jueves, abril 14, 2011

Viaje a la máquina del tiempo.

No todos los días se presenta la oportunidad de viajar en la máquina del tiempo y esta vez me llevó a los años 47. Me encuentro con un nuevo papá, una nueva mamá y muchos, muchos hermanos.

Recuerdo la despedida. Traumática. Mi madre adoptiva del tiempo abrazaba a ese padre, de su misma condición. La fuente de sus lágrimas manaba con una fuerza tal... nunca había visto algo igual. Mis hermanitos de postín también dejaban entrever sus caras de luna, plateadas, tristes, llenas de cráteres de alma. Yo no. Sé que ellos pensaban que yo era una de esas personas a las que les cuesta mostrar sus sentimientos- en realidad, no me he puesto a pensar nunca en ello- pero, lo que pasa es que ignoran que yo vengo de otro tiempo, donde me han enseñado a respirar las brisas del sol, sin que los callos caigan en mis manos. Nadie sabía cuándo volvería "mi papá", ni cuánto tiempo se quedaría en Alemania, ni la fecha en que volveríamos a reencontrarnos pero, todos estaban seguros de que tarde o temprano lo conseguirían. "Padre" partió con su maleta fortuna: un contrato que aunque fuera representante de algún trabajo que no deseara ningún alemán, por lo menos ganaba como cuatro veces más de lo que podría ganar en esta pobre España, donde mucha gente ya no sabía ni por dónde tirar. Recuerdo que previamente había tenido que pasar por dos exámenes médicos antes de conseguir ir a La tierra de las Fortunas: uno, aquí en España; otro realizado por los alemanes. Antes de su partida, leí textualmente en algún sitio- mi memoria no siempre me permite quedarme con todo: " Todo español contratado tiene derecho a una cama, una mesa, una silla, un armario, tres metros cuadrados de suelo y diez metros cúbicos de aire". Algunos hombres iban a parar a barracones. Los que tenían más suerte, como un amigo suyo, acababan en una residencia, con su cocina, su sala, sus habitaciones; eso sí, compartida.

Me sorprendía esta España rural de estos años 40, 50 en los que había llegado a aterrizar. La escuela entonces no era obligatoria y como yo, al parecer era la mayor, andaba ya por la veintena, tenía que trabajar el campo. Era duro pero, el horario no era nada estricto: no pasaba nada por llegar un poco más tarde al trabajo y era agradable sentir la medalla del sol, rozando tu rostro en primavera, el guante del viento acariciando tu cara y revolviendo los cabellos. "Mi hermano menor" tenía 9 años y casi nunca iba ya al colegio. Allí estaba, conmigo y el resto de la "mi familia", aunque sus manos estuvieran rajadas por los reglazos del maestro "¡¿Dónde te has metido, Pedro?! ¿Dónde? Eres un vago y un maleante. Yo te enseñaré lo que es bueno; aquí tienes decenas de reglazos para ti ¡Extiende la mano!".

Recuerdo cuando nos fuímos a Alemania. "Mi padre" decía que ganaba mucho más dinero. Estaba orgulloso de haber emprendido tal hazaña: aterrizar en Tierra Lejanía. Los exámenes médicos no eran nada agradables pero, menos para las mujeres. Nos instalamos en aquel habitáculo de 3 metros cuadrados. Yo no sé cómo nos las apañábamos para estar ahí: mis padres, yo y mis otros cinco hermanos. Muchos dormíamos en el suelo, con una mantas polares que había conseguido mi padre, hasta que pudimos comprarnos una casa mejor. El alemán era muy difícil para nosotros. Jamás aprendimos a hablarlo perfectamente. Es lo que los alemanes llamaban "alemán roto" pero, nos entendíamos y con eso bastaba.

Las vacaciones no eran simples vacaciones. Eran más que eso. Entonces, aprovechábamos para ir a España y ver a los abuelos, que no habían querido ir a Alemania. No eran sólo sol, mar, piscina, siestas... Eran el encendedor de la llama de los propios sentimientos. Era una oportunidad de volar y de esbozar besos de sonrisas.

Salgo de esa sala del tiempo. Aquí tengo a mi actual familia y mi España, una España totalmente distinta, con españoles sobre todo de ciudad. Me paseo como una ciudadana más, mientras los bancos ocupan los ojos de los rumbos perdidos de la gente sin pan. Cada vez son más.Y se vuelve a rebobinar el casette de la historia: varios españoles vuelven a dibujar la ruta hacia Alemania o hacia cualquier otro lugar. Parece mentira que hasta hace poco España subiera hasta las nubes y que ahora vuelva a mirar desde tan abajo. Alemania también tuvo su crisis, allá por los setenta, por eso me contaron, ya cuando me había salido de la máquina del tiempo, que "mi familia" por aquél entonces, decidió volver a España. ¿Será que la historia es una canción que se repite en el tiempo?

Guten Abend für alles! (¿lo digo bien?; recuerden: el alemán roto).

Actualizado el día 17 de abril:

Perdónenme pero, la prisa con que escribí esto, a parte de los fallos, hizo que se me olvidara algún otro detalle de lo que descubrí en mi "corta" estancia en ese lugar. Lo pongo aquí:

El único armario que les daban a los españoles era enorme pero, servía para todo: para guardar ropa, de despensa de comida...

Además, el viaje era pésimo. Cada uno, tenía que ir desde su pueblo o ciudad a Madrid y de ahí partía un tren; los solían llevar en grupo. El viaje duraba unos 4 días. En verano, decían que era pasable pero, en invierno, no llevaban calefacción y se "morían de frío". Gente que había pasado los chequeos médicos, llegaban ahí todo constipados, enfermos y las empresas se empezaron a quejar. Se solía decir "el españolito"; "Imaginaos, de repente llegan a aquí, un montón de gente pequeña, con el pelo oscuro... " decían.

Os dejo una pequeña secuencia de la máquina del tiempo. No pude grabar mucho por las interferencias en el lugar o una extraña fuerza invisible que apagaba mi cámara. Ésta pertenece a la parte del cambio del tiempo, es decir, cuando la máquina ha conseguido salir del planeta. Luego volveremos a la Tierra pero, en un nuevo tiempo. Es importante recordar dónde se asienta esta máquina, para que luego podamos emprender el regreso a casa.



Guten Morgen :)

5 comentarios:

Esther dijo...

Sé que tiene fallos, lo hice todo rápido pero, ya los corregiré cuando tenga más tiempo. Fue tan extraño este viaje a la máquina del tiempo y esta improvisada familia... Supongo que son como todos estos viajes; el humo del pasado te envuelve con su vestido de gala y te hace sentir extrañ@.

Dinorider d'Andoandor dijo...

Ja! Alles klar!
así es el tiempo!

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sí, ahora son 7 horas por el cambio de hora de ustedes, acá no adelantamos ni atrasamos desde hace años porque no era la gran cosa. Además acá las variaciones del tiempo no son marcadas como con ustedes.

Esther dijo...

Sobre todo en la actualización no pretendía hacer nada literario. Si alguien ha visto alguna vez la máquina del tiempo y ha tenido la oportunidad de viajar a ella, si quiere que nos cuente. Que hable o que calle para siempre.

Patricia dijo...

Mi viaje en la maquina del tiempo?...ya, Prefiero callar ;)
je je
Ya me imagino como se veia Espanya por los 40's tu relato me transporto en el tiempo, eran tiempos duros si los comparas con el presente pero era la maravilla para ellos al mismo tiempo...en fin, el tiempo cambia y las personas con el. Lindo relato,
auf Wiedersehen!!

Pugliesino dijo...

¿Corregir? Ya quisieran muchos sociólogos de tertulias e historiadores de enciclopedias describir el mundo tal como lo haces de bien en ese viaje por el tiempo.
Un mundo que parece empeñado en estancarse en su propia crisis.

Como esta borrasca que no se va :)

Muy buen finde!