domingo, agosto 27, 2006

Mi amiga secreta



Mi instituto estaba en medio del campo. En invierno era frío y húmedo y en verano hacía un calor insoportable por todas partes. Su patio era enorme y tenía ,y aún cuenta con ella, una extensa pinada.
Un día, de ésos en que también daba clases por las tardes pasaba algo extraño en el patio; la gente estaba como revolucionada, alborotada y en mitad de todo aquel bullicio, alguien exclamó:

- ¡ Han ahorcado a un gato!

Me dirigí hacia donde había un grupo amontonado de gente y allí me encontré en persona cara a cara con la maldad del ser humano mostrada en una de sus máximas expresiones: un pequeño gatito colgaba de lo alto de un pino, atado por el cuello con una cuerda y su cuerpo se balanceaba en el vacío sin vida. Alguien, no sé si sería el jardinero del instituto ( creo que sí) tuvo que realizar la triste tarea de subirse al árbol y desatar al pequeño gatito. Realmente, este no era el único gato que existía, pues en los alrededores del instituto habían gran cantidad de gatos, al recinto sólo entraba uno de vez en cuando, aunque cuando veían a algún alumno, la mayoría huían atemorizados pues, la gente se divertía en tirarles piedras, quizás del único que no tenían miedo era del jardinero, que les daba de comer y de vez en cuando les regalaba alguna que otra caricia.
Por el patio, había un lugar solitario,al que nadie solía acudir. Un día, que fui por esa zona, me encontré con una gata siamesa, más tarde me enteraría que era una de las más viejas, la madre de esos gatitos aún nanos que se podían ver ocasionalmente y siempre escapando y de aquel que colgaron del árbol. Le extendí la mano y la gata no se atrevía a acercarse, creo que hizo ademán de marcharse pero yo hice: - Shhhi, no te voy a hacer daño, tranquila- ( algo así le diría) y seguidamente le lanzé un poco de mi almuerzo que ella comió gustosa. Al ver que no le hacía nada malo poco a poco comenzó a confiar en mi. Nos hicimos grandes amigas, sin que nadie de los de allí se enterase. No hablábamos ¿ qué se puede entender entre especies distintas? pero, nos hacíamos compañía; ella se sentaba al lado mío, en el peldaño que había delante de una puerta, hacía dulces y suaves "miau" y yo la acariciaba gustosa, ella se restregaba en mí, o se daba vueltas alrededor de mis piernas, yo le rascaba la oreja y ella ladeaba más el lado de la cabeza por donde yo la estaba mimando en respuesta de agrado. Así, secretamente, compartimos varios recreos, instantes, almuerzos y compañía grata. Fue la única gata que confió en mi; una vez, vi pasar a alguno de sus hijos y nunca logré que me tuvieran la misma confianza que la madre. Fue una amiga grata, a la que protegí, a la que querer. Un día cerraron esa parte del patio y nunca más la volví a ver. Espero que ahora esté donde esté esté feliz.

12 comentarios:

Dinorider d'Andoandor dijo...

en el bosque prohibido tambien tuve alguna vez una experiencia parecida, me pregunto que habra sido del minino

Unknown dijo...

Dicen que los gatos no son dados a la amistad con el hombre, asi que supongo que algo tendras de especial :)
Un abrazo!

mixtu dijo...

yayaya, me a gustado mucho conocer tu amiga secreta, non lo digo a ninguém...

beijos, jaja

[El Gran Circo de Las SombraS] dijo...

gatos exelentes animales......




me encanta eso de entrar en la ogica de los afectos de lso gatos


un saludo suerte

Dragón del 96 dijo...

A gatos, prefiero perros.

No entendí pq creía sque el jardinero podría hacer semejante mounstrosidad siendo él, el que alimentaba de vez en cuando a los pobres animales. Igual eso me escarapela el cuerpo...

Slaudos.

SusM dijo...

Gracias por tu visita a mi blog.
Nosotros tenemos un gato persa blanco... y solo pensar que alguien puede hacer semejante tortura a los animales me pone los pelos de punta, se merece que en su proxima vida se rencarne en gato y le hagan algo parecido...

Un placer leerte

Ursula dijo...

Cómo puede haber gente que maltrate así a un pobre animalito, qué indignante... En la cochera del edificio donde vivo siempre hay un gato, cuando me asomo por mi balcón me maúlla, y yo a veces le respondo... me alegra ver a ese gato, es parte del paisaje...
Besos

Nidesca dijo...

ay, tu relato me ha traído lágrimas, no puedo creer que la gente sea tan cruel con los animales,

hace unas semanas me encontré una gatita desamparada en la calle, llovía y ella lloraba, era tan pequeñita,la traje a mi casa y la abrigué, le di comida, al final no podía tenerla aquí (la tuve como unos 4 días, yera tan mimosa), no era el mejor ambiente para ella, la llevé a una socidad protectora de animales y ahora está ahí con muchos amiguitos y una gata nodriza que la amamanta, el otro día la fui a visitar y me alegré mucho por ella.

creo que los gatos son animales extraordinarios.

por Dios, compartimos el planeta con otras especiaes, no somos sus dueños, sólo estamos de paso.

abrazos
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Luis Fernando dijo...

"me pareció ver una linda gatita"....telépaticos,anclados en otras dimensiones ,enigmáticos,super relajados,tiernos a su manera....amoooo a los gatoooos.

Anónimo dijo...

Mis esperiencias con los gattos me han dado el amor que hoy les tengo. Un día, llovía recuerdo, recogí una gatta de la calle. La extraño tanto...
Donde este se que me piensa, porque en ocasiones de noche despierto y siento sus maullidos.

Gracias por la historia...besos ronroneados.

flor dijo...

Buen día, Esther! espero que estés de maravillas...

En el colegio al que iba era todo baldosas y piso de cemento. Sin embargo, a la derecha de la bandera, había un cuadradito de 40x40 cm aprox de tierra, sobre la que vivía un árbol super viejo, con más años que el instituto. Siempre me hizo ilusión ese árbol, no sé por qué... asumo que porque como tu gata era ese cable a tierra allí dentro.

Te mando un saludo super grande... He actualizado!!! jaja

Unknown dijo...

O Gato é um felino independente, mas é amigo.

Agora não tenho, mas ao longo da vida já tive gatos que foram a minha companhia.

Que estejas bem minha amiga.

Besos do

ZezinhoMota