viernes, enero 22, 2010

¡Craso error!

El autobús, lento hipopótamo de cuatro ruedas, deslizaba sus pies con el suave sigilio de una caricia; como siempre, el trayecto enrevesado, los semáforos, el humo denso del tráfico y el baile incesante de la ciudad, impedían que ganara a las estrellas de ojos fugaces. También estaban las paradas, que contribuían a ese caminar entorpecido, atontado, sin ritmo de mar.

Un nuevo stop, trajo consigo un nuevo reguero de cuerpos, vestidos de anonimato insípido, de un reconocimiento que anulaba la oscuridad, pero, a Jesús, hubo uno que se le antojó especialmente delicioso. Para su suerte, no se colocó muy alejado de él, sólo unos centímetros más adelante. Lentamente, fue recorriéndolo, adivinando cada tramo que escondían las cortinas inoportunas que guardaban sus secretos; primero, el pie; un delicado tobillo de porcelana; las piernas de brazo gitano, que parecían acabar en la graciosa campana de las caderas- no se veían bien: el tosco abrigo las secuestraba con su abrazo- pero, no importaba: lo bueno de la mente es que puede dibujar sin pinceles cuando agarra en el aire un respiro de imaginación. Así que siguió resolviendo la ecuación de lo físico, de las paredes que no dejan ver: ahora, la tripa y fue ascendiendo por el tronco del árbol... hasta llegar a la dormida turgencia de las montañas. La mirada animal siguió trepando... Cuello;pronto se acercaría a esa zona ovalada que pondría rostro de identidad, pero, al llegar ahí, no encontró lo que esperaba: la aspereza de una barba varonil, de un improvisado césped cortado a maquinilla, sustituía lo que debía haber sido seda. Entonces, su baile de hormonas murió marchitado.

7 comentarios:

Esther dijo...

Confieso que me hizo gracia cuando me lo contaron. Fue hace tiempo.

Una actitud que nunca he entendido... soy mujer.

Saluditos.

χαμόγελα dijo...

:)

Pugliesino dijo...

Estaba claro que no le gustaban las barbas cortadas a maquinilla :)

Muy bien contado

Yahuan dijo...

Lo que más me gusta de ir en autobús es que es toda una aventura de acción, no para de dar trotes, jeje. También está el punto interesante de que te encuentras con los rostros de gentes desconocidas de los que es fácil enamorarse de mirada, pensando que si no pertenecieran a otra parada la historia podría funcionar, se sabe que es pura historia irreal, pero es interesante.

Un abrazo

Rebeca Gonzalo dijo...

Me ha costado pero ya he dado con la clave del porqué me gustan especialmente tus relatos: la riqueza de adjetivos les da un toque gongoriano que me encanta.

A partir de ahora imaginaré divertida, que los autobuses son hipopótamos lentos y dormidos. Un abrazo.

χαμόγελα dijo...

tengo un premio para ti en mi blog :)

Winding Moon dijo...

Me gusta tu blog. Te sigo desde el mío.

Un besito de ensueño =)