viernes, noviembre 05, 2010

El cerdito Babe.

Nuestros ancestros aprendieron a convivir con la compañera Naturaleza, a envolverse en su abrigo de hojas verdes, a respirar su perfume inconfundible. Comenzaron así, una relación pura, una relación de esmeraldas, zafiros y rubís. El pequeño gran ser, niño de verdes, empezó a hacer sus descubrimientos; a medida que su cuerpo se estilizaba, perdía parte de su espeso bosque- sostenido por las tierras de la piel- aumentaba la capacidad de las calles de su laberinto El Cerebro. De acuerdo, siempre fue un bruto pero, aprendió tantas cosas... La mamá Naturaleza tiene mucho que enseñarnos; ella es nuestra capa, nuestro aire ¿qué haríamos sin ella? ¿Cómo sostener los pies en el vacío de su ausencia? Así, aprendieron estos pequeños seres, no sólo a conseguir su alimento, sino a procesarlo, en todo caso con el calor de su madre; mamá tiene tantas cosas... Es tan rica como una orgullosa condesa y tan buena... Además, ¡ella es la mejor cocinera del mundo! Porque sabe de comidas saludables, sabe de pureza blanca, natural, sin artificios. Sabe que con lo sencillo, también pueden saciarse un sinfín de bocas de rosas y no sólo eso sino, al alma y corazón. Con esta dieta, libre de trucos extraños, el niño comenzó a crecer, convertiéndose en un estilizado donjuán.He aquí abajo su evolución, su reportaje de fotos.



Pero, como los hijos son unos rebeldes, le llegó esa época de revuelo; esos tiempos extraños de adolescentes, donde las mamás se convierten en aburridas, metiches, jefas de una prisión, bufandas que se pegan al cuello. "Quizás mamá no haga nada bien o yo podría inventarme una nueva fórmula, revolucionaria, única, que mejorara lo que ella suele hacer y de paso que me sacara de esta rutina, tan afiliada a la costumbre, tanto que a veces resulta hasta invisible", se dijo. Y fue así como aprendió a manipular los alimentos, gracias a los puentes de medios que anteriormente y durante su evolución había descubierto. Así aprendió por ejemplo, a solidificar lípidos hidrogenándolos; a jugar al ping pong del quita y pon, ¡a crear incluso nuevos frutos! Apestaba los alimentos de fertilizantes, convirtiéndolos en enanitos del bosque, los llenaba de compuestos químicos llenos de la artificiosidad de hormigón pero, lo mejor ¡es que aprendió a propiciarse ciertos alimentos sin tener que cocinar, señores! Sí, porque el tiempo corre, ese tiempo que sabe a humo de ciudad, estresando los sentidos y porque, no hacer nada, siempre resulta más cómodo: sólo calentar y comer. Además, el querido hijito, no tuvo en cuenta los consejos de su madre "Hay que comer comida variada. Vamos al De todo, un poco".

El todo de la historia, el todo de las páginas compartidas con sabor a humanidad, llevó a crear un mundo de consumo, donde las bombas de anuncios con la última delicatessen también aparecían aguando las cavidades del sabor y, claro ¿quién no hace caso a una cosa así?

Las lazadas humanas de los deportivos de la vida, le llevó a descubrir el gusto de los encuentros en el camino de la amistad y quién sabe en qué caso, algo más. Lógicamente, tenía que inventar algo, lugares especiales en la vía de la distracción y ¿por qué no podría tener alguno una "buena" comida? Un paisaje de sabores puede ser lo que es para los pies un suave masaje. Pero, había un pequeño problema y es que la idea tuvo tanto éxito que los cocineros no daban a basto para satisfacer las necesidades de miles de barrigas rugientes y/o sumidas en esperas impacientes. Por eso, muchos optaron por poner comidas precocinadas o aplicar sus raros inventos, manipuladores de orígen y naturalidad ¿Quién sabía cuáles eran sus maneras de proceder? ¿Quién sabía qué medios utilizaban para conseguir sus patentes? Las cenas ajenas de hogar, entraron olvidando su sigilo; vinieron sin ningún tipo de recato, sin ni siquiera molestarse en hacer callar sus tacones. Además, lo desnatural, lo extraño, lo hinchado de la nada, resultaba mil veces más barato de lo que jamás hubieran pensado. A la gente le gustó demasiado la cara tan simpática de la señorita Cena- si no es en todos sitios, al menos, en España- y bastante a menudo encontraban la excusa perfecta para hallarla fuera de casa. "Hoy hay cena de empresa ¿te vienes" o de instituto o de despedida de Fulanita... El caso, era tener la excusa perfecta para encontrar a la comida de noche, siempre fuera, siempre en cualquier lugar mágico, lejos de un siempre.

Fue así, como este hijito de la Naturaleza, olvidando todo lo que ésta le enseñó, se convirtió en un hermoso cerdito Babe. Aquí le tenéis ahora, en la foto de abajo.



Guapo, ¿no? xD

P.D: como imaginaréis, estos dibujos no son míos.La verdad, es que ya los había visto en otro sitio, sin recurrir a internet- No sé exactamente de quién serán... Pero, pongo mis fuentes:

http://padrebiologico.blogspot.com/2008_10_01_archive.html

http://alt1040.com/2008/10/un-cientifico-dice-que-la-evolucion-llego-a-su-fin

9 comentarios:

Esther dijo...

Bueno... se me olvidó pero, comparto una curiosidad tb... por si a alguien le interesa ahí está. Quizás la gran mayoría lo habéis oído pero, bueno... Cosas que una escucha, cosas que una coge de por aquí y por allá...

Los lípidos o grasas mejores, son las insaturadas ¿Por qué? Las moléculas de lípidos insaturados son redondeadas, mientras que las saturadas (que suelen proceder de animales) son rígidas, como palos. ¿No es más punzante un palo o pincho que algo de contorno redondeado? ¿No tiene por ejemplo, un filo de hierro más capacidad de hacer daño que un trozo redondeado a algún tejido? Pues lo mismo pasa con estos lípidos. Cuando van por el torrente sanguíneo, los lípidos rígidos tienen más capacidad de dañar los capilares, si les da por pinchar una de sus paredes, por decirlo así... Una molécula redonda (o sea, los lípidos insaturados, en este caso), si choca con una pared interna del capilar, hará menos daño, tendrá menos capacidad de punzarla o rasparla que una molécula totalmente rígida, recta, como una barra de hierro (lípido saturado). Por eso, son mejores las insaturadas.

No me considero una experta, no lo soy ni mucho menos... pero, cosas curiosas de las que se puede enterar una y como venía a cuento... Es interesante.

Un saludito.

Esther dijo...

Y al igual que digo capilar, puedo decir venas... Una vía sanguínea cualquiera...

No sé... me dio por poner esto por aquí, simplemente, y como está relacionado con de lo que hablé... Simplemente me dio por ahí xD

Y no sé si me explico... a veces puedo llegar a explicarme tan mal... Bueno, la intención es lo que cuenta y pensé: - ¿Por qué no?

Un saludito.

Dinorider d'Andoandor dijo...

muy explícito y cierto a la vez

Dinorider d'Andoandor dijo...

me refiero a que las imágenes son muy ilustrativas, se es lo que se come y a este paso mucha gente más que cerdito Babe ya parece jabalí verrucoso.

Patricia dijo...

Me haces reir Esther, que ocurrente estas! al parecer estamos pasando a cerditos con la oferta de tanto producto geneticamente modificado o industrializado al maximo...que haremos no?
besos, me gusto la forma como lo relataste.

Maat dijo...

Y los transgénicos están avanzando peligrosamente...

Un abrazo

Rebeca Gonzalo dijo...

Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero en este caso tu texto es también suficientemente gráfico. Un abrazo.

Pugliesino dijo...

Lo paradójico es que la evolución lo que ha producido es ese contraste entre la masa y lo esquelético, la pequeña gran diferencia entre el comer y el hambre.

Que gran verdad que se va olvidando lo que la Naturaleza no deja de enseñar.

Muy buen texto Esther!

abulico dijo...

concluyo entonces que la evolución no es un camino hacia adelante, sino que es un círculo vicioso.

Al final un día haremos matanza con nosotros mismos...