La gente enmudece tras los cristales de sus propios mundos. Es extraño: caminan ciegos con sus gafas de sol. De repente, una mota de polvo mece el viento y desdibuja una ausencia: es alguien, alguien que te pide un poco de atención, trayendo la cartera de un interés: quizás traiga una historia bajo el brazo, una historia de desgracia, de ánimo, de triunfo; puede ser que deambule perdido en la calle inquieta de la vida, buscando la dirección de una ayuda... Pueden ser un sinfín de cosas... El yo, siempre en el papel opuesto: toca la llama de la escucha, ser pañuelo, ser viento, risa, fuego, consuelo, paz... Pero, el ritmo de la música de existencia es inquieto: un remolino de viento, que despeina el cabello y cambian los papeles. Eres tú ahora, el que se ahoga, el que busca un cielo azul entre las bombas, una sonrisa compartida, un pedazo de historia... Cruzaste ya semáforos de las no gracias... Son tus lágrimas que buscan una almohada tierna de viento, un pedazo de tela compartido pero, no hay nadie al otro lado del teléfono, al otro lado de la oscuridad.
Ella sabía que no debía esperar nada a cambio, pero el hálito frío de hielo, con el golpear de los copos constantes de nieve y hielo de cuchillos, terminaron por cansarla y agotar sus fuerzas. Un día, bajo la luz de lámpara lo descubrió. Estaba sobre una mesa, guardando voces de un secreto. Cogió el libro entre sus manos y viajó, viajó hacia el paraíso, mentes, nubes de imaginación y de realidad no real. Ese día, descubrió un verdadero amigo y desde entonces, el mundo murió.
P.D: Sé que no debería estar aquí pero, regresé fugazmente y aproveché para escribir esto. Puede que de vez en cuando sea ahora una estrella fugaz. Saluditos.
2 comentarios:
Me impresionó un poco hoy. Estamos acostumbrados a su estilo y talento, pero en este escrito veo más igenio y mucho sentimiento. Buenas ideas.
Me dejó pensando, mas no me atrevo a dar comentarios sobre ello.
Un saludo.
muy bien que hayas regresado jiji
bueno, tu siempre tienes sentimiento
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