Mi diario, mis cosas, mi rinconcito donde plasmar pensamientos en "papel", mi "casita" azul, zona de entrenamiento, mi jardín alejado del mundo...
martes, octubre 24, 2006
Tormenta en la playa
Mi playa favorita no es ninguna de las que se encuentran cerca de mi casa, aunque tampoco es que estén aquéllas verdaderamente cerca, ya que para ir hasta ellas me tengo que valer de algún medio de transporte. Pero, mi favorita se encuentra fuera de mi provincia, más al sur. Es una playa salvaje en un entorno a rebosar de salinas. Su arena es fina y blanca y sus miles de granos osan formar bellas dunas de arena. Hasta allí, voy algún domingo con mis padres y mi hermana. Aquel domingo comenzó como otro cualquiera. El fuerte sol veraniego castigaba sin piedad a la tierra y a todo bicho viviente que podía. Pero, no importaba, porque en cuanto nos estacionáramos en algún sitio de la playa, llegaría la recompensa; esas aguas calientes del mediterráneo besarían nuestra piel y las olas nos peinarían los cabellos. Porque allí venimos a éso, a relajarnos al aire libre, a vitaminizar nuestra piel y cabellos de yodo, a curar las heridas de la semana, a respirar tranquilidad y aire puro. Y al aire libre comemos comida 100% casera, hecha con el esmero de mi padre. Sin humos, sin coches, sólo un desierto arenoso, nosotros, las gaviotas y garzas y el mar ¿ Puede haber algo mejor? Y cuando cae la tarde, marcha para casa. Así, camina que te camina, vamos desandando la playa, camino del lavapies, que dejamos bastante atrás. Yo y mi hermana siempre por delante, mis padres se quedan atrás. Al final, siempre nos toca esperarlos en la zona del lavapies;y hoy no es excepción, como de costumbre ahí estamos haciendo tiempo, a ver si llegan. Me dirijo al lavapies, para lavarme los piés, me los lavo y cuando termino se me acerca un niño de unos 10 o 11 años, que empieza a hacerme muchísimas preguntas, que contesto como mejor puedo:
- ¿Hay peces?
-¿ Dónde están los peces?
- ¿ Te vas? ¿ Porqué? Quédate un poco más...
- ¿Éso de allá es La Manga?
etc, etc, etc.
No comprendo porqué ese niño me hace tantas preguntas y que encima no marchan sobre el mismo tema, sino que tocan temas diferentes. Lo que me parece vislumbrar en su cara es un sentimiento de malestar y angustia. El niño, se va a preguntar a otra señora otro montón de preguntas, y algunas, son de las que ya me preguntó a mí. Pero, en cuanto reparo en sus supuestos padres, ya comprendo lo que le pasa. Los padres están con malas pintas. La madre gorda y el supuesto padre, con la cara chupada. Están discutiendo fuerte:
- ¿ Qué dice tu hermana? ¡ Dime! ¿¡Qué dice tu hermana!? ¡Que estemos juntos!
- ¡ Que no te quiero! ¡ No te quiero! - grita la mujer.
Los dos están acalorados. Comprendo al niño, porque yo y mi hermana estamos ahí haciendo tiempo, y yo, al menos, me siento incómoda, sin embargo, intento evadirme de toda esa escenita, hablando con mi hermana de cualquier cosa. Pero, tal es la tormenta que se ha formado al lado, que aún así, no es posible huir completamente.
- ¡A ver si te crees que voy a aguantar lo que te aguanta tu marido!
- ¡Eres una p*@+ ! - se le escucha decir al hombre.
Se gritan un montón de cosas más que no alcanzo a entender, porque en realidad oigo pero, no escucho.
Mis padres llegan. El niño, con lo que se me asemeja a un malestar general, va de persona en persona soltándoles preguntas sobre cualquier cosa; supongo que le pasará lo mismo que a mí, lo único que quisiera es no ser testigo de lo que se ha armado ahí.
La mujer embala sus pasos acera adelante. Creo recordar que el hombre la persigue enfurruñado y tiene pinta de murmurar un :
- ¡ Te mato!
El niño corre detrás intentando detenerlo, dice:
- ¡ Hey!
A lo lejos, vemos como el hombre parece que le da un bofetón a la mujer en la cara. Mientras, nos vamos ya hacia el coche, aún en la distancia, se oyen los gritos. Los observo en la lejanía y veo como la mujer pega al hombre en el brazo, el niño se resigna al lado del hombre, aguantando la tormenta.
Mi madre dice:
- Éso es como para coger, llamar a la policía y que se lleven al niño a un centro de acogida.
Desconozco si mi madre tendría razón pero, yo pensé que, por otra parte, nadie tiene derecho a separar a una madre de un hijo... ...no sé... ...yo no sé nada, lo único que sé es que no pude evitar sentirme afortunada de tener una familia normal.
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17 comentarios:
Jo! Hay que ver la de cosas que nos pasan. Podríamos perfectamente escribir un libro con ello.
Bonito blog.
Esther, normal es relativo, yo creía que mi familia estaba loca pero resulto ser más normal de lo que creía y me sentí mal.
Odio ver escenas de hombres golpeando a mujeres, me enerva y creeme que si hubiera estado ahi, me hubiera ido encima del tipo este.
Que no te sorprenda... escenitas asi hay en todos lados.
Slaudos.
pero por el bien del chico sewria lo mejor pues esas tormentas son las peores
Es una buena razón para sentirse afortunada, hay exceso de desafortunados por ese extremo en el mundo. Saludos!
cuando se nos presentan esos puntos de comparación aprendemos a valorar lo que tenemos; por otra parte es lamentable que muchísimos niños tengan que crecer en entornos como ese, es lamentable y por demás injusto.
besos
Yo sé que muchas veces hubiera agradecido que alguien interviniera y llamase a la policía. Pero ¿y quién es el guapo que lo hace, verdad?
Muy descriptivo en sensaciones tu post. Y muy cargado de emoción.
Un beso :)
Hola Esther:
Tu familia es normal?
Cuáles son las familias anormales?
La verdad es que el cuadro es dantesco, debe ser terrible quere pasar un dia agradable y quedarse con la sensación de que presenciaste algo malo y no hiciste nada al respecto.
No te preocupes Esther, yo no escapo a eso.
Un abrazo.
tu relato nos enseña a valorar lo que somos y tenemos, agradecerlo y siempre conservarlo y mejorarlo
Cómo echaba ya de menos pasarme por aquí a leerte, bueno, hoy me quedo por aquí un ratito...
Un besote.
Te envidio, por aquello de la playa en tu ciudad.
Historias hay por doquier, al igual que niños con listas de preguntas un tanto locas.
Mi familia, es muy normalita (bueno eso creo).
besitos
Una vez intervine contra un maltrato a una mujer, pero con mala reacción de la mujer. Desde ahí me pregunto cuándo puedo intervenir en una pelea de ese tipo cuando no hay policías en los alrededores, aunque felizmente todavía no se ha presentado una segunda vez. En cuanto al niño, estoy igual de confundido que tú, Esther.
En algunos casos si, creo que puede ser mejor separar a un nino de su propia madre; solo si eso significa una vida mejor que incluya amor, atencion y respeto hacia el.
Me contaban de casos en que las madres daban en adopcion a sus hijos porque ellas estaban enfermas: drogas, alcohol, etc. Y yo no podia creerlo, pero alguien me explico que lo hacian por el bien de los ninos...
No puedo dejar mensaje a tu hermana. Hay algun problema con su blog, ha inhabilitado, o hay algo que no estoy haciendo bien?.
Besitos para las dos
A ese hoombre, cualquier pino del lugar le hubiera quedado genial como cruz.. Las manos le cortaba yo!! Qué pena no hayan fuerzas reales que eviten cosas así... Un saludo y espero que el niño esté bien.. Lo deseo.. Ciao esther
Es bueno oir pero no escuchar. El respeto ante todo.
Muaaaa.
Oye que triste, que pena por el ninho, y sí, aquí hubiéramos llamado al Jugendamt (así se llama aquí lo qtu madre dijo) por lo menos para notificar, porque una buena madre no expone a sus hijos a esos conflictos. Que pena.
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