Mi diario, mis cosas, mi rinconcito donde plasmar pensamientos en "papel", mi "casita" azul, zona de entrenamiento, mi jardín alejado del mundo...
lunes, abril 02, 2007
Un hombre de mil caras
Lo recuerdo perfectamente, difícilmente se me olvidará. Aquel hombre angustiado, indefenso ante su inminente destino. Sus ojos vendados con un trapo negro. Cara sudorosa, desencajada. Se acercó el hombre encapuchado que tenía detrás, puso la pistola en su sien y le disparó. Después el sonido sordo, seco de un cuerpo desplomarse en el suelo. No contento, lo remató. Y después, después llegó el fin. La pantalla de la televisión siguió emitiendo más imágenes, más noticias; la vida siempre sigue. Pero, yo, no pudiera haber seguido mirando la televisión, quedé impactada. De repente no me conocí, empecé a soltar de los peores tacos ( y éso que no soy nada palabrotera). No sé lo que me pasó, pero sentí que no me podía controlar. Y fue en esa misma noche, cuando mi cuñada anunció que estaba embarazada. Una desgracia que se juntó con un milagro.
-La vida: unos se van y otros vienen-pensé.
Sobre todo de niña, pero también de adolescente, cada vez que me enteraba de un asesinato el grito silenciado del miedo habitaba todo mi ser. Me removía en la cama una y otra vez.Sentía unos ojos posados en mí, esperando escondidos en la oscuridad la más mínima oportunidad de clavarme algún tipo de utensilio puntiagudo. Y ya, en la otra casa, no podía evitar abrir el armario empotrado de mi habitación y escudriñar el más recóndito lugar con la mirada. Luego me tranquilizaba a mí misma:
- Venga, no te pasará nada. Vamos a dormir.
En mis primeros años de vida pensaba que un asesino se sabía que lo era; debería tener alguna marca o símbolo que lo identificase; quizás pusiera "asesino" en la frente o portara algún tipo huella extraña. Luego, crecí y me dí cuenta de que aquello no era así; el asesino es un hombre mil caras: psicópatas, ciudadanos, trabajadores o vagos, terroristas o no terroristas... No había distintivo.
El asesino era el hombre de mis pesadillas. Me preguntaba por qué hacían éso y por qué habían llegado a ser así, sabiendo que no encontraría respuestas. A ellos les debo parte de mis noches de miedo.
Menos mal que luego un@ se hace adult@. Empiezas a comprender aquellas cosas que veías pero, que nunca entendías. La mente ya no es tan vulnerable. De una forma u otra te haces fuerte y quizás este proceso nunca temine.
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8 comentarios:
Hola hermanita. Son unos desgraciados; no deberían existir pero, desgraciadamente existen como otras injusticias que hay en la vida y en este mundo y ahí están para provocar dolor y hacer daño a otros.No sé, lo que se les pasará por la cabeza a muchos, pero, es realmente incomprensible.
Besitos.
Los miedos de los primeros años nunca nos abandonan, sólo aprendemos a convivir con ellos. lamentablemente el mundo también aprendió a convivir con asesino de todo tipo.
¿que se le pasará por la cabeza a una persona para que decida quitarle la vida a un semejante? difícil saberlo. Y sobretodo con una total sangre fría. Yo al menos siento escalofríos de solamente pensarlo, y hasta las películas hollywoodenses de terroristas (donde el malo siempre le da un tiro en la cabeza a un pobre inocente) me enferma. Que lamentable que el hombre sea el único que mate a un semejante por puro placer o por el vil dinero.
pues bien, un asesino puede ser casi cualquiera, uno no sabe que fue lo que lo llevo hasta ese punto, aveces cosas tan vanas como el dinero, o una venganza, o un desamor, todos esos sentimientos que avece4s pueden convertir a un ser humano en menos que un animal...
es cierto jamas sabremos quienes son exactamente, pero tampoco podemos vivir temiendoles, no podemos darles ese gusto pues entonces ya estan asesinando nuestra alegria.
Tu sigue adelante amiga, siempre habran muchos miedos y el mundo no es nada fácil, pero lo que puedo decir que apesar de eso hay muchas personas buenas en el aun.
que tengas una buena semana, tem ando un gran saludo
Pues alguien dijo que el miedo nos mantenía vivos. Pues les doy una noticia: un tipo mató a otro por casi $120. Lo detuvieron y confesó que el que lo contrató era el esposo de una mujer que pensaba que tenía relaciones con la víctima. Pero Yume tiene razón: a no tenerles miedo, porque eso también haría que no llevaramos nuestra vida con la naturalidad que aostumbramos y que necesitamos.
lo peor de esto lo que contas es que a algunas personas ya no les impresiona esta situaciones ni siquiera les indigna... eso tambien es indignante
Tienes razón, yo también creo que con la edad uno se hace cada vez más fuerte y que ese proceso nunca termina...
De niño vi tantas cosas... que ahora lo dudo.
Slaudos.
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