domingo, noviembre 30, 2014

Seguir contando.

Cae la lluvia blanca que no es blanca, 
el cielo que no es cielo,
el mar que no es mar. 

Una pintura de autoengaño
que se vuelve vital. 
Te preguntas 
cuándo podrás pintar
brochas de sentimiento
en esta luna fría. 

Y un día dibujamos un sueño. Tantos...
Ellos se escapan 
o mueren atrapados
en el cajón de la mente. 

Cuánto me gustaría tener el valor
de sacar los cuchillos
romper su tiempos de espera
y hacerlos vivir. 

No los puedo liberar:
vuelan entre cadenas
y mueren en un mundo sin cielos.

Difícil romper un mundo de silencios,
Él te esculpe como fantasma,
escupe lejanías, 
muere.

Y los muros,
los muros para el resto de los sueños
son demasiado duros
imposible tornar sus paredes
en margaritas de algodón.

Un, dos, tres, 
cuatro, cinco, seis;
debo decir adiós.

 Seis, siete...
ocho, nueve, diez;
pero no quiero.

Seguir contando, seguir con-tan-do. 

2 comentarios:

**kadannek** dijo...

Había visto este duro y franco poema, pero es un gusto leerlo otra vez. Siempre es bueno conocer las verdades y realidad a las que el otro está sometido. Aprecio tu pensamiento, tu experiencia de vida, incluso, tu sufrimiento, pues lo puedes compartir con nosotros desinteresadamente, y así, nutrirnos de forma mutua.

Esther dijo...

Claro :)