miércoles, marzo 17, 2010

Con una española.

Aún no han empezado a aparecer los tímidos rayos de sol, cuando la alarma del móvil, con su rugido atronador, despierta a Elena. Son las 6:30 a.m. Lo primero que hace Elena, es acudir a la cocina, para dar caza al señor desayuno: un vaso de café, de ése que tanto le gusta, el de Marcilla ¡Qué rico aroma! Entra por sus fosas nasales, empapa su lengua de una caricia, despierta sus sentidos. Las galletas María acompañarán en el ritual, con sus cuerpos arena, sus besos de vainilla, su galopar feroz. Después, el baño alquila parte de su tiempo: la lluvia de ducha, el vestido, el mundo de espejo. La caza de una cara en un lago de cristal, pinturas de arcoiris: el color va dibujando primaveras en su piel melocotón. Éste es un proceso lento, que requiere de inmensos brazos de paciencia. Todo sea por estar guapa, por mimarse con flores aterciopeladas del alma.

¡Ya son las 7:30 a.m! Un autobús, se dibujará en un cuarto de hora. Elena va en su busca. Entra. Elena ya es parte de esa explosiva combinación de hierro, plástico y vida.

8:00 a.m. Ella ya está en el trabajo. El tic tac repetitivo de esa rutina familiar, la absorberá durante horas.

11:00 a.m. El chillido de la puerta del hambre y el ansia del vicio de azúcar y pasatiempos de otoño acechan. Ella acude a la cafetería Venus, su favorita. No tarda mucho en aparecer un almuerzo,como un hombrecillo especial, que ha oído su voz. Puede ser pan con aceite y tomate, su favorito o, quizás el simpático plato de ibéricos o, ¿por qué no un pequeño bocadillo? Media hora después, la maquinaria pesada del trabajo la comerá como una aspiradora sin piedad.

15:00 p.m. Elena ha construido castillos en el aire, los que proporciona la libertad: a diferencia de algunos compañeros, sólo trabaja a jornada parcial. Pronto el olor del guiso con chorizo despertará su volcán de estómago dormido, que emitirá graciosos ruiditos. O puede que lo que le espere sea un rico plato de verduras, al que acompañará con un segundo plato. Viene, viene la comida, dispuesta a saciar a su amante, el hambre.

La niebla del sopor, va creciendo dentro de Elena, va venciéndola, ganándole territorio en su campo Realidad, hasta que acaba cayéndose en la hamaca de un sueño; es la siesta que anuda los sentidos.

El ring ring vibrante del teléfono, la despierta, molesto, como ese rayo de sol, que irrumpe en la oscuridad, rompiendo su batido de noche. Son las 17:00 p.m. Elena coge el teléfono. Es su hermana. Le dice que su hija, es decir, su sobrina, está merendando y que nunca había probado el pa amb tomaca, como dicen los catalanes, pero, que la vuelve loca. El incesante parloteo de su hermana es un gran río, que sigue y sigue, sin aparente final. Siente el frío de la soledad, que le hiela la piel, simplemente: su marido está trabajando. Las palabras salen, se expanden, se gastan, hasta finalmente, ser los ojos del faro, que se cierran ante un pesado sol.El teléfono es colgado. El teléfono duerme en su agonía de sueños eternos. Aún le queda un ratito a Elena, para aspirar el humo verde de la tranquilidad, de la divertida diversión multicolor o de la plancha de los deberes de la Escuela Oficial de Idiomas y del vapor del hogar.

19:10 p.m. Un aula la acerca un poco más a Alemania, un libro de texto, una canción... hasta marcar las nueve de estrellas. Entre esta última hora y las 23:00, la cena la saludará con su abrazo esperado, abrazo dulce, salado, de chocolate... Y el televisor escribirá apasionantes historias o quizás será un libro, que la succionará en su embudo de aventuras.



Entre las 23:30 p.m y 1:00 a.m, ella se acostará en el mar de los sueños. Las sábanas de la noche, expirarán su nana de brisa fresca, hasta que un nuevo día cruce el infinito.

7 comentarios:

Esther dijo...

Éste podría ser perfectamente aquí, en España, el horario de comidas de una estudiante y tb trabajadora, en un día normal de trabajo. Aunque si van a una carrera, etc. por ejemplo, tendrán horarios más apretados. Todo depende de los horarios de trabajo y estudio que tengan, de lo que tengan que hacer después... Yo hice una simulación, simplemente. Pero, como veis, aquí hay:

1.- Desayuno.

2.- Almuerzo.

3.- Comida (la más fuerte).

4.- Cena.

En general, se hace eso, luego ya depende de cada uno... Además, un niño tendría la merienda o podría tenerla perfectamente, entre la comida y la cena. Bueno, y si un adulto se quiere apuntar...

Quizás a los europeos les choque esto: por ejemplo, alemanes, ingleses, etc. pueden comer como a las doce... Para un español, comer a esa hora es un poco pronto. Además, que para otros europeos la comida fuerte es el desayuno, según tengo entendido...

He visto errores por ahí en cuanto a nuestras comidas pero, me parece bonito incluso saber de otras culturas diferentes a la mía, así que si alguien quiere contarme lo que hacen en su país o incluso lo que hace personalmente, pues yo encantada :) Si un español quiere contar tb lo que hace, pues tb.

Os podéis fiar de mí, ya podéis imaginar por qué ¡Je,je!, aunque no hay regla sin excepción, claro, esto sería general...

Y lo mío, se parece bastante a esto, como es de esperar.

Saluditos.

Esther dijo...

Desayuno: 6:00-9:00... Depende de a la hora en que te levantes pero, nada más levantarte.

Almuerzo: sobre las 10:30, 11 y algo, incluso.

Comida: 13:00-16:00 (incluso).

Cena: de 21:00 en adelante, incluso hasta las 23:00...

Merienda: 17:00, 18:00, 18 y algo...

Saluditos.

Unknown dijo...

Me ha quedado claro la división de las comidas en España... Gracias por tus comentarios en mi blog... Por lo que dices de mí, me haces sentir muy halagado... Gracias por el mail que me has mandado acerca de las profecías...
Un muy pero muy fuerte y cálido abrazo

Val dijo...

Mucha comida, mucha comida! Y tengo hambre...
Qué bien aprender de las comidas y horarios en otro lado tan lejos :)

Infinito Jordi dijo...

Tienes Facebook? http://www.facebook.com/people/Jordi-Barnes-Santolaria/1322866337

Pugliesino dijo...

En Italia se sorprendieron del horario de comidas en Andalucía :) y a mi me costó allí cenar a las 8 que es,cuando me acuerdo de ello, la hora en que se merienda aquí.
Pero el tesoro que tenemos es el de las tapas, o pintxos, para el que no hay horas y que dan 20 vueltas a la fast food, pero es que están de ricas!

Un buena combinación para un libro o para escribir :)

Un abrazo!

Rebeca Gonzalo dijo...

Menos mal que no se trata de un espacio publicitario ;) Besos.