Pablo se acerca a la puerta; es vendedor a domicilio. La chica que le abre le mira de arriba a abajo. Pablo habla, crea lazos de palabras, intentando sacar lo mejor de sí: su éxito depende de la compra del producto. Tiene que maquillarlo. Tiene que hacerlo atractivo. Tiene que adornarlo con una aurora de sueños. Debe hacerlo. Más en este tiempo de crisis, donde las nubes negras han apagado al sol.
- ¡Qué feo que es este tío!- Sonia no mira lo que él tiene entre manos. No ve personas. No saca ventajas o desventajas sobre lo que pueda aportar ese artículo. Sólo ve un cuerpo. Nos preguntamos para qué leches le interesará a esta mujer que sea guapo o feo pero, ahí está ella, analizando cada silueta, cada detalle, cada relieve de la piel. Finalmente, le dice que no, que no le interesa nada; es que claro, si le hubieran traido un chico guapo... pero, tal engendro...
A Pablo le costó mucho conseguir un trabajo, pero Pedro, que era su amigo... Por eso, aprendió a odiar las imágenes, a ser inmortalizado en una estampa del tiempo: nadie miraba su interior. Ahora, siempre que podía, lo evitaba: evitaba enviarse atrapado en una jaula de papel, evitaba el dibujo de su propio antifaz.
Pablo pasa por la calle, una vez más, maltrecho por la nueva pérdida de negocio. Su amigo... qué hará su amigo... Hace tiempo intentó entrar al mundo de la música: siempre fue buen cantante y su sensibilidad brotaba entre sus notas pero, ya le descartaron, seguramente por lo mismo...
Luego dicen que la belleza no lo es todo; " Lo que importa es el interior".
P.D: sinceramente, me inspiré en este caso. Me llamó mucho la atención y me dio lástima.
Bien por la decisión de la jueza. Todo el mundo merece una oportunidad y no le va bien, pues él mismo podrá darse cuenta pero, si nunca prueba... La culpa de su inseguridad la tiene la sociedad; no creo que dejándole aislado, se solucione nada... Nadie le dio una oportunidad. Esto hay que cambiarlo. Esto puede ser un comienzo...
El vacío mueve nuestras mentes. Hay que tener cuidado o acabará por nublarnos la razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario