martes, febrero 02, 2010

Pueblo extraño.

Se cansó de pasear en ese pueblo extraño. Se había parado en cada puerta de lluvia, dejando un ramo de flores y quizás algún pedacito de algo que no podía o quería aún identificar. Pero, cuando el diluvio le alcanzó y empapó sus ropas, sus ropas de viento y de vida, se encontró esas mismas puertas cerradas, aquéllas en las que se habían dibujado cortinas de paz, de mar, gracias a sus pasos cercanos. Sólo se abría alguna, medio tímida y sigilosa, con el único propósito de satisfacer su interés y de ser alimentada como el polluelo desesperado que chupa con ansia el gusanillo que le da la madre. Pocas aberturas de pared, se abrían por el mero placer de dibujar sonrisas y soles de cabellos dorados. Pocas eran gratuitas, simples, genuinas. Pocas tenían efecto boomerang, brazos abiertos, cartas de correspondencia; era un pueblo extraño, como dije. Quizás miró en el lugar equivocado y desperdició energías y gritos de nudillos en algunas puertas que sólo devuelven silencios y las voces ahogadas, cansan. Puede ser que se fijara más en ellas, puertas calladas e insípidas de contenido, puertas de agujero, agujeros de diccionario, de gravedad, de existencia, de luz. Agujeros negros de espacio. Había derramado tantos vasos de energía, que apenas llegó ésta a las puertas verdaderas: aquéllas en las que se adivinaban los bailes de luz. Aquéllas en las que olía a leña de hogar. Aquéllas que con sus brazos abarcaban playas de infinitos. Se había desviado del camino; una oda equivocada, paraje desubicado. Ahora trataba de aunar energías de bosque y hierba fresca, sólo para aquellas puertas, las especiales, las de abrazos de sol. Seguirían dibujándose pasos de caballero y sería pluma porque al fin y al cabo, siempre había sido libre.

4 comentarios:

. dijo...

Libertad, siempre que podamos decir no.
Yo me cansaria si no encontrara alguna puerta gentil, colorida, dulce.
Que bueno que siempre nos quede lo natural.

Esther, gracias por tus palabras.

χαμόγελα dijo...

libre....:)
por cierto siento no aber pasado por aqui antes pero tenia que estudiar..., lo se la tipica escusa ;)
la foto qu tienes en el post anterior sabes? pues yo tengo un puzle con una foto parecida :)

Maat dijo...

Me parece un relato muy triste, Esther... Me recuerda a cuando yo pienso cuántas puertas se abrirán si alguna vez lo necesito de verdad...

Un besote

Max dijo...

Por algunos lugaares no pas el tiempo, es como si se hubiera detenido el reloj para siempre. Muchas manos llegaron a hacerse callos en los nudillos, y las puertas seguían sin abrirse.
Excelente relato.

Besos