Soñar...

Tras el largo día, allí te espera tu incansable compañera de noches de negro intenso : la cama. Una doncella llamada Noche, tal y como es su costumbre y siempre puntual desde los siglos de los siglos, deja caer su gigante manto negro, adornado con las piedras del infinito, sobre la bola del mundo.

-Shhhii...- ordena al mismo tiempo que realiza ese acto eterno, poniéndose un dedo sobre sus labios. Pero, ni las voces nocturnas del silencio, logran acallar a algunos seres traviesos, que se empeñan en hacer de la noche, día.

-Bueno, tampoco pasa nada; siempre fue así- piensa resignada.

Poco a poco, los cuerpos pesados van cayendo sobre una ansiosa cama, en algún lugar del mundo. Cierran los ojos cada vez más cansados, y se arropan entre las ropas acogedoras de la Noche, bajo la luna y las estrellas. Y es ahí, cuando empieza el viaje. Cruzamos el umbral que separa la vigilia del mundo de sueños. No necesitamos ni coches, ni autobuses, ni trenes, ni siquiera los piés para caminar; nada de nada, tan sólo el poder de la mente. Éste es uno de mis viajes favoritos. A veces caigo, recorro todo el mundo con la única ayuda de un coche y en muy pocas horas, escapo de un malvado asesino sin dificultad, me encuentro con gente y animalitos que ya han muerto y disfruto otra vez de su compañía. Vivo amores de película, sinceros y bellos y a veces la historia continúa en noches diferentes, como si fueran los capítulos de una novela. A veces, he soñado cosas que luego se han hecho realidad; extraño ¿Les ha pasado? Noches y noches de quién sabe qué aventuras. Y siempre acabo venciendo, sobreviviendo, en las buenas y en las malas. Los sueños... ...ese mundo único en el que uno puede hacer cosas increíbles, aquello que la vigilia se empeña en prohibirnos ¿Cómo sería la vida sin ti, Sueño? No lo quiero ni imaginar. Porque no sé si puedo vivir sin ti.

Esta noche me acostaré, miraré el cielo oscuro de mi habitación y te esperaré, como siempre. Porque te quiero, tú lo sabes bien, aunque no te lo diga. Eres un regalo caído del cielo, de éso estoy segura.

Después, la Noche se acercará de nuevo con sus pasos silenciosos para retirar su elegante manto, y dejar entrar al astro rey, en su ritual eterno.