viernes, agosto 29, 2008

El ejercicio y el placer no son incompatibles.



Un pariente mío descubrió la oferta y nos instó a mi hermana y a mí a ir.

Reconozco cómo empezó todo: una subida a la báscula y ésta, que con su maldita perversión me mostró las consecuencias de mi exceso de sedentarismo. No estaba gorda ni lo he estado nunca pero, aquel peso funesto y nefasto, bien marcadito, no lo había pesado jamás.

A veces, me miraba y me miro al espejo, el espejo del interior y del exterior y me siento extraña: es como conservar el molde pero, con distintas mutaciones que van apareciendo, marcando diferencias, sin piedad, sin aviso, mientras duermes... ...¿dónde? ¿dónde estaban aquellas mechas castañas claras que alguna vez, algún caprichoso pintor de rostro que jamás llegué a conocer, pintó por mi pelo? ¿dónde quedaron las ganas de soñar con un príncipe azul? ¿Por qué...? ¿Dónde...? ¿Para qué...? Y te dan cosas y te arrebatan otras que se pierden como las gotas de lluvia entre tus manos, ésas que dejan de ser en cuanto chocan contra el asfalto. Ahora, el espejo te devuelve una mirada: eres tú pero, sin ser tú, extraño. Y a veces, me siento en la oscuridad de mi secreto y echo de menos. Cambios, cambios que acechan a toda hora, a todo minuto: son los peldaños por los que sube y baja nuestra alma aventurera, va avanzando, arriba o abajo, de este laberinto sin aparente final que es la vida, intentando encontrar un algo que ni siquiera sabe definir pero, que necesita como el aire para respirar. Y ahora... ...ahora, intentaban quitarme también mi peso, aquel que se hizo dueño de mí, que tanto tiempo compartió conmigo, con el que estaba tan bien ¡no lo podía permitir!

Empecé mi autoentrenamiento en el ahora caluroso y solitario cuarto, ignorante del placer que me esperaba después, sí, placer. Después, en mi camino, me topé con aquel centro dedicado al cuerpo y al relax. De momento, sólo tengo un mes para estar ahí y no sé si podré continuar. Y me pierdo, me pierdo en esas salas de máquinas, en baños turcos, salas de paraísos artificiales, estancias con el ruido ensordecedor de un monitor que te grita un "¡un! ¡dos! ¡tres!". El ejercicio puede resultar arduo y duro pero, como dije, después viene el placer: el placer del agua, del relax, sí, también, pero, yo hablaba de un placer mucho más valioso: es el placer de sentirte bien, de sentirte más activo, vital, ágil, fuerte, de respirar un poco más de salud por todos lados, salud de mente y de cuerpo.

Os dejo esta fórmula de salud, de un experto conocido mío:

BIENESTAR FÍSICO = DEPORTE + ALIMENTACIÓN SANA Y VARIADA.

¿Sabías además que con el deporte estimulas el crecimiento de la hormona de la juventud? Yo no lo sabía: lo vi en el blog de Patricia, que nos explica muy bien algunos de sus beneficios.

Sí, el esfuerzo cuesta pero, después podrás descubrir el verdadero placer ¿no crees que es un gran regalo? Yo te aseguro que sí.

12 comentarios:

belona dijo...

Ufff a mí me sobra el deporte. Esa fórmula funcionaría conmigo si no tuviera esa claúsula.
Cambios físicos... un día me dijeron: "el cuerpo es el mismo, pero según van pasando los años la distribución es distinta".

Asómate a la ventana, ahora mismo por aquí están cayendo unas gotas de agua que no llegan a mojar el suelo, pero el olor es agradable.

Sick dijo...

Yo cuidando la alimentación y haciendo un poco de ejercicio cada dia me he quitado de encima diez quilitos en 4 meses, y la verdad es que te sientes genial despues de eso! Ahora a ver si me quito los otros pocos que me sobra y ya me siento estupendisima de la muerte. :P

Muaaaaks!

Anónimo dijo...

Si he sentido se que ese esfuerzo trae consigo una gran satisfaccion...
Aunque a veces es dificil tener la constancia y la paciencia para esperar resultados...

Saludos,
que estes bien...

Anónimo dijo...

Puffffffff, el deporte y yo dejamos de ser amigos hace muuuucho tiempo. Creo que porque cogió celos del que veía por tv (que era más que el que practicaba).

Aún me acuerdo de una asignatura de la carrera (Desarrollo Psicomotor) que me acarreaba unas agujetas tremendas y ni ganas de repetir...

¿Qué le hago si estoy mayor? Los 26 están a puntito de caer y ya me está entrando la depre... :(


Un besiño y a seguir con esta filosofía del deporte que, aunque no comparta, buena es. ¡Seguro! ;)

Anónimo dijo...

Mucho ánimo para el camino del deporte, del ejercicio y del esfuerzo físico.
Te deseo lo mejor y pienso que debes hacer todo aquello que tú y sólo tú, necesites para sentirte bien contigo misma.
Así que gústate a ti y todo lo demás vendrá rodado.
De todas formas, yo soy un deportista nato y siempre ando en movimiento, por lo que te animo a abandonar el sedentarismo.
Un beso enorme, amiga y ya nos contarás tus progresos.
Hasta pronto.

Dinorider d'Andoandor dijo...

cierto, el tiempo no perdona

desde que cumplí 18 mi cabello se ha oscurecido mucho

y a pesar que la contextura de uno pueda ser engañosa a los demás, se siente la diferencia, antes podía correr mucho más como si nada y ahora ... ¡jajaja!

Jean Paul "X" dijo...

:O

Yo hago deporte,
porque me gusta,
pero no asi levantar
pesas las odio... Pero
igual hago debe ser
por ego =/

Soy vegetariano pero
no lo hago por la vida
sana tampoco...

Sólo suerte con el
ejercicio =D

^^


(``•.¸ (``•.¸ ¸.•`´) ¸.•`´) ®
«´¨ •.¸X el mejor¸¸.•´¨`»
(¸.•`´ (¸.•`´ ``•.¸) ``•.¸)

Alicia Cañellas dijo...

Me apunto la fórmula!
Y lo más importante: lo hago con el deseo de conseguir aplicarla en mi día a día.
Un besote!!

Viv. dijo...

Nada que signifique placer es sacrificio. Cuidarse, quererse, qué placer!

Besos.

Morbridae dijo...

Te dejo tarea en el blog...

Esther dijo...

Hola, Oscuridad. No puedo entrar a tu blog porque no tienes perfil... ...a ver si lo solucionas y así podré ver lo que tienes...

Saluditos.

Morbridae dijo...

hmmm... Extraño. No sé por qué, pero había dejado de estar público.

Corregido, y gracias.