigue.
¿Cómo sé esto? Escuché a una señora en unas reuniones en EE. UU. Un lugar en el que estuve y no estuve a la vez. Sólo yo sé ese gran misterio; a veces no se necesita estar para escuchar. Sé que es difícil pero, varios afectados se levantaron de sus sillas con enormes sonrisas de luna en sus labios: decían que era posible volver a ver los arco iris porque ellos lo habían conseguido.
Les dedico esta sala de comentarios a todos aquellos que sufren la pérdida de un ser querido. Con todo mi cariño - sé que se lo merecen - aunque suene raro, por ser una simple Desconocida. Es mi regalo: es mi habitación, antes de partir.
miércoles, marzo 09, 2011
martes, marzo 08, 2011
La Bella Durmiente y El chico de la plaza.
Deviantart.com
Cabizbajo, solitario, en el posavasos de la plaza, vacío y lleno a su vez, hundía siempre sus ojos en el libro; ni un precioso momento podía apartarle, sólo un instante estrictamente necesario, con plaga de emergencia. Nadie le preguntó pero, un día, en su siempre eterno lugar, Bella Durmiente le oyó decir:
- Tantas decepciones me he llevado que a partir de ahora sólo entraré a este mundo de papel; es una forma de conocer mundo, nuevas personas ... Ya nadie podrá tocarme.
Bella Durmiente sintió el hula hop del alrededor bordeando su cintura. Era extraño, sí, cada vez más. No había roce de calor que pudiera de él emanar, no había tacto que pudieran describir las lunas de los dedos. No había nada: sólo telones de imágenes, precediendo el agujero negro de la noche; sólo cuencos de mentiras sosteniendo gotas de circunsferencias circunflejas.
Subió a su piso. Cerró las persianas, quizás para aislarse de la terrible guerra, esa que no se ve a simple vista, pero que está gestándose con cada capa de noche. Ésa que no grita pero, que también destruye el mundo.Hacía frío, mucho frío la gran mayoría del tiempo y no era broma, ni lo es. Así que se acostó. Afuera ya estaban gritando; quién sabe si sería alguna tertulia televisiva - seguramente de alguna separación, alguno que se habría liado con otra...; todas van de lo mismo; mucho va de lo mismo- pero, no importaba. Nada importaba. El portero reposaba sobre el escalón del portal, esperando quien le "bailara el agua", quizás sin la fuerza voluntaria suficiente para escribir cartas de correspondencia en caso de que su benefactor las necesitara -es lo más probable pero, ni tú ni yo lo sabremos- los tendereros repentinos sonreían a la espera del deseado billete; todo era juego, seducción. Pero, como dije, qué importaba. Qué importa. Bella Durmiente cerró los ojos y se durmió; era mejor eso que estar despierta. Aprendió que habían maneras diferentes de enroscarse entre las suaves sábanas. Seguro que El chico de la plaza también las sabía, aunque la del libro fuera su favorita; era imposible que... Nunca lo había pensado, pero, El chico de la plaza, le dio una excelente idea. Ahora sólo despertaría ante el estímulo necesario o ante las conocidas llamas chisporreantes de un hogar , sólo aquéllas que no hubiera descubierto como cuadros. Ella dormía, sólo dormía, aunque a veces se dignara a mirar al exterior; entonces recordaba cuando empezaba a llover; los campos de la lluvia, las semillas de cristal... quién sabe si ese instinto podría borrarse algún día; eso era algo que El chico de la plaza o el misterioso tiempo aún le tenían que contar.
A él, siempre lo recordaría...
jueves, marzo 03, 2011
La asesina.
Deviantart.com.
- ¿Sabes? Él está muerto; creo que le atropelló un coche o algo así o quizás fue fruto de la fantasía o algo de eso, no sé... no lo recuerdo exactamente; quizás estuve así, en un momento de debilidad...
- Pero, ¡qué dices! ¿Y tú estás así? ¿Tan pancha?
- Sí, y no sabes lo agusto que se está... Creételo ¡porque el "tuyo" también murió! ¡Cristian está muerto! ¡Te lo puedo asegurar!
- ¡No! ¡No digas eso! ¡Qué crueldad!
- Según cómo se mire.
Había nadado mucho tiempo por los bosques helados de soledad, sorteando los caprichosos charcos de abandono azul, a los que sólo, cuando les apetecía, cambiaban ese aspecto por leña de hogar- algo que solía ser muy raro. El frío hastía, va pelando la piel, desgasta, cansa. El frío vence a la llama, a las luces de Navidad. Del frío se pasa al granizo, del granizo a la nieve y una vez que el balón blanco pega contra el cristal, explota. Eso había hecho él, la había matado, condenado a sus repetidos eslabones de ignorancia; previamente ya la había asesinado, convertido en la infíma masa de un espíritu fugaz. Por fin, ella había podido hacer lo mismo: con un cuchillo de olvido había desgarrado los restos de su piel; apenas podía ver el tejido de su ser, aquello que en otro tiempo percibió ¡Era la ropa, que había ardido! Y las personas, cuando ya no son las mismas, mueren. Había asesinado los maltrechos jirones de su piel y así, pasito a pasito, fue descubriendo que tras ese tipo de anocheceres, también existe la posibilidad de volar.
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