La noche es una estrella en tu cucharilla. Brilla. Sonríe, en consonancia con tu ser. Me pregunto cómo se ha producido ese cambio: hasta hace poco eras un alma en pena, que deambulaba por las calles del conflicto soledad, ésas en las que ambos solíamos decir:
- Sí, el mundo es de noche.
Sigo viendo la frialdad, la desdicha… Sin embargo, tú me aseguras que existe el día.
- ¿Cómo puedes ver eso?- pregunto.
- Una noche miré más detenidamente El tren de la vida. Entonces, repentinamente, me di cuenta de que habían dos caminos: día y positividad; negro y negatividad y decidí coger el primero.
4 comentarios:
Primeramente: La imagen está más que estupenda, es bellísima, me encantó.
Segundo: Esto trata más o menos lo que hablábamos hace unos días atrás, el tomar ese cambio de conciencia, sostener las riendas de la vida y transitarla con una postura un poco más optimista. En el fondo la clave siempre es "la voluntad".
mejor ser positivos
siempre
Y sin embargo para que amanezca ha de exisitir la noche :)
Preciosa combinación de imagen y palabras. ¡Feliz comienzo otoñal!
Hay que ser positivos. La noche no trae negatividad, la llevan las personas.
Hay un monólogo sobre el por qué el negro siempre es malo.
Hasta el infinito y más allá.
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